lunes, 13 de junio de 2011

COTINO, CAMPS, EL CRUCIFIJO, LA BIBLIA y LA NOSTALGIA DEL FRANQUISMO















Estimados amigos y amigas:

Seguramente Juan Cotino y Camps deben sentirse orgullos y hasta jactarse de su hazaña de prepotencia ultra católica y de falta de respeto a las creencias de cada cual y a la laicidad que le corresponde a las Cortes Valencianas.
Un gesto preocupante, no una travesura mística, un atrevimiento antidemocrático en un acto institucional, en el recinto de los representantes del pueblo, DE TODO EL PUEBLO.
El Parlamento no es suyo, no les pertenece, es de todos. Por eso su crucifijo y su biblia, pueden ponérsela en el ámbito privado que deseen, tanto como si quieren hacerse un altar a medida o imágenes en tamaño natural, un recinto donde se entre con carné de católico o del Opus... allá ellos, pero en las Cortes Valencianas NO.

“ No hay condiciones de vida a las que un hombre no pueda acostumbrarse, especialmente si ve que a su alrededor todos las aceptan” Lev Toltoi, Anna Karenina.

Puede que haya personas que digan: ¡ya están, con los problemas que hay y se enredan con el crucifijo!. Y… de eso se vale esta derecha cavernicola que cada vez va apretando mas la cuerda de nuestros derechos. Lo que ha hecho Cotino con la connivencia de Camps en las Cortes Valencianas no es un gesto cualquiera, ya se creen dueños y señores de todos nosotros y les aflora por los poros lo que llevan en la sangre, que es esa nostalgia del franquismo donde el crucifijo y la biblia junto con la practica del “ordeno y mando”eran obligatorios por donde fuera, y ocupaban todas las instituciones públicas o privadas en un lugar de honor.
Pero lo que mas me repugna de Cotino y de Camps es la DOBLE MORAL tanto en el ambito PRIVADO como en el PUBLICO que practican, aún delante de su venerado crucifijo, Cotino con la mano en su biblia y mirando de reojo a su crucifijo, que como testigo de sus palabras, me imagino se hubiese llevado las manos a la cabeza de no ser por los clavos que lo ciñen al madero... dijo:

“una nueva legislatura que no se puede emprender ni con rencores estériles, ni con vocación de imponer las ideas, con descalificaciones a la totalidad y mucho menos a cada persona. Que los parlamentarios están para servir a cada uno de los valencianos, con mucha cabeza y mucho corazón...”

Todo mentira a la luz de su trayectoria y el comienzo de esta legislatura, ahora parece que nadie les voto, hay como un sentimiento de que se fue la mano en el castigo al PSOE y nos quedamos cortos en el rechazo a la corrupción, pero ya es tarde y ahí están y esto es el principio de lo que nos espera.
Decía el querido y recientemente fallecido, Jorge Semprúm,

“Los profesionales del poder, en general, con excepciones honrosísimas, incluso en España, no son seleccionados por su inteligencia o por su capacidad de iniciativa, sino por su disciplina y abnegación. Con ellas se hacen los mártires, los profetas y lo sargentos de los ejércitos vencedores, pero no los inventores de ideas nuevas”.

Es evidente que Cotino y Camps, como otros tantos de la derecha nativa, se creen mártires, profetas o sargentos, pero ya es conocido que de ellos no saldrán las nuevas ideas que nos lleven al crecimiento, al desarrollo, a la pluralidad, a la educación, sino al retorno de las viejas ideas de una España que hemos creído olvidada pero estaba criando descendencia en los fondos de la caverna, a la espera de la primera oportunidad.
Y si es por representar, que quede bien claro, a mí no me representan.

Un saludo
Gloria calero

18 comentarios:

Xavi Mongroy dijo...

