jueves, 10 de septiembre de 2009

SIN PERDER LA MEMORIA HISTORICA



Queridos amigos y amigas:
Así, como si se tratara del resultado final de un encuentro deportivo, rezaba una pancarta de algunos individuos que insultaban al Juez Baltazar Garzón que este miércoles ha entrado a los tribunales no para tomar declaración, como es lo habitual en su función, sino para rendir cuentas, para explicar, para argumentar sobre su decisión. Está acusado por el Tribunal Supremo, que es el supremo tribunal de justicia, de prevaricación por abrir una investigación sobre ciudadanos y ciudadanas desaparecidos en España durante la dictadura franquista.
Garzón ha tenido que justificar que los familiares o sobrevivientes de las matanzas, fusilamientos y desapariciones, cuyos cadáveres se encuentran diseminados por todo nuestro territorio tienen derecho a recuperar sus restos para darles una sepultura digna. Esto es investigar las desapariciones del franquismo, según la querella que lo ha llevado a Tribunales por un pasado que no termina de morir y un futuro que no acaba de nacer. Como si de las dos Españas se tratara. Querellado, porque él no es quién para autorizar o darle valor legal a lo que la inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas consideramos un justo derecho.
Ya al Tribunal Superior le resultó muy molesto que Garzón metiera sus inquietas narices en Chile y sometiera a juicio al dictador Pinochet, pero tuvieron que aceptar lo que el derecho internacional en sus contenidos asistía a Garzón en su decisión. Pero esta no se la han dejado pasar. La mayoría conservadora, ultra conservadora, diría yo, que anida en las más altas esferas de la justicia española quiere poner a un juez mediático y polémico en el banquillo de los acusados como para demostrar que aquí en España, todavía, en ciertos sectores manda quien manda. La derecha. Un mensaje corporativo. Un mensaje entre líneas de que no toque a los suyos más de lo debido. Vamos, que aprenda de De la Rúa en Valencia, que ese sí es un juez que gusta a los jueces de jueces. De lo contrario no se explica una prevaricación –es decir, hacer algo que no le corresponde como juez porque no tiene competencias-, por hacer lugar, como juez, a la petición de un numero grupo de asociaciones que reclaman, desde hace mucho tiempo, que las fosas comunes localizadas, sean investigadas, que se identifiquen los cuerpos y que se los entregue a sus familiares, como corresponde.
Hace unos días toda Europa realizaba un acto solemne para condenar los crímenes del nazismo, que terminaron treinta años antes que los crímenes del franquismo. El Holocausto es aun investigado y se sigue buscando a sus culpables. La mayoría de los países de América Latina han juzgado o juzgan a dictadores y cómplices. Por regla general, en la primera década del siglo XXI, en todas partes, los estados que se dicen democráticos saben que se tienen que poner del lado de las víctimas, que no puede haber el menor gesto de complicidad con el horror que se generó desde el aparato estatal. En todos lados, menos en una de las dos Españas donde esto, puede ser motivo de prevaricación. Un signo más de todo lo que nos falta por hacer, de todo lo que nos falta por vencer. De que la piel democrática de la derecha moderna es una epidermis aun muy frágil, que se irrita ante cualquier gesto.
No se explica sino, la airada y por todos criticada reacción de Rajoy, del PP, cuando vieron a la Secretaria de Organización del Socialismo, Leire Pajín, con el puño en alto. Un puño en alto que no estoy dispuesta a defenderlo en todas sus consecuencias a lo largo de la historia, pero para la extrema derecha, esa del saludo romano y el brazo extendido, es una irritante provocación histórica. El puño en alto es un símbolo histórico, primero de los trabajadores y la lucha obrera, y luego las fuerzas políticas de la izquierda lo adoptan. Es un gesto que lo utilizan los simpatizantes y militantes de la izquierda, gente de bien y demócratas convencidos de los pies a la cabeza, en lo que mi opinión respecta y, sobre todo en el acto minero en el que fue utilizado. Precisamente en España, en nuestra historia más reciente, por levantar el puño y por defender esas ideas se fusiló, se encarceló y se mandó a mucha gente al exilio.
Al PP no les gusta el puño en alto, pero rechazan mociones para retirar símbolos fascistas, placas, monumentos y medallas del franquismo. En España no hay muchas derechas, o si las hay están todas concentradas, parapetadas dentro o detrás del PP. La misma derecha y el mismo partido que quiere echar de la judicatura al Juez Baltazar Garzón por atreverse a juzgar históricamente al franquismo. Pero si no quieren ni que se les juzgue por acciones del presente, si niegan y maltratan el estado de derecho, por su supuesto derecho a la impunidad que le otorgan más los amigos en la justicia que la justicia misma según su letra y espíritu. Cómo van a aceptar, así sin más, que el resultado histórico no siga siendo, según ellos, Franquismo 1 – Justicia 0, no les importa en lo más mínimo que la democracia en estos juegos institucionales siga perdiendo por goleada y, nosotros y nosotras, sufriendo desde la tribuna del presente, viendo cómo algunos políticos, algunos jueces, algunos poderes, algunos poderosos, algunos… no tienen el menor reparo a la hora de manosear las instituciones aunque los valores democráticos queden fuera de las reglas del juego.

Un fuerte abrazo
Gloria calero

9 comentarios:

Rodrigo Martín Solis dijo...

