miércoles, 16 de marzo de 2011

¿POR QUÉ SE VOTA A LOS POLITICOS CORRUPTOS?


Estimados amigos y amigas:
Saben los lectores de este blog, que si algo me obsesiona y me hace pensar una y otra vez, es lo que somos, hacia donde vamos y la pérdida de valores que mostramos en relación con la política y los políticos.
¿Qué nos ha pasado desde el año 95/96 donde se castigó brutalmente al PSOE en todas las elecciones Autonómicas, Locales y Generales por los supuestos casos de corrupción del gobierno de Felipe González, a la permisividad e incluso justificación de la corrupción de ahora? Así lo reflejan las encuestas una y otra vez.
En un estudio publicado recientemente, la Fundación Alternativas, analiza cómo la corrupción no pasa factura en las elecciones, tomando como base, las elecciones del 2003 y 2007. No existe evidencia de ningún tipo de castigo electoral a los partidos afectados por investigaciones judiciales y detecta que “limpiar” las listas supuso pérdidas de voto de hasta el 12 %. La propio Fundación no disimula su pesimismo –yo tampoco-, ante la ausencia de castigo electoral y dice así: “Es un serio revés para el control de los políticos por las elecciones y pone en cuestión la capacidad del mecanismo electoral para discriminar, no sólo entre buenos y malos candidatos, sino incluso para cumplir la función más básica de expulsar de la arena política a aquellos que podrían haberse aprovechado irregularmente de los bienes comunes”, afirman.
Este fin de semana por asuntos personales he estado en Alicante, con personas de distinta ideología, incluso con los que se definen “apolíticos”, aunque no dejan de hablar de política… me han reafirmado el estudio al que hago mención anteriormente y, con tristeza y sin querer ofender a nadie, he llegado a una conclusión: en estos momentos VOTAMOS EN DEFENSA PROPIA, es la forma, consciente o inconscientemente, de legitimizar o justificar nuestras propias corruptelas del día a día.
El razonamiento es sencillo, simplista pero eficaz: ¿Por qué tengo yo que pagar... si nuestro presidente (Camps) es un ladrón? ¿Por qué no voy yo a engañar o mentir a Hacienda si en nuestra Comunidad engañan con las cuentas? ¿Por qué tengo yo que pedir factura con IVA? ¿Por qué tengo que cumplir con mi horario de trabajo y hacerlo bien si ellos no hacen nada o lo hacen mal? ¿Por qué tengo que ser honesto y transparente si los que mandan no tienen ética y son oscuros? ¿Por qué tengo que cumplir con la ley y el orden si ellos la ponen en tela de juicio continuamente? Podríamos llenar folios enteros de ejemplos, seguro que a ustedes se les ocurren muchos más, por lo tanto, cuanto más corrupto sea el dirigente político, que es en el espejo que nos miramos, más impune queda nuestra conciencia. Menos remordimiento ciudadano afecta la vida de la sociedad. Como si nos gusta poder hacer lo que ellos, NO ENCUENTRO OTRA EXPLICACION A LAS ENCUESTAS PUBLICADAS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA.
Los gobiernos al tomar diariamente medidas que nos afectan a todos, es normal que haya controversia, se puede estar más de acuerdo o menos, según la ideología o el momento, según nos afecte más o menos. Pero en un marco de salud democrática, el corrupto es borrado de la escena, señalado con el dedo, si no es así “algo esta pasando” si nosotros, los ciudadanos, con nuestro voto legitimamos estos comportamientos, estamos erosionando el sistema democratico. Hace un tiempo, la corrupción era imperdonable, hoy no es una variable que cuantifique ni cualifique a quien supuestamente vamos a votar. Eso es un gran peligro, pues ha dejado de ser un filtro para reemplazar a los “malos gobernantes que se quedan con lo que nos pertenece a todos” y le damos autoridad para que siga enriqueciendose a nuestra costa.
Les aseguro que si algo quisiera, en este artículo, es equivocarme en el diagnóstico y que la explicación sea otra. Pero ver la intención de voto en la Comunidad Valenciana hacia quienes sabemos sobradamente están directa o indirectamente implicados en casos gravísimos de corrupción, no me deja otra salida que explicármelo con estas palabras que aquí termino de escribir.

