sábado, 30 de abril de 2011

EL VENERADOR DE UTOPÍAS... ERNESTO SÁBATO



Estimados amigos y amigas:
Ha muerto una gran persona, de esas que nos hacen sentir huérfanos. Se definía como un venerador de la utopía, "Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía -dijo- serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido". , le decía a los jóvenes.

Les dejo con otra reflexión suya muy interesante.

DOGMATISMO

En todas las épocas de la historia, los enemigos mas encarnizados del Dogma se han reclutado entre los partidarios de un Dogma Diferente, quemándose, ahorcándose o crucificándose mutuamente.
El auténtico espíritu libre está abierto a todas las posibilidades, incluyendo los dogmas y supersticiones [....]
Si hay algo seguro en nuestros conocimientos es la verdad de que todos los conocimientos actuales son parcial o totalmente equivocados [..] La experiencia realizada hasta el presente ha mostrado que viejas teorías que constituían Dogma apenas han resultado ser Equivocaciones...."


Ernesto Sábato

6 comentarios:

Gloria Penedés dijo...

Siempre fue una princesa. No una de esas cursis y miedosas, que esperan al príncipe azul entre encajes y diademas y cojines, pálidas y silenciosas. No. Una princesa de verdad, como las de sus libros, como deberíamos ser todas las mujeres del mundo, inteligente, divertida, libre, tierna, respondona y fuerte, aunque a veces la arrasen las tempestades de la humanísima fragilidad. Pero entonces, de entre la tibieza húmeda de los bosques, surgen las hadas, y le soplan encima sus estrellas de plata y la hacen resistir y seguir adelante.
Seguir escribiendo. Encontrándose una y otra vez con los seres diminutos y luminosos que habitan en los huecos de los árboles, en las corolas de las flores y el fondo arenoso de los lagos, en los escondrijos más ocultos de su propia mente imaginativa y llena de capacidad de percepción. Para lo más bello, y también para la fealdad, la miseria y la estulticia del mundo. Siempre fue una princesa capaz de hablar de tú a tú con los duendes y las ninfas, pero nunca fue una ingenua bobalicona.
Ahora, Ana María Matute es una reina. La reina de sus lectores, por supuesto, pero también la reina de todas las escritoras (y espero que muchos escritores) que la admiramos como autora y la queremos como persona. Todas las que le agradecemos su capacidad para mantenerse en pie en un mundo de hombres, fiel a sí misma, sin imposturas. Todas las que la aplaudimos ayer, mientras recibía el Cervantes, sintiendo que ese premio tan justo era muy suyo, pero también un poquito de las escritoras que ya se fueron de este mundo sin él por ser mujeres. Honor a Su Majestad Matute. Y no se olviden de leerla.

Es una escritora extraordinaria.
Sábato ha muerto, pero Matute aún vive.
Gloria Penedés

Gonzalo Mejía dijo...

Es una pena la partida de Sábato.
Lo he leído mucho y lo admiro.
Sus libros en mi biblioteca están recorridos y subrayados.
Es una fiesta el Cervantes para Ana María Matute.
También la leo permanentemente.
Es una escritora clave.
Saludos.
Gonzalo Mejía

Alberto Cañas dijo...

Marzo de 2008, dos millones de parados: Zapatero promete “el pleno empleo”. Mayo de 2009, cuatro millones de parados: Elena Salgado augura los “primeros brotes verdes de la recuperación”. Abril de 2010, cuatro millones seiscientos mil parados: Celestino Corbacho afirma que “lo peor de la crisis ya ha pasado”. Y así llegamos hasta hoy, al borde de los cinco millones de parados, y podría pasarme la semana recitando las muchas ocasiones en las que Zapatero y sus ministros pensaron que si cerraban los ojos, apretaban los puños y lo deseaban fuerte, fuerte, fuerte, los problemas de la economía se solucionarían solos.

La responsabilidad del Gobierno de Zapatero es clara: confundieron los deseos con la realidad. Negaron la crisis, o al menos la minimizaron. Parte de la culpa es suya, pero no toda; y para repartir el resto conviene recordar tres cosas.

La primera: que la legislación laboral y el Gobierno central son los mismos en toda España, pero el desempleo no es ni mucho menos homogéneo; hay lugares, como Euskadi, donde la tasa de paro es la mitad que la media.

La segunda: que las políticas activas de empleo están transferidas. Son las autonomías las que gestionan los más de 3.000 millones de euros en formación y fomento del trabajo; y alguna responsabilidad tendrán en este fracaso colectivo quienes administran –con tanto éxito– estos dineros.

Y la tercera: que quienes más contratan o despiden en una economía de libre mercado no son los gobiernos, sino los empresarios. Y alguna culpa tendrán también empresas como Telefónica, que celebran el récord histórico de beneficios con despidos para la plantilla y bonus para los altos directivos.
saludos Gloria

Alberto Cañas

Marcos Cospedal dijo...