Se ha querido ver en la frustrada renuncia de tres magistrados del Constitucional la manifestación de una crisis de Estado, que se completaría con las últimas tribulaciones de un Gobierno al que se considera en acelerado tránsito hacia el otro barrio. Permitan otra opinión: estamos ante un ataque de urticaria. No es por restar méritos al gesto con el que Eugeni Gay, Elisa Pérez Vera y Javier Delgado han pretendido forzar la renovación del Tribunal y, de paso, sacar los colores a los responsables de su parálisis, aunque quepa preguntarse por qué lo han tenido precisamente ahora. Si es un escándalo que estos tres magistrados lleven ocho meses en una interinidad forzosa, ¿cómo calificar que Roberto García Calvo siga sin tener sustituto cuando lo que expiró hace tres años no fue su mandato sino él mismo?

Los magistrados tienen una dermis muy fina y reciben las críticas como picaduras de avispas africanas. Si el interminable fallo sobre el Estatut fue un motivo de irritación constante, los recientes y, en este caso, injustificados ataques que han sufrido a cuenta de la sentencia sobre Bildu han sobrepasado lo que piel tan sensible podía resistir. He ahí el motivo último de la urticaria.

La politización a la que PSOE y PP han condenado al Tribunal es lamentable, y lo son aún más las maniobras dilatorias de los populares para conseguir, tras las elecciones, una renovación que favorezca sus intereses, lo cual dice mucho de la independencia de los magistrados. Pero hay que recordar que hace un año ambas fuerzas se pusieron de acuerdo para tumbar una moción que limitaba a 90 días el plazo en el que los miembros de la institución podían permanecer en funciones. Si a empresarios y trabajadores se les quiere imponer un laudo arbitral en caso de desacuerdo, ¿por qué no hacer lo mismo con unos partidos que incumplen sus obligaciones constitucionales?

Del descrédito del TC son culpables los partidos, pero alguna responsabilidad tendrán también unos magistrados, cuyos bloques, salvo puntuales excepciones, son casi de guerra fría. Se echa de menos alguna autocrítica. ¿Demasiado para su piel?
saludos

Xavi Mongroy

Laura de la Vega Llanos dijo...

No es nadie Pedro José Ramírez pariendo titulares de primera ingeniosos. “El TC y la banca se indignan por la poca altura de la política”, conseguía El Mundo que nos imagináramos una acampada de tipos con toga y/o chistera. Olviden a los de la pasta. Son los de las leyes los que han dado un golpe encima de la mesa. ¿La culpa? De quién va a ser: “La bicefalia que se ha instalado en el Gobierno está siendo a todas luces negativa para la propia estabilidad del Ejecutivo y, por ende, también para el país”, señalaba hacia donde siempre el editorialista de La Razón.

Si han leído algo medianamente serio, sabrán que el empecinamiento del PP en colar a un hooligan sin currículum tiene mucho que ver en el bloqueo que denuncian los dimisionarios. Ignacio Camacho, que conoce el dato, lo pasa por alto y prefiere barrer para casa en ABC: “La crisis del Alto Tribunal se suma, en cualquier caso, a una parálisis institucional generalizada que afecta a toda la arquitectura del Estado ante la prolongación artificial de una legislatura prematuramente agotada”. Será eso.

Que lo disulevan

A río revuelto, ganancia de La Gaceta. A su editorialista se le hacen los dedos huéspedes y sueña en voz alta: “Una magnífica razón para plantear la disolución del propio TC, dada su manifiesta inutilidad y, sobre todo, su elevada toxicidad. Ya hemos comprobado que en lugar de ser garante de la Constitución lo es de los intereses del Gobierno. No caerá esa breva, pero eso sí que sería inédito y, sobre todo, higiénico para la democracia”.

Desde Libertad Digital, Guillermo Dupuy se apunta a la idea. Les tiene muchas ganas a esos jueces: “Enterraron a Montesquieu como dan vida ahora a los proetarras. Y, que nadie se engañe, no se arrepienten ni de lo uno ni de lo otro”. Es el mismo agravio que avienta, con el consabido aliño, Hermann Tertsch en ABC: “Con manos libres para la normalización, ese eufemismo con el que se menta al implacable rodillo de imposición de voluntades nazi-comunista, ETA puede dar tranquilamente por concluida su primera fase de la guerra revolucionaria para entrar en la segunda”.