Un saludo
Gloria Calero

6 comentarios:

Miguel Ángel Vidal dijo...

La orquesta del Titanic nuclear sigue ejecutando sus piezas con los ojos cerrados a la evidencia. ¿Desastre nuclear? Eso es lo que quisieran ustedes, so rojos, farfulla desde ABC Hermann Tertsch, que de esto también sabe mucho: “Desde el sábado, algunos sectores de eso que más que izquierda ecopacifista es tribu ecoguerrillera y banda talibán, están literalmente impacientes en su angustiosa esperanza de que se funda algún reactor nuclear en Japón y se cumplan sus peores augurios de cataclismo”. Medio grado más morigerado, su compañero de tintas Ignacio Camacho lamenta que unas explosioncitas de nada conviertan en prudentes a los cazavotos: “El accidente japonés va a aconsejar a los directores estratégicos no meterse en conflictos, lo que equivale a dejar el terreno libre a la ventajista alharaca apocalíptica”.

Incluyan en la tal alharaca a Angela Merkel, a la que el editorialista de El Mundo manda un cariñoso recado: “No podemos volver a caer en la tentación de aceptar un debate ideológicamente contaminado. Angela Merkel, tan implacable con los demás en la exigencia de reformas económicas, dio ayer muestra de una cierta precipitación”. ¡Vaya con Rotenmeyer! Nos ha salido una de esas ecologistas pancistas de las que berrea en La Razón José A. Gundin: “Fukushima es la baza oportunista para un ecologismo que perdía terreno en plena crisis económica, ante el encarecimiento del petróleo y la subida de los recibos de la luz y el gas. Ya han brotado en Europa las primeras manifestaciones de los antinucleares y, no tardando mucho, se trasladarán aquí al calor de la batalla electoral”.

Y si pasa algo, ¿qué?

Pues sepan que ya se puede desintegrar la Tierra, que La Gaceta no piensa arriar su bandera atómica. “En el supuesto de que el desastre llegase a sus últimas consecuencias produciendo un Chernóbil japonés, lo peor que podríamos hacer es dejarnos llevar por el choque emocional asociado a tales desgracias”, proclamaba su irreductible editorialista.

Como corolario a todo lo anterior, José García Domínguez nos regalaba desde Libertad Digital todo un autorretrato: “El Chernóbil de la demagogia ya ha estallado en las redacciones de los periódicos, cantera ahora mismo de una súbita inflación de avezados peritos en seguridad nuclear. Es sabido, en este negocio el más tonto fabrica relojes radiactivos”. Él mismo es la prueba irrefutable de lo que dice.
saludos

Miguel Ángel Vidal

uana Manrique dijo...

Vagabundos, malabaristas, vendedoras de cerillas (Monelles del mundo), hippies que hacéis pompas de jabón gigantes en la Rambla de Almería, chinos que vendéis cerveza en Malasaña, ¡oh, vosotros, que salváis de madrugada a los jóvenes borrachos de este país!, chavales cabizbajos, los que pasáis droja en una calle oscura de Albacete, extranjeros con perros gigantes y chanclas, con rastas, muy quemados, que paseáis pidiendo limosna por una playa Valenciana. Qué sé yo. Vosotros, amantes del arte, de los ceniceros fabricados con latas de Cocacola, de los collares de chapas y conchas, de los timbales y las flautas, y el acordeón el en Metro. Vosotros: Rajoy os quiere. “Esa es la actitud, apoyando el arte”, le dicen, como un buen ciudadano, como el más tolerante. Y yo me pregunto ¿a quién más le das monedas? ¿Las das sin cámaras delante? ¿Te preocupas sin cámaras delante? ¿Te gustan los acordeones? ¿Los que piden en el Metro? ¿Es que viajas en Metro? O peor ¿habías visto a alguien pedir dinero en la calle alguna vez?

