Estimados amigos y amigas
Llegó el verano, estamos ya en julio y comienzan las vacaciones. Espero y deseo que muchos y muchas tengan la oportunidad de disfrutarlas, después de un año duro, después de meses de incertidumbre y malestar económico, después de la zozobra que causa en cualquier país y sociedad, una crisis mundial como la que hemos vivido y que, según los primeros síntomas, estamos comenzando, poco a poco, a nivelar hacia arriba, buscando una salida a la misma, quizás más lento que lo deseado, pero espero que más seguro que lo esperado, también.
Es mi deseo que tengan unas felices vacaciones. Quizás este año, hayamos buscado alternativas a lo que todos los años hacíamos. Y está bien. También en materia de vacaciones debemos modificar nuestras conductas. Soy de las que piensan que las mejores vacaciones no necesariamente son las más caras, ni las que nos llevan más lejos, ni las más largas. Sino aquellas en las que acertamos y damos con un lugar tranquilo, con una compañía amable, con aire puro y sombra generosa, con un buen libro que nos cuente una historia que nos enriquezca el espíritu. Unas buenas vacaciones es más, la suma de un conjunto de pequeñas cosas, que un aparatoso acontecimiento. Al menos, yo nunca he cambiado la paz de los simples acontecimientos, a las alocadas carreras para intentar sacarle un rendimiento extraordinario a esos días que se nos dan para usarlos libremente. Así lo he intentado siempre, para mi, las verdaderas vacaciones son las que se viven de adentro hacia afuera y no al revés. Claro que el ambiente, la geografía, el paisaje, la compañía, la comodidad y hasta el dinero, pueden ayudar, pero lo importante es cambiar de aire el espíritu cotidiano de nuestro interior y lograr esas buenas e inigualables sensaciones que nos hacen sentir renovados.
Yo aun las tengo lejos, pero, cuando lleguen, seguramente dejaré por unos días que la vista se me pierda en el horizonte de mi querida llanura manchega, donde el cielo se junta con la tierra y, al menos a mí, me da la sensación cada año, de que el futuro por delante sigue siendo aun mas largo y mejor.
Para los que se vayan ahora
¡ser felices, pasarlo bien! cuanto mejor acompañados mejor, en el mejor lugar posible, aunque sea en la propia casa, pero que por dentro, le demos descanso a la rutina y busquemos enriquecernos con todo lo hermoso que la vida nos ofrece, también desde lo sencillo y humilde.
Y… para los que aun nos quede un poco, paciencia.
Un fuerte abrazo. Felices vacaciones y, como siempre, aquí os espero con una sonrisa.
Gloria Calero
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