martes, 8 de febrero de 2011

LA CUPULA DEL PP… REFUGIADOS EN LA INFAMIA


Estimados amigos y amigas:
“Infamia luris en la Antigua Roma era aquella que tenia lugar como consecuencia de ser procesado en juicio por haber obrado dolosamente o haber maquinado engaños de manera fraudulenta contra otro” el ciudadano que era tachado de infame, quedaba limitado en muchos ámbitos de la vida jurídica y social como por ejemplo, votar en los comicios, ni tampoco acceder a los cargos de elección popular.
Apelando al status romano, lo que hace Rajoy, de Cospedal, González Pons, Aznar… es una INFAMIA, la pena es, que en esta España de hoy no se les castiga.
Tras el acuerdo firmado con empresarios y agentes sociales, aplaudido por los gobiernos internacionales y por el poder económico de este país, la derecha española no puede aguantar que algo pueda salir un -poco bien- y eleva el tono agresivo de su discurso y…
Vuelven a sacar a pasear a la derecha mas “casposa” de este país encabezada por Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, con la INFAMIA de la connivencia del gobierno con ETA, con banderas preconstitucionales, con mensajes “Zapatero te vamos a mandar con tu abuelo” y no se cuantas barbaridades mas, los que quieren dar una imagen mas moderada se quedan en la retaguardia, pero aun no he oído por parte de esos “moderados” denunciar los hechos.
Y tachan el acuerdo de “un mini acuerdo, de indigna farsa o de frivolidad, de brindis al sol o de que llega tarde” siempre igual, cualquier cosa menos apoyar, todos trabajadores, sindicatos, empresarios estamos poniendo con mas o menos agrado de nuestra parte para salir de esta situación, todos menos ellos, precisamente los que defienden las políticas que nos han llevado a esta crisis, ellos solo INFAMIA tras INFAMIA.
Y en su línea de INFAMIA y desfachatez la Sra. de Cospedal dice “tener la llave para sacar España del baúl de fracaso y de la crisis donde nos ha metido Zapatero”, esta claro que la derecha entiende poco de baúles, solo entiende de cofres repletos para beneficio propio, tan guardadas tienen las medidas que ni Rajoy, el jefe, supo contestar ante una pregunta directa sobre medidas concretas para paliar el paro que le hizo una joven.
Cuando se abusa de la INFAMIA se termina en el RIDICULO. Y eso es lo que le está pasando al PP. Tanto himno de que ellos pueden, pero sin una sola letra de cómo, está pasando, finalmente y con razón, factura a una derecha mentirosa, demagógica y sin sentido de Estado, que cree que el fruto maduro del poder caerá con esas artimañas poco nobles.
Un amigo de este blog (Miguel Hortelan, su comentario completo esta en el post anterior) me a sacudido gratamente con algunas de sus reflexiones que comparto con ustedes:
“Y si no gana el PP? A lo mejor resulta que la gente empieza a comprender la zafiedad y capacidad de insidia del PP. A lo mejor resulta que la gente comienza a tener en cuenta los numerosísimos indicios de corrupción políticoeconómica. A lo mejor resulta que la gente comienza a exigir a Rajoy precisión en sus propuestas económicas para salir del pantano y ya no le valen vaguedades y medidas ridículas y pueblerinas. A lo mejor a la gente le hubiera gustado que Rajoy presentase una moción de censura, aun sabiendo que la podría perder por no recibir apoyo de los grupos políticos que representan al pueblo español, pero salvando su honor político y no con la descalificación permanente como única arma de destrucción masiva. A lo mejor a la gente le hubiese gustado que el PP practicase en sus gastos y en los de sus autonomías la austeridad que tanto reclama. A lo mejor la gente comprendió la manipulación ideológica de sus televisiones autonómicas. A lo mejor la gente entendió que no se puede acusar sin pruebas. A lo mejor la gente entendió que nadie traicionó a los muertos, salvo los terroristas. O entendió que no se puede ni debe desacreditar a España en el extranjero”.
A lo mejor… depende de nosotros. Quizás ocurra como en la Antigua Roma, con los acusados de INFAMIA. A lo mejor.

Un saludo
Gloria calero

3 comentarios:

Alejo Rico desde Alicante dijo...

Que acertado comentario que resume la semana de la infamia del PP. Estaba claro que no soportarian que Europa, felicitara a Zapatero y con todas las letras. Tanto trabajo para destruirlo durante toda la crisis culpandolo de ser el responsable, para que venga una colega de la derecha y aplauda a quien han insistido que no podia, ni sabia, ni habia otra salida que su salida. Es evidente que España se sale fortalecida con esta felicitacion. Y tambien Zapatero. Y si fueramos verdaderos españoles nos alegrariamos por ambos, todos vivimos en la misma Roma, solamente los infames se han quedado fuera y pueda ser que como ciudadanos los inhabilitemos para ejercer cargos publicos por medio de los votos. Hagamoslo por Roma. Hagamoslo por España. Hagamoslo por España. Ya no cuelan baules llenos de ideas, solo es creible el afan insaciable de tomar por asalto el cofre de la Moncloa, aunque cueste la caida del imperio. Refugiados en la infamia, el titulo de toda una semana de verguenza politica por tener una derecha como la que tenemos, la peor de Europa, que ya es decir mucho. Y, en el caso de Zapatero, otra vez, demuestra que mira la realidad con ojos claros, no con los cristales empañados de codicia como Rajoy. Gracias por su aporte esclarecedor. Un abrazo de mi familia.