Me parto de risa cuando un político o un famoso se pone en plan Ciudadano Ejemplar y sale en la tele dando de comer a sus gatitos o llevando a sus hijos al colegio entre abrazos y sonrisas del tipo “hoy todos hemos comido All Bran de Kellogg’s y mira qué depurados y felices estamos”. Me parto de risa porque me parece penoso, porque ¿a quién vamos a engañar? ¿Qué es eso de ser un Ciudadano Ejemplar, un hombre del s. XXI, un político bueno, humano y cariñoso? Me gustaría más ver a un Rajoy en pijama, sin maquillaje, en su casa, llorando, diciéndonos cómo se siente realmente. Cómo afrontará el futuro. Cómo le duele el presente.
Saludos Gloria.
Usted comprenderá de que me río, porque sufre
o ha sufrido cuando era Alcaldesa- la mejor-lo que son estos tipejos.
Juana Manrique

Sebastián Gascón dijo...

Un terremoto de magnitud 9 tiene un potencial devastador que una ola de 10 metros de altura que barre todo a su paso es capaz de multiplicar. Ni Japón, el país más preparado contra seísmos y tsunamis, puede frenar el efecto devastador de esta conjunción. Sin embargo, en última instancia, los accidentes nucleares que evocan el fantasma de Chernóbil no son culpa del detonante, una naturaleza imposible de domesticar, sino de la acción humana.
Que un país de 120 millones de habitantes esté al borde del pánico, y que el mundo contenga el aliento, se debe al intrínseco potencial destructivo de la energía atómica, a fallos de diseño, emplazamiento y seguridad, a un agresivo modelo de
desarrollo, al precio de reducir la dependencia exterior y a una apuesta por lo nuclear que sorprende en un país que sufrió, en Hiroshima y Nagasaki, el horror en estado puro. Después de Three Mile Island y Chernóbil, la energía nuclear sufrió un parón, amortiguado por 25 años sin ningún accidente grave pero, tras Japón, será ya absurdo sostener que es una energía limpia y segura.
Con el precio del crudo disparado por la revuelta árabe y la guerra civil en Libia, la catástrofe encuentra envalentonado al lobby atómico español y a su gran aliado, el PP, abierto partidario de indultar a las centrales (incluso Garoña, ya condenada en firme) más allá de su prevista vida útil, y hasta de construir nuevas plantas, como defienden Aznar y su ariete ideológico, FAES. Incluso Felipe González pide
reabrir la discusión teniendo en cuenta los avances tecnológicos y, sin que nadie le corrija, sostiene que varios ministros coinciden con él. De hecho, el PSOE pactó con CiU eliminar la referencia expresa en la Ley de Economía Sostenible a los 40 años de funcionamiento de las centrales.
Se acusa a Zapatero de gobernar en caliente, por impulsos, pero sería lamentable que, precisamente ahora, reaccionase con un exceso de cautela ante un desafío que, en países como Alemania, suscita ya reacciones inmediatas. Haría bien el PSOE, hundido en las encuestas, en olvidar que ya no cree en los dogmas y recuperar una de sus señas de identidad. En cuanto al PP, más le vale rectificar, ahora que tiene el viento a favor, si no quiere que le salga caro.
Saludos Gloria
Vivimos en Brasil, y la seguimos.

Sebastián Gascón

Rafa Soler dijo...

Fukushima está perdida, y con el triple meltdown parcial de sus agonizantes reactores se está fundiendo también el núcleo del discurso pronuclear: el mito de la infalible seguridad de estas centrales. “Es el menor de los accidentes posibles”, decía hace apenas tres días María Teresa Domínguez, la presidenta del Foro Nuclear español, el lobby del millonario sector. “No ha habido fallo de tecnología y no ha faltado nada para hacer frente a la situación (…) La planta está limpia y no ha habido impacto en el exterior”, aseguraba sin despeinarse. Sólo faltaba un baño frente a la central, como el de Fraga en Palomares.

Fukushima no es Chernóbil, claro que no. Pero no sólo porque ni siquiera hoy, cuando la palabra “apocalipsis” entra en el debate político, lo sucedido haya alcanzado a superar esa catástrofe. Fukushima era una central protegida por un doble blindaje en uno de los países tecnológicamente más avanzados del planeta y ni siquiera eso ha bastado para evitar el desastre.

