viernes, 10 de diciembre de 2010

¿DÓNDE ESTAMOS, HACIA DÓNDE VAMOS? ESTATUAS, OBISPOS, VALORES… QUÉ

Estimados amigos y amigas:
Que si no fuera por esa indomable rebeldía que tengo, a pesar de mis años, me sentaría a esperar a que la historia cercana dieran respuesta a estas dos preguntas. Pero cuando la realidad supera la ficción yo ni quiero ni puedo sentirme ni por un segundo cómplice con una parte de la sociedad y/o con estos dirigentes “obscenos” de la Comunidad Valenciana. Hoy la primera plana de los medios de comunicación dice: “Una escultura de 24 metros homenajeará a Carlos Fabra en el aeropuerto de Castellón” y “Cañizares (cardenal) acusa a los políticos de querer arrebatar a niños y jóvenes la fe de sus padres”. Por eso escribo, porque antes muerta que sin ilusión. Antes muerta que sin valores. Antes muerta que sin esperanza. La esperanza de que los valores sean los que nos ilusionen, nos muevan, nos conmuevan, nos unan, nos hagan transparentes y solidarios, demócratas y libres, tolerantes y justos, honestos y creíbles.



Que Carlos Fabra admita que la empresa a quien le otorgó la concesión de la construcción del Aeropuerto de Castellón le construya una escultura gigante por valor de más de 300 mil euros dedicada a Carlos Fabra, es decir él mismo, es para un análisis psicosocial que seguramente diagnosticaría una patología de desvarío personal o impropio político, más si nos atenemos a sus palabras: "Ripollés se ha inspirado en mí porque cree, y creo que no es inmerecidamente, que he tenido mucho que ver con el aeropuerto, si me permiten la inmodestia”. Un aeropuerto declarado innecesario desde hace tiempo, al tener el de Valencia tan cerca y mucho más ahora con el AVE, que reducirá el tráfico aéreo en casi 50 % en Manises. Pero era una capricho de Fabra, bien cobró la empresa por hacerlo y allí va la estatua. Según la bibliografía, estas (las estatuas)pueden ser: propia, en pie, sedente, sentada, yacente, tumbada generalmente sobre un sarcófago, ecuestre, a caballo, orante, arrodillada, oferente, ofreciendo presentes. La bibliografia no contempla engrillado, tras una reja, detrás de unos barrotes o con una bola de acero atada a un pié con un traje a rayas. Sencillamente porque a los delincuentes no se les hacen estatuas, se los mete en la cárcel. Sólo los facinerosos, las mafias, o los dictadores se las hacen a sí mismo. Y por estas últimas causas, aunque bajo otro nombre más elegante – incluidos en el Código Penal-, está investigado y encausado Fabra, por su caciquismo y amiguismo liante. ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde vamos? Si ese fetiche de la corrupción es puesto en pie, será el monumento al desquicio de los valores ciudadanos. Lo cual explicaría muchas cosas que hoy, al menos para mí, me resultan inexplicables desde mi sentido democrático.



Que el prefecto de la congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede, el cardenal valenciano Antonio Cañizares, lanzara en la misa por la Inmaculada sus dardos interesados –y envenenados-es propio de la caverna mas oscura de España… “ha tildado de "inaceptable" la pretensión de algunos de "reducir la religión católica al ámbito estrictamente privado, se da más crédito a lo que dicen ciertas corrientes o creadores de opinión que a lo que enseña el Papa o los obispos" o “acusa a los politicos de querer arrebatar a niños y jovenes la fe de sus padres. ¿Dónde estamos? ¿Hacia donde vamos? Yo les digo que miren dentro de su casa y vean el ejemplo que ellos estan dando, seguramente esa es la causa de esa desafeccion con la “santa madre iglesia” que no busquen el demonio fuera.
Amigos y amigas: El qué del “qué”. Dos ejemplos que me hacen preguntar dónde estamos y lo que es peor, hacia dónde vamos. A simple vista una estatua y un cardenal, se juntan en el final de mi texto para volver a recrear el ámbito de los valores libres, libremente adquiridos y disfrutados, una educación ciudadana que nos enseñe los límites, pero sobre todo los desafíos sin miedos ni temblores, una libertad religiosa de todos los cultos, sin condicionamientos para quien quiera practicarla, no para quien quiera obligarla.
Yo creo y confio en la DEMOCRACIA. No intento imponerla, pero es mi deber defenderla como base de todas las libertades. ¡Qué ironía!, no recuerdo en este momento, una estatua a la democracia, y menos de más de 300 mil euros… Será por eso que así estamos donde estamos y de seguir así, no quiero ni pensar hacia dónde vamos.
Un saludo
Gloria Calero

6 comentarios:

Vicent Collers Galvez dijo...

Megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por los delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia, a menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control. La palabra deriva de dos raíces griegas, manía (obsesión) y megas (grande). A veces es un síntoma de desórdenes psicológicos como el complejo de superioridad o la compulsión eufórica, donde el sujeto aquejado de esta perturbación tiende a ver situaciones que no existen, o a imaginarlas de una forma que sólo él termina creyéndose. Las puede emplear para manipular sentimientos y situaciones de cualquier tipo. Es un mal estudiado por los especialistas desde tiempos muy remotos. Los ejemplos más comunes son de emperadores, monarcas y dictadores.

Y se suma también la megalomanía del Sr Fabra, que no sabemos si es
emperador, monarca, dictador, o
simplemente corrupto.
Vicent Collers Galvez

Soledad Fourcades Matos dijo...

El sr Fabra padece de megalomanía, o lo que es peor nos toca a nosotros solventar los 300.000 euros que nos costará su estatua.
La megalomanía es un estado espiritual en la que la persona que la disfruta tiene la total seguridad de que es la más importante del universo, y que debería gobernar sobre él. Y tiene razón. Debe diferenciarse del egocentrismo, ya que éste es, en palabras de Ambrose Bierce la condición de una "persona de mal gusto, que tiene más interés en sí misma que en mí".

Algunos teóricos la definen como que estás loco de remate y que eres un enfermo sin sentido de la realidad, pero yo no les creo. Eso dicen todos los seres inferiores.

Se dice que Nicolás Copérnico disfrutaba de ella (aunque no está comprobado), al querer obligar a todo el mundo a pensar que la Tierra era redonda como una pelota de fútbol y giraba alrededor del Sol. Como todos sabemos y se ha comprobado con la exploración espacial, la Tierra es plana, está situada sobre cuatro elefantes, y éstos a su vez sobre el caparazón de una inmensa tortuga que viaja por el espacio con el Sol dando vueltas a su alrededor.

Soledad Fourcades Matos

Juan Urivert dijo...

El aeropuerto de Castellón contará con una estatua de 24 metros en homenaje a Fabra.

Las cosas que ocurren en este país no ocurren en ningún otro lugar del mundo civilizado. Inaudito. Menudo ejemplo para las nuevas generaciones.

Según fuentes de la Cadena Ser, la decisión la ha tomado la promotora del aeropuerto que preside el propio Fabra. La estatua que se ha diseñado para la ocasión será de todo menos discreta porque tendrá 24 metros de altura y 18 de diámetro. Ha sido encargada al artista castellonense Juan Ripollés y se instalará en la rotonda de acceso al aeropuerto de Castellón.

El artista Juan Ripollés ha manifestado recientemente que la escultura supondrá un “homenaje a Carlos Fabra“. La obra está conformada por varias caras y aparecerá también la figura del presidente popular. Según el artista, será su obra de mayor volumen: “Con una altura de 24 metros, sólo superada por la de las Víctimas del Terrorismo, que tiene 29 metros”. Ripollés anunció que “la escultura estará acabada en un plazo de dos meses y no dudó en calificar de “reto importante” este proyecto-
Así estamos.
Saludos
Juan Urivert

Mauricio Castells Copes dijo...

Es que no paran, ya no se conforman con tener regatas de fama mundial frente a las playas de la Malva-rosa o El Saler, con cerrar al tráfico durante días una parte del frente marítimo de la ciudad para que los bólidos de la F-1 corran por las calles de Valencia, con una Terra Mítica en franca decadencia, con crear un edificio made in Calatrava, me refiero al llamado Ágora, que no sabemos todavía para que sirve ni con elevar un edifico operístico que a las primeras de cambio se inundó pese a ser autocalificado por las autoridades valencianas cómo uno de los mejores teatros de ópera del mundo. Ahora quieren perpetuar su paso por la política valenciana mediante monumentos y, como no podía ser de otra manera, el primero en lanzarse a ello ha sido Carlos Fabra, ese megalómano presidente de la Diputació castellonense, quien tal vez ha encargado la genial obra para ver si así le alegran los tristes días en que tiene que ir en romería a deponer en las sede judiciales.