Ana del Valle dijo...

El 9 de febrero de 2006, el alcalde Gallardón se comprometió a vetar la entrada de los coches más contaminantes al centro de Madrid en el año 2008. No lo cumplió. En el año 2008, la concejala ‘ecologista’ Ana Botella anunció que esta medida contra la polución arrancaría en 2010. Tampoco lo cumplió. En el año 2010, el equipo del alcalde lo volvió a prometer para el próximo mandato. Y está por ver, igual que ese servicio de préstamo de bicis urbanas –como el exitoso bicing de Barcelona o París–, del que el Ayuntamiento también habla desde hace años sin que se haga realidad; dicen que no hay dinero para más.

Pero no hablemos sólo de lo que no ha hecho el alcalde para quitarnos la boina de mierda que enferma a la ciudad. Más allá de peatonalizar algunas calles y renovar la flota de autobuses, las medidas estrella de Gallardón contra los malos humos son cinco. La primera: cambiar los medidores de sitio y alejarlos de las zonas más sucias (la contaminación registrada bajó de inmediato un 20% y, a pesar de ello, siguió incumpliendo con lo que marca la UE). La segunda: renovar la flota de vehículos del Ayuntamiento por modelos híbridos de bajo consumo (a pesar de tanto coche oficial, no se ha notado en la polución). La tercera: un descuento del 75% en el impuesto de circulación para los coches eléctricos (una increíble exención de la que se benefician dos coches –¡dos!– de los 1.740.000 que hay en Madrid). La cuarta: animar a los madrileños a que cojan el transporte público (desde el lunes, en sus mejores pantallas de tráfico; sin éxito alguno). Y la quinta: culpar a Zapatero de la contaminación.

Inexplicablemente, a pesar de tanto esfuerzo del alcalde Gallardón, el aire de Madrid no sólo es casi irrespirable; según los parámetros de la UE, también es ilegal.

saludos

Ana del Valle

Iñigo de Haro Cané dijo...

Algo muy preocupante sucede en una democracia para que el principal líder de la oposición hurte a los ciudadanos una información elemental como el monto exacto de sus ingresos. Este periódico ha decidido averiguarlo por su cuenta, para lo cual consultó a expertos en recursos humanos que tomaron como base para el cálculo algunos datos públicos –como el sueldo de los diputados– y aquella antológica respuesta que Rajoy dio en una entrevista a El País: “Pues yo debo ganar unos 6.000 y bastantes más euros netos al mes, más mi asignación de casi 3.000 euros por mi condición de diputado”. Pues resulta que el dirigente que espera sacrificios de los españoles ante la crisis gana unos 200.000 euros al año y, que se sepa, no muestra la menor voluntad de renunciar a ninguno de los sueldos que devenga.

Con tal líder, no sorprende que el PP llegue con grandes reticencias al debate sobre transparencia que arranca hoy en el Congreso de los Diputados con la presentación de propuestas por parte de los distintos grupos políticos. Salvo que cambien de opinión, los conservadores se oponen a que los parlamentarios deban revelar detalladamente sus rentas y su patrimonio familiar. Al mismo tiempo, los partidos deberían informar sin subterfugios cuánto pagan a sus dirigentes; se trata de información pública, ya que los fondos de las organizaciones políticas proceden, en más de un 80%, de subvenciones oficiales. Ya es hora de que los representantes democráticos asuman la obligación de rendir cuentas –en el sentido literal de la expresión– a los ciudadanos. El Parlamento cometería un grave error si desaprovechara esta oportunidad.

saludos

Algo muy preocupante sucede en una democracia para que el principal líder de la oposición hurte a los ciudadanos una información elemental como el monto exacto de sus ingresos. Este periódico ha decidido averiguarlo por su cuenta, para lo cual consultó a expertos en recursos humanos que tomaron como base para el cálculo algunos datos públicos –como el sueldo de los diputados– y aquella antológica respuesta que Rajoy dio en una entrevista a El País: “Pues yo debo ganar unos 6.000 y bastantes más euros netos al mes, más mi asignación de casi 3.000 euros por mi condición de diputado”. Pues resulta que el dirigente que espera sacrificios de los españoles ante la crisis gana unos 200.000 euros al año y, que se sepa, no muestra la menor voluntad de renunciar a ninguno de los sueldos que devenga.

Con tal líder, no sorprende que el PP llegue con grandes reticencias al debate sobre transparencia que arranca hoy en el Congreso de los Diputados con la presentación de propuestas por parte de los distintos grupos políticos. Salvo que cambien de opinión, los conservadores se oponen a que los parlamentarios deban revelar detalladamente sus rentas y su patrimonio familiar. Al mismo tiempo, los partidos deberían informar sin subterfugios cuánto pagan a sus dirigentes; se trata de información pública, ya que los fondos de las organizaciones políticas proceden, en más de un 80%, de subvenciones oficiales. Ya es hora de que los representantes democráticos asuman la obligación de rendir cuentas –en el sentido literal de la expresión– a los ciudadanos. El Parlamento cometería un grave error si desaprovechara esta oportunidad.

Iñigo de Haro Cané