¿Es posible vivir sin nucleares? Alemania ha parado siete de sus centrales, las más antiguas, y la vida continúa. China también acaba de suspender temporalmente sus planes de construcción de nucleares y en su caso nadie podrá decir, como con Angela Merkel, que es una decisión “electoralista”. Sin embargo, los defensores de la energía nuclear tienen razón en una cosa: a corto plazo, Occidente no puede renunciar al átomo sin asumir el coste de una electricidad más cara y un menor consumo energético. Habrá que buscar alternativas y es un debate más amplio del que cabe en esta columna. Pero con Fukushima se extingue para siempre esa ilusión creada por la propaganda atómica: la de una energía infinita, segura y barata. Tampoco existen los unicornios pero son más bonitos.

saludos Gloria.
Rafa Soler

Eva Ruiz Copes dijo...

En un intento por transmitir confianza a los ciudadanos ante las noticias apocalípticas que llegan de Japón, el Gobierno anunció ayer que revisará los sistemas de seguridad de las ocho centrales nucleares existentes en España y elaborará, además, sendos estudios de riesgo sísmico y de inundaciones en dichas instalaciones. No está de más, por supuesto, que se realicen trabajos de esa índole, incluso sin esperar a que ocurran catástrofes que los justifiquen. Pero la decisión del Ejecutivo resulta claramente insuficiente si no va acompañada de otras actuaciones orientadas al cierre efectivo de las plantas nucleares a medida que se vaya extinguiendo el plazo para el que fueron diseñadas, como cabría esperar de un partido que llegó a la Moncloa con un claro compromiso por la energía alternativa.

La primera obligación del Gobierno es cerrar ya la central de Garoña (Burgos), dotada de un sistema de protección como los de Fukushima que ha sido objeto de críticas desde hace cuatro décadas. Garoña cumplió 40 años de actividad el pasado 2 de marzo, pero el Ejecutivo le ha permitido funcionar otros dos años, hasta 2013. Y la reciente aprobación de una enmienda a la Ley de Economía Sostenible abre incluso el camino para alargar más la vida de esa y de las demás centrales. Hay que recordar además que, la víspera de la catástrofe japonesa, se aprobó extender de 30 a 40 años el plazo de otra central, Cofrentes. El Gobierno no puede escudarse más tiempo en argumentos técnicos discutibles, muchos de ellos interesados, para obrar en contra de sus compromisos. Poner fin a la aventura nuclear es, en esencia, una decisión política.

Un saludo muy cordial,Gloria

Eva Ruiz Copes

Martíin Escobar López dijo...

Mientras nos preparamos para las peores noticias sobre un desastre nuclear inminente en Japón, el mundo se moviliza por razones humanitarias, aunque más preocupado, todo hay que decirlo, por las repercusiones financieras y de repunte de la recesión global que puede acarrear el hundimiento de la economía japonesa.
Desde todo los rincones se recoge ayuda humanitaria, como un macroexamen del nivel de generosidad de los pueblos. El Vaticano, también. Siguiendo su costumbre, ha enviado cantidades inconmensurables de oraciones, porque, como decía el representante del Consejo Pontificio, Anthony Figueiredo, lo primero es rezar. Rezar para aplacar la ira de ese dios suyo que se entretiene en montar maremotos y tsunamis con el fin de poner a prueba la paciencia de los seres humanos. Y, como siempre en estos casos, la población está dividida en dos: los que agradecen a los dioses haberse salvado de su ira, y los que les rezan para que acojan en su seno a las víctimas.
“Si es gratis, cueste lo que cueste”, dice la máxima vaticana; por eso los pobres de todos los tiempos han sido alimentados con promesas de riqueza en el más allá, mientras en el más acá los clérigos se construían palacios y catedrales forrados de pan de oro, para ellos y sus barraganas. Pero esta vez el Vaticano se ha estirado. Se ha rascado el bolsillo. Con su envío urgente de padrenuestros y avemarías acompañó un cheque de 71.000 euros, para los primeros gastos en tiritas. No pudo enviar más por culpa de los ladrones que robaron millón y medio de euros a las monjitas de clausura de Zaragoza.
Bien sabe Dios que hacen más daño los ladrones que un terremoto y un tsunami juntos.

saludos

Martíin Escobar López