Debo de ser un demócrata trasnochado, pero prefiero los juicios a los asesinatos de Estado. Debo de ser un blando, pero no creo en la pena de muerte ni mucho menos en las ejecuciones extrajudiciales. Debe de ser sospechoso esto que digo, porque antes de seguir voy a tener que dejar muy claro, para que nadie manipule mis palabras, que detesto la violencia, que detesto el terrorismo, que detesto a Al Qaeda y que no creo en el infierno, pero si existe tal cosa se inventó para asesinos como el difunto Osama Bin Laden.

Debo de ser un pacifista peligroso, pero aún soy de los que defienden que el fin no justifica los medios; que la Justicia no tiene nada que ver con un tiro en la cabeza y un cadáver lanzado por la borda hasta el fondo del océano. Debo de ser un antiguo, o tal vez alguien demasiado moderno, porque ojalá que la ley del Talión se hubiese quedado enterrada en la tumba del rey Hammurabi, hace más de tres mil años. Debo de ser un pesimista, porque creo que este mundo retrocede y vivimos una contrarreforma en lo económico pero también en lo político; porque me temo que las democracias que ayer felicitaban al Nobel de la Paz Obama hoy no firmarían la Convención de Ginebra o la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Debo de ser un utópico, porque defiendo que ni siquiera si se demuestra que la pista para cazar a Bin Laden salió de un prisionero de Guantánamo, como ya se ha filtrado, quedaría justificada la tortura o el limbo jurídico de esos “enemigos” que ni siquiera saben de qué están acusados. Debo de ser un aguafiestas inoportuno, por afirmar que la venganza no es Justicia; por recordar que hasta los nazis tuvieron un juicio en Núremberg que hoy negamos a los terroristas de Al Qaeda.
saludos

Marcos Cospedal

María Cañas Lizón dijo...

Ayer, el presidente estadounidense dio otro discurso, no muy alejado de aquel que ofreció en Suecia. Anunció que Estados Unidos había asesinado -dejémonos de eufemismos- a Osama Bin Laden. Las palabras de Obama, por mucho júbilo que desataran, no son sino una muestra de un nuevo fracaso humano. Esconder la necesidad de violencia en discursos en apariencia pacíficos no deja de ser una derrota, por muy bueno que sea su orador. Obama terminó su intervención con unas palabras que, cuanto menos, son para reflexionar: “Recordemos que podemos hacer estas cosas no solo por la riqueza o el poder, sino por lo que somos: una nación, bajo dios, indivisible, con libertad y justicia para todos”. “Se ha hecho justicia”, dijo. Es curioso lo diferente que puede ser la concepción de justicia. Para unos es venganza. Para otros -me incluyo- la justicia es diferente: juicio justo, defensa y condena -nunca a muerte-. No entiendo las ejecuciones extrajudiciales como justas. Es más, me atemorizan.

Nunca celebraré un asesinato, sea quien sea quien lo haya cometido u ordenado. El derecho a la vida prevalece aún hoy por encima de todo. Y si la única forma de hacer “justicia” es asesinar, entonces tenía razón Obama el día que recibió el Nobel de la Paz. El ser humano es imperfecto. Hoy un poco más que ayer.

*El 10 de diciembre de 1964, en Oslo, Luther King terminaba su discurso de una forma bien distinta: “Después de reflexionar, concluyo diciendo que este premio [...] es un profundo reconocimiento de que la no violencia es la respuesta de la política crucial y la interrogante moral de nuestro tiempo: la necesidad del hombre para vencer a la opresión y a la violencia sin recurrir a la violencia ni a la opresión”.
saludos

María Cañas Lizón

Mike Romero dijo...

Está claro que el fútbol es el opio del pueblo y, de haber nacido Marx un poco más tarde, es seguro que no habría dado tanto protagonismo a la religión, que cada vez narcotiza menos, a excepción de la misa televisada de los domingos con la que se duermen hasta las monjas. Este servidor fue testigo de la pausa en un velatorio para ver un partido televisado, al termino del cual y tras la sedante victoria del equipo local, todo el mundo regresó junto al cadáver mucho más consolado.

Pero no sólo eso. Es posible que la política sea la guerra por otros medios, pero el fútbol es en estos tiempos su mejor sucedáneo. De ahí que, a medida que los triunfos de un equipo son más numerosos, también lo sean sus seguidores, que bastante tienen con ser perdedores a diario como para permitirse encima nuevas derrotas los fines de semana. Bill Shankly, el mítico entrenador del Liverpool, lo tuvo siempre claro: “El fútbol no es un cuestión de vida o muerte; es mucho más que eso”.

Uno puede perder el trabajo, el piso y la pareja, pero por nada del mundo dejaría de ver un clásico. No se movilizaría contra un desempleo escandaloso ni para acabar con el hambre en el mundo pero saldría a la calle si un general portugués como Mourihno pidiera refuerzos para enfrentar la conjura arbitral a pecho descubierto. Nos gusta que nuestros gladiadores se dirijan a la grada antes de cada partido como lo hacían sus antepasados en el Coliseo: los que van a forrarse nos saludan.
saludos

Mike Romero