Se dirán que sólo falta que alguien saque lo del árbol y las nueces. Helo aquí, Luis María Anson en El Mundo: “El PNV se ha beneficiado políticamente de la violencia etarra. Como explicó muy bien Xavier Arzallus unos zarandean el árbol y otros recogen las nueces”. Cansinos.
saludos

Laura de la Vega Llanos

Martín Muriat Valero dijo...

Una de las principales causas del desprestigio que sufre el Tribunal Constitucional es el hecho palmario de que la institución creada para garantizar el cumplimiento de la Constitución contravenga reiteradamente su letra y espíritu. Tardar más de tres años (como hizo el Senado) en sustituir a magistrados cuyo ejercicio la propia carta magna establece para “un periodo de nueve años” con la renovación del Tribunal “por terceras partes cada tres años” es inconstitucional. Lo dice el sentido común aunque el TC no pueda dictar tal sentencia. En un gesto sin precedentes, tres magistrados (Eugeni Gay, Elisa Pérez Vera y Javier Delgado) han decidido renunciar al puesto seis meses después de haber cumplido sus mandatos a propuesta del Congreso. En su carta de dimisión, el hasta ahora vicepresidente Gay desvela que en múltiples ocasiones expresó ante sus compañeros la sensación de “formar parte de un Tribunal secuestrado”. Ese tribunal, con una plaza vacía por fallecimiento y otras tres caducadas, decidió sobre asuntos tan trascendentes como el Estatut. Las dimisiones honran a quienes las ejercen aunque no hayan sido aceptadas por Pascual Sala, presidente del TC. El gesto coloca a PSOE y PP ante algo tan obvio y exigible como es el cumplimiento de su obligación constitucional. Muy especialmente en el caso del PP, cuyas dilaciones y maniobras han sido evidentes con el objetivo de mantener el peso conservador en el TC al margen de las mayorías electorales.

saludos

Martín Muriat Valero

Anónimo dijo...

Mire usted Dª Gloria,no se desespere,ellos saben perfectamente quien son sus dueños y quien les da las prevendas .La iglesia y la banca son los dueños del PP y a ellos les deben pleitesia.Un saludo,Javier

Isa Narbona dijo...

Quienes escupen a los parlamentarios, quienes los zarandean, quienes lanzan piedras o pintura contra ellos o quienes llevan la protesta contra un político hasta las puertas de su casa, donde duerme su familia, no me representan. Tampoco representan a los indignados, cuyos portavoces se han desmarcado de estos actos violentos. Aquellos políticos que quieren deslegitimar este movimiento con estos sucesos graves pero anecdóticos –en este mes que llevamos desde el 15-M, la inmensa mayoría de las protestas han sido pacíficas– están haciendo la misma equiparación injusta de los que pregonan que todos los políticos son iguales.

Sin embargo, ayer todo el 15-M perdió fuerza por culpa de esta minoría violenta, con la que habría que poner kilómetros de distancia. Si hay alguna esperanza de que este movimiento consiga plantar cara a los abusos que está provocando la crisis no es porque 4.000 o 40.000 personas se manifiesten frente al Parlament, sino porque una gran mayoría social (entre el 66% y el 80%, según las encuestas) simpatice con sus propuestas.

Es una lástima que la violencia haya eclipsado el verdadero debate: el brutal recorte social que ayer aprobó CiU en Catalunya (con la inestimable ayuda del PP, que apoyó el plan mientras Mariano Rajoy disimulaba). Entre las víctimas de esta poda está la educación, que se queda sin gran parte de sus becas. O la sanidad, donde el tijeretazo pretende cerrar los quirófanos por las tardes o atender a 76.000 pacientes menos en urgencias (no sé cómo: tal vez los manden a casa). Esto, que no se contó en ningún programa electoral, también es violencia. Pero para responder ante este abuso sobran las pedradas o los escupitajos.

Isa Narbona

Luis María Bollero dijo...

