viernes, 26 de febrero de 2010

EL ELEFANTE ENCADENADO DE JORGE BUCAY




Estimados amigos y amigas:
Quiero compartir con vosotros este fin de semana este relato de Jorge Bucay, me ha parecido muy interesante para una reflexión personal


“Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente.
¿Qué lo sujeta entonces?
¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?».
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
I
maginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza...”.



Creo, con sinceridad, que este relato de Bucay nos puede ser muy útil para reflexionar sobre los tiempos y el ambiente político en el que vivimos. El PP, la derecha, con su estrategia bien definida y, muchas veces, perversamente diseñada, vive enviando mensajes, sólo a eso se dedican, mensajes, de que ya no podemos escapar. Zapatero o el PSOE se tienen que ir ya que ellos son los unicos que nos sacaran de la crisis y como al elefante nos tienen paralizados, cuando, ellos creo sinceramente, serán una peor cadena, pues la historia de los circos del PP, de la derecha en España, así lo han demostrado siempre.
Pongamos a prueba nuestra fuerza. Creo que tomar conciencia que juntos no hay cadena que nos mantenga atados a la crisis, que el esfuerzo y la creatividad de cada uno, las medidas del Gobierno de España, le mejora de la situación internacional, nos pondrán en un lugar mejor, libre de los condicionamientos circunstanciales y rumbo a una economía más sostenible, alejado del circo neoliberal y conservador, causa y raíz, ideología y pensamiento de los que ahora se dicen los únicos que pueden, que tienen la fuerza. Amigos y amigas, no nos dejemos amaestrar por la derecha. Sería muy triste, para una ciudadanía emprendedora y progresista, que creo somos una inmensa mayoría, que, un día, un día terrible aceptáramos como sociedad nuestra impotencia y nos resignáramos a un destino que no nos merecemos.

Buen fin de semana.
Un saludo
Gloria Calero

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