Carlos Fabra, cada día más Dom Fabrizio, lleva en sus genes la más horrenda política caciquil que uno pueda imaginar, le viene de familia, sus antecesores ya ocuparon el mismo sillón que él ahora calienta con su noble trasero, la galería de retratos ilustres de la Diputació castellonense da buena fe de ello e incluso en Castelló hay una calle dedicada a su saga familiar. Desde hace ya demasiado tiempo este émulo de cualquier Dom viene compaginando sus labores como político con, todavía, presuntas irregularidades fiscales y con el presunto, también de momento, tráfico de influencias. La pelea con su socio destapó el tarro de las esencias, aunque el perfume emanado fuera pura pestilencia, y comenzó su paseo por los pasillos de los juzgados que, milagrosamente, iban cambiando de titular con lo que los juicios todavía duermen el sueño de los justos mientras a Don Carlos cada año, también de forma milagrosa, le toca la lotería del Gordo navideño por lo que se ve obligado a abrir cerca de un centenar de cuentas corrientes en diversas entidades bancarias, más o menos como cualquier currante.

saludos
Mauricio Castells Copes

Eva Castillo Puig dijo...

Una silla vacía en la ceremonia de entrega de los Premios Nobel constituyó un modesto monumento, un símbolo de desagravio a todos los ciudadanos del mundo que tienen restringida la libertad de expresión, derecho sin el que las demás libertades y logros sociales quedan bajo sospecha, cuando no son otra cosa que una parodia. Repasar la lista de países que “devolvieron la invitación” a la ceremonia da la medida de la importancia que para el avance de los Derechos Humanos adquieren figuras como la de Liu Xiaobo y los demás disidentes políticos del planeta.

Sucumbieron a las presiones chinas, o bien lo hicieron de buen grado, ya sea bajo “el síndrome del capataz” o como recado a sus conciudadanos, Rusia, Kazajistán, Colombia, Túnez, Arabia Saudí, Pakistán, Serbia, Irak, Irán, Vietnam, Afganistán, Filipinas, Egipto, Sudán, Ucrania, Cuba, Venezuela y Marruecos. La mayoría de ellos forman parte de esa élite de países donde ser disidente te convierte, bien en delincuente común, bien en enemigo del Estado. Cierto que no están todos los que son, pues, según Amnistía Internacional, la libertad de expresión está restringida en no menos de 96 países.

Oslo fue una espléndida ocasión para repasar el estado de la justicia universal y la doble moral de las naciones. Entre otros, boicotearon el Nobel de la Paz dos países del G-20 (China y Rusia), esa organización de ricos y poderosos que acumula el 90% del PIB mundial, que se reúne anualmente para concertar tan sólo la administración de sus riquezas, y donde tienen asiento siete países que todavía no han ratificado el Estatuto de la Corte Penal Internacional, la última instancia para juzgar a los reos de genocidio, crímenes de guerra o desaparición forzosa.

Una fiesta del cinismo universal en toda regla.
Eva Castillo Puig

Jordi Valles Canalls dijo...

Al parecer EEUU y China han llegado a un acuerdo. Se niegan a reducir sus emisiones de CO² a pesar de que entre los dos países suman el 40% del total mundial de las mismas. Dios los cría y ellos se juntan. Los científicos creen que esas emisiones son las causantes del calentamiento global.

La UE, en su afán de contemporizar, no planta cara a los que crean el problema y se conforma con redactar un acuerdo de buenas voluntades para que todos puedan levantarse de la mesa llevando en la cartera un papel mojado que no comprometa a nada. La cuestión es que contaminar es un buen negocio y luchar contra la destrucción del planeta todo lo contrario. El único impedimento que veo a esta real soberanía es que lo que se destruye con las emisiones no es sólo el patrimonio propio, sino también el del vecino. Es intolerable que la codicia de los más poderosos traiga consecuencias graves para otros que no tienen ni voz, ni voto, ni veto, ya que la subida de la temperatura les puede borrar del planeta.

Supongo que los constructores de muros se están frotando las manos previendo corrientes migratorias de millones de seres hacia el norte en busca de agua, ese agua que, según los analistas, será la causa de las guerras del futuro.

Jordi Valles Canalls