Al presidente de la CEOE no le gustaba ni la música ni la letra de la reforma de los convenios, pero una vez que el Gobierno ha afinado el tono, se ha bajado la melodía al Ipod y hasta dicen que la tararea. Metido en danza, Rosell ha vuelto a martillearnos con la cantinela de que subir los salarios con arreglo a la inflación es un método más antiguo que Atapuerca, y que lo moderno es calcularlo de acuerdo a la productividad, aunque su fórmula exacta debe de ser complicadísima porque ni él ni nadie de los suyos se atreve a escribirla en la pizarra.

En esencia, la productividad es un ratio entre la producción y los medios empleados para conseguirla. A costes uniformes, si una empresa produce lo mismo con la mitad de la plantilla, su productividad global habrá aumentado un 50%, pero no parece que Rosell aconseje subir los salarios de los supervivientes en esa proporción. Quizás se refiera a la productividad por trabajador. Pongamos el caso de una empresa que aprieta tuercas. Si sus operarios han de hacerlo con las manos la productividad será más baja que en la competencia, donde utilizan llave inglesa. ¿Merecerán por ello que su aumento salarial sea menor? ¿Quién decide invertir más o menos en tecnología o en formación?

Consideremos los beneficios y retrocedamos a ese período en el que las ganancias de la banca aumentaban a un ritmo anual del 20%. ¿Debían haberlo hecho también los salarios en idéntica medida? Como no hay ni puede haber un procedimiento único ni la productividad depende exclusivamente del rendimiento laboral, sólo haciéndoles partícipes de la gestión los trabajadores podrían aceptar ligar su evolución a la de los sueldos sin tener la sensación de que se les toma el pelo.

Al no haber constancia de que la patronal considere esa posibilidad, cabe concluir que su fórmula para determinar el incremento salarial se basa en el libre albedrío. Se conoce como “sime”: subiré los salarios si me da la gana y lo que me plazca. Individualizada, conduce al pago de bonus variables a cada empleado, cuya productividad será proporcional a su docilidad. En esas está.

Luis María Bollero

Ana Montreal Azen dijo...

Los sucesos de ayer ante el Paramento catalán, donde los indignados intentaron impedir la entrada de los diputados al pleno, no constituyen precisamente un planteamiento de seducción a la clase política que debería recoger las reivindicaciones, más que razonables, del movimiento asambleario. Si el conseller Puig había demostrado una exquisita torpeza hace unos días empleando la fuerza, la reacción de los indignados ha conseguido convertir también en indignados a toda la clase política, sin excepción. Verdes, rojos, y azules recibieron el mismo trato, zarandeos, ataques con spray, insultos, e incluso un intento de dejar a un diputado ciego sin su perro guía, hazaña ésta que figurará el día de mañana como un hito heroico en la historia de esta particular toma de la Bastilla.



Los grupos más numerosos de Sol y de Plaza Catalunya han emitido ya sendos comunicados desmarcándose de los métodos violentos de sus compañeros. Hasta el Coordinador General de Izquierda Unida, Cayo Lara probó en su propio culo la medicina del desconcierto en que estamos todos sumidos: también fue zarandeado e insultado por un grupo de indignados en Madrid, en el barrio de Tetuán, en un acto al que había acudido en solidaridad para paralizar un desahucio. Cayo Lara, al que se supone líder natural, o al menos moral, de un movimiento sin líderes como el que levantó el 15M, debe de estar preguntándose todavía a estas horas eso de “quiénes somos los nuestros”.

saludos

Ana Montreal Azen

Pilar Caamaño dijo...

stablecer los fundamentos de un crecimiento inteligente, sostenible, socialmente integrador y creador de empleo”. Las palabras suenan bien, hasta que se entra en los detalles. El pacto del euro es, en realidad, el mayor recorte al Estado del Bienestar y a los derechos de los trabajadores europeos desde que existen ambas cosas en Europa.