Garzón está en el punto de mira del partido conservador desde que el juez puso en marcha el pasado mes de febrero la investigación del caso Gürtel, la trama de corrupción vinculada al PP.
A instancias de varias aociaciones para la recuperación de la memoria histórica, Garzón decidió incoar en el 2008 un proceso contra los responsables de la desaparición de miles de personas durante la dictadura de Franco. Su decisión solo fue bien acogida en algunos círculos progresistas y fue duramente respondida por sectores afines a la ultraderecha. El proceso tampoco satisfizo al Gobierno porque dejaba, en cierto modo, en papel mojado la ley de memoria histórica aprobada en el 2007.
Pero estimo que Garzón es un hombre
justo y abnegado, y saldrá fortalecido de los embates fascistas.

Rodrigo Martín Solis

Antonio García Puentes dijo...

El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, reconoció este jueves que no le gusta ver a Baltasar Garzón declarar ante el Tribunal Supremo y recordó la lucha contra la organización terrorista ETA y los "grandes servicios" a la democracia efectuados por el magistrado de la Audiencia Nacional.

"A mí no me gusta ver a un juez de la Audiencia Nacional que tanto está haciendo en la lucha contra ETA declarando ante el Tribunal Supremo y no me gusta, aparte, ver al juez Garzón, que ha prestado grandes servicios a la democracia, declarando ante el TS", respondió González Pons.

Me parece un buen gesto de Pons.
Saludos Antonio García Puentes

Ignacio Prieto Farré dijo...

Dos de las cuatro asociaciones de jueces, la progresista Jueces para la Democracia (JpD) y la moderada Francisco de Vitoria (FdV), consideran que el proceso a Baltasar Garzón "tiene poco recorrido" o constituye "un abuso" del Supremo. Al contrario que la mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura (APM), que considera "normal" el caso. El Foro Judicial Independiente (FJI) cree que su declaración como imputado "es una garantía".

Saludos Gloria y aprovecho para felicitarla por su blog.
Ignacio Prieto Farré

Paco Quiñones Aguilar dijo...

Para las asociaciones de víctimas, la toma de declaración a Garzón como presunto autor de prevaricación "denigra a todo el sistema judicial español" y supone "una interferencia injustificada en la independencia de los jueces en el ejercicio de sus funciones, tal y como ha enunciado la Comisión Internacional de Juristas, integrada por 59 representantes y ex presidentes de cortes supremas, magistrados y abogados de Estados miembros de la ONU".

En su escrito también denuncian "el caos total de respuestas" judiciales desde que Garzón repartió la causa entre los juzgados territoriales. Por eso pedirán estar presentes en los conflictos de competencia entre los juzgados, como en los casos de Granada (fosa de Lorca) o El Escorial (Valle de los Caídos), que han devuelto la causa a la Audiencia Nacional por considerar que se trata de crímenes contra la humanidad.

reproduzco estos párrafos, para
expresar mi solidaridad con el juez Garzón,.
Soy un descendiente de una víctima
fusilada a mansalvapor el Franquismo.
Mientras no enterremos a nuetros
muertos siempre la herida estará
abierta. Garzón es un valiente.

Paco Quiñones Aguilar

Marina Inés Serna dijo...

Garzón explicó a preguntas del fiscal que cuando consideró que no era competente, remitió las actuaciones a los respectivos lugares donde presumiblemente se produjeron las desapariciones y detenciones ilegales. Preguntado por el estado actual de la causa, Garzón detalló que dos juzgados, los de Granada y El Escorial, habían devuelto los autos y la cuestión de competencia está pendiente de resolver por la Sala Penal del Supremo. Según Garzón, una decena de jueces los han archivado, otra decena los han asumido y están instruyendo y otros 14 ó 15 no han tomado una decisión todavía. En respuesta a otra pregunta afirmó que considera que las víctimas no han recibido ninguna reparación y que eso dependerá de los procedimientos en curso.

Las víctimas señora Calero, estamos
indignadas por esta actuación de
la justicia,
Saludos

Marina Inés Serna

JuanMa Palau dijo...

No se puede vivir sin memoria histórica.
Cuando un país no recupera su memoria, cuando no entierra a sus muertos como es debido,
no cierra sus heridas y siempre
tendrá que mirar hacia atras

JuanMa Palau

Martin Olivera Más dijo...

Es necesario investigar.La justicia con el pasado es justicia con el futuro.
Saludos.
Martin Olivera Más

Anónimo dijo...

Quien juzga al juzgador,el gran problema de la democracia,la respuesta deberia ser,la ley,a los politicos los juzga ,la ley y el pueblo,¿quien juzga a los funcionarios?nadie¿quien juzga a los jueces?,los mismos jueces,ellos interpretan la ley,pero no los juzga el pueblo.Si el pueblo juzgara al juez Garzon,seguramente habria un sobresehimiento y felicitaciones por su labor,pero el juez que le instruye por esa causa(incomprensible,para la mayoria del pueblo)tiene unas ideas totalmente contrarias a las del juez Garzon,y en su interpretacion personal de la ley,podria ser encausarle de un delito de prevaricacion.El pueblo no juzgara a estos jueces y partido, que impiden que salgan a relucir los crimenes del franquismo,pero los juzgará la historia.

Gloria Calero dijo...

Estimados amigos y amigas:
Gracias por vuestras reflexiones, he creído mas oportuno ante la gravedad de los hechos y a vuestras aportaciones seguir hablando del tema, es necesario romper el silencio desde todos los ámbitos que podamos.
María Inés, no solo las víctimas estáis indignadas, estoy convencida de que mucha gente de bien también.

Un saludo
Gloria Calero