La receta acordada –que ya se firmó hace tres meses– consiste en rebajar los salarios, abaratar el despido, reducir el gasto público, alargar la edad de jubilación… En resumen: mejorar la competitividad de la economía a costa de los de siempre, que son quienes afrontan los puntos más concretos de un acuerdo que, por lo demás, es bastante difuso. El pacto del euro también plantea mejorar la educación o el I+D, pero no establece ni cuándo ni cómo. También habla de regular el sistema financiero, pero no propone una sola medida concreta. Incluso pide –y es el colmo– “reducir la pobreza”, pero no explica cómo se combatirá la exclusión en una Europa con sueldos más bajos y menos gasto social.

El plan no sólo es un error porque sea injusto. También lo es porque no cumplirá con su objetivo de acabar con la crisis. Hasta la nada sospechosa OCDE alertó hace unos meses de que el principal problema de la economía europea no es ni el déficit ni el mercado laboral, sino la banca. Los ajustes de caballo en el sector público, como ya está pasando en España, tampoco ayudan a salir de la recesión, sino que paralizan aún más a la economía. Bajar los sueldos para mejorar la competitividad puede ser una buena idea para un país como Alemania -que vive de la exportación–, pero no es una receta capaz de salvar Europa en su conjunto: un mercado que también depende en gran medida del consumo interno que sin duda va a ir a menos si los sueldos de la clase media se reducen.

La firma del pacto del euro no es voluntaria. Es el requisito que ha puesto sobre la mesa Angela Merkel a cambio de no dejar que los mercados devoren a los socios más débiles: a Irlanda y a los países del Mediterráneo, incluida España. A los gobiernos se les daba dos opciones: la tijera o la guadaña. ¿Y a los ciudadanos? También tenemos dos opciones: callarnos y aceptar los nuevos recortes o protestar ante este chantaje. Por eso este domingo, 19-J, diré no al Pacto del Euro desde la calle, pacíficamente, junto con los indignados.

saludos
BASTA DE RECORTES A LOS QUE MENOS TIENEN


Pilar Caamaño

Jordi Bulanguer dijo...

Tomar la parte por el todo lleva a generalizaciones tan injustas como creer que no hay político que no se lo lleve puesto o que los indignados son unos lobos disfrazados de corderos, que el primer día de calor se han quitado la careta para no sudar y se han liado a mordiscos con unos indefensos diputados catalanes. El del miércoles, dicen las crónicas, fue un día funesto para la democracia porque sus legítimos representantes fueron brutalmente agredidos, marcados con sprays, escupidos y zarandeados, salvo los que llegaron en el nuevo medio de transporte a prueba de kale borroka: el helicóptero oficial. ¿Que cuántas de sus señorías resultaron heridas en esa batalla campal que ha sobrecogido a los partidos, a la prensa y a las abuelitas de toda España? Ninguna.

Aquilatada la cuestión a sus justos términos, los integrantes del 15-M han de ser conscientes de que tienen tanta razón en sus demandas que no pueden permitirse el lujo de perderla por acciones de incontrolados. Su movimiento es lo suficientemente valioso como para vigilar que no sea infiltrado ni por policías, cuyo aspecto, tal y como se ha visto, es la envidia de cualquier camorrista, ni por esa chusma que piensa que el vidrio se recicla estampándolo en la cabeza del de enfrente. Se lo deben a millones de personas que, por fin, han encontrado una vanguardia tras la que situarse.

Sin violencia, es legítimo abuchear a Gallardón y hasta robarle unas horas de sueño a él y a su familia, como pensarán los miles de vecinos que no han podido dormir durante años por sus obras en la M-30. Y protestar ante el Parlament por los recortes de CiU. Y sacar la tarjeta roja a los corruptos que ocupan escaño en Valencia. Y movilizarse contra unos desahucios, pensados al estilo de las siete y media, para que siempre gane la banca. Y tomar las plazas públicas, que son de la gente y no sólo de los comerciantes.

Incapaces de etiquetarla, los políticos y los oligarcas están desconcertados ante una marea humana que ha dicho basta, y sólo han comenzado a sentir alivio cuando han podido presentarse como víctimas. No habría que darles argumentos.

saludos

Jordi Bulanguer

Mar Duprell Borrell dijo...

“Ataque a la democracia”. “Democracia secuestrada”. “En defensa de la democracia”. Leyendo los titulares y editoriales de la mayoría de periódicos ayer, y oyendo a tertulianos y dirigentes políticos, cualquiera diría que Tejero ha vuelto a entrar en el Congreso. Pero no, no ha habido ningún intento de golpe de Estado, tranquilos.

Nadie defiende los empujones, escupitajos y sprays a los diputados catalanes. Fueron obra de unos pocos, y todas las asambleas del 15-M los han condenado. Es más: en las imágenes se ve a otros manifestantes interponiéndose para evitar agresiones, de la misma forma que decidieron marcharse antes de que el enfrentamiento fuese a mayores.

Ahora bien, el bloqueo al Parlament no fue un acto violento de unos pocos exaltados, sino que formaba parte de la convocatoria que se venía calentando en las redes sociales y en las asambleas de barrio desde hace días: no en vano se llamaba “Paremos el Parlament”, y hablaba sin medias tintas de “desobediencia civil” pacífica y de formar un cordón humano para frenar la aprobación de los recortes. No sólo eso: ¿hace falta recordar que los principales lemas del movimiento son “Lo llaman democracia y no lo es”, y “No nos representan”?

La clase política es dura de oído, ya lo sabemos. Sin que haya que llegar al extremo de lincharlos a la puerta del parlamento, sí parece que hay que gritar mucho para que se enteren de algo. De otra forma no se entiende que después de un mes con miles de personas tomando las plazas y manifestándose ante ayuntamientos y parlamentos, todavía no se hayan enterado de que el 15-M no sólo es una expresión de malestar por la crisis y las medidas anticrisis –que también-, sino una enmienda a la totalidad del sistema político e institucional, una exigencia de “democracia real” frente a esta democracia demediada que en los momentos críticos se muestra rehén del poder económico.

Si la única respuesta a ese descontento es envolverse en la bandera de esa misma democracia cuestionada, el desencuentro irá a más, y a peor. Siguen sin entender nada.
saludos Gloria Calero.



Mar Duprell Borrell
Buenos Aires
Iberia

Lautaro Llenas Targut dijo...

En las escuelas de periodismo se enseña que las noticias han de ser nuevas. En castellano es normal que alguien pregunte ¿qué nuevas noticias nos traes? Una pregunta absurda, sin embargo, para los angloparlantes, pues ya el término news, el plural de new, encierra las dos acepciones sin posibilidad de equivocación: solo es noticia si es nueva.



Y sin embargo, nuestros telediarios están plagados de supuestas noticias previsibles, que se repiten cada año por las mismas fechas, como la llegada de las oscuras golondrinas. Los sanfermines, por ejemplo, solo deberían ser noticia cuando algún toro indignado (¿he dicho indignado?) se lleva por delante a algún corredor que le está tocando demasiado las pelotitas y los cuernos con el ABC o La Razón enrollados como un canuto (¡los canutos de esa prensa sí que colocan, eh!). Lo demás, o sea las carreras, se suceden todos los días más o menos iguales, como el día de la marmota.



Más absurda aún es la retransmisión de la fiesta de El Rocío, que por mucho que la repitan cada año, sigue pareciéndome igual de incomprensible. A diario conectan con ella para enseñarnos cómo se divierten los romeros, su arte con el cante y las palmas, los metros cúbicos de vino que se beben para poder tragar el polvo del camino sin atascarse la garganta, los jamones que devoran, y, sobre todo, cuánto aman a su Virgen. En doscientos años de tradición, solo este año ha habido una nueva noticia: un varal del paso se rompió, y fue para los romeros una tragedia, como si un tsunami hubiese arrasado Doñana. Tuve que cambiar de canal; las lágrimas de emoción me impedían soportar la visión de tanta desventura.



Si todo este periodismo de investigación y riesgo ocurre con noticias que tienen fecha reservada en el calendario, ¿qué nos espera con la visita del papa en agosto, continuando con la farsa de que Benedicto es un jefe de estado que viene a España en gira oficial? Si la televisión no se corta un pelo dedicando medio telediario al vergonzoso rapto tribal de la madre de dios por parte de los machos del pueblo de El Rocío, ¿cuántas horas diarias nos esperan de retransmisión de la visita del farsante de Roma, del representante del hijo en la Tierra, que manda mucho más que una virgencita de escayola de un minúsculo pueblo polvoriento?

saludos desde Río de Janeiro
Lautaro Llenas Targut

Manu Manchado dijo...

En lo que respecta a los sueldos de los banqueros, "la era de la contención se ha terminado", escribía ayer el Financial Times (FT). Según un informe encargado por el rotativo británico a Equilar, una consultora especializada en analizar los sueldos de ejecutivos empresariales, el año pasado, la retribución media de los máximos responsables de los 15 mayores bancos europeos y estadounidenses aumentó un 36%, hasta 9,7 millones de dólares (unos 6,8 millones de euros). Ese incremento contrasta con la discreta evolución de las ganancias de esas mismas entidades, que sólo crecieron un 2,9%.

El primer español en el ranking del FT es el presidente del BBVA, Francisco González, que ha descendido del quinto al décimo puesto, al bajarse un 10% el sueldo en 2010, hasta 5,6 millones de euros. Sorprendentemente, el estudio no tiene en cuenta al Banco Santander, el primer banco europeo, ni al suizo UBS. Según Equilar, esas entidades "no proporcionan un desglose comparable".

El presidente de JP Morgan aumenta un 1.541% su remuneración
En el caso del Santander, sí lo hay: según la memoria anual del banco, su consejero delegado, Alfredo Sáenz, cobró el año pasado 9,1 millones de euros, un 10,3% menos respecto a 2009 (10,2 millones). Sáenz se mantuvo así como el banquero mejor pagado de España. Y, a tenor de los datos publicados por el FT, también de Europa. De incluirse en el ranking mundial, sería quinto.
saludos Gloria

Manu Manchado

Jaume Tovares dijo...

Por lo visto el re-rescate de Grecia se ha retrasado porque los líderes europeos no se ponían de acuerdo en quién debe pagar la factura, divididos entre quienes opinan que sean Europa y el FMI quienes suelten todo el dinero; y los partidarios de que la banca asuma parte del rescate aplazando sus cobros.

Y digo yo, ¿alguien duda de a quién le va a tocar pagar el nuevo rescate? Pues los mismos que se harían cargo de la factura si al final Grecia quebrase; los mismos que pagarían los platos rotos si gracias a esta política económica autodestructiva llegase una debacle mayor que acabase con el euro: los de siempre, los que llevamos tres años pagando la crisis, financiera primero, económica y social después.

La crisis, las crisis, las pagamos los trabajadores europeos, afectados por los recortes y reformas que según los gobernantes son imprescindibles para salir de ésta. Eso sí: para no seguir castigándonos con este goteo de sustos y malas noticias, los gobiernos se han propuesto darnos el disgusto de una vez y para siempre, en una sola dosis: en los próximos días quieren aprobar el llamado “Pacto del Euro”, que a la vista de su contundente contenido deberíamos rebautizar “Impacto del euro”.

El plan, del que no hablan nuestros gobernantes pues para qué preocuparnos, es una colección de medidas y recortes propios de película de serie B, todo muy gore: rebajas salariales, reformas laborales, de pensiones y del sistema sanitario, límites estrictos al gasto público, privatizaciones. Y además, todo blindado, pues se pretende que los Estados conviertan en leyes nacionales la ortodoxia económica.

Como el plan es muy bestia, y las calles se están calentando –mañana hay convocadas manifestaciones en toda Europa-, nos lo quieren hacer tragar con la fórmula más vieja: el miedo. Lo oímos estos días: uuuuuh, que vienen los mercados, que aumenta la prima de riesgo, que quiebra Grecia, que desaparece el Euro, uuuuuuh. “Pánico en Europa”, titulaba ayer Le Monde. Lo de siempre: aterrorizarnos, para luego ofrecernos su salvación.

saludos
Jaume Tovares
Bruselas

Juan Palomino Senra dijo...

Hola Gloria le regalo un poema de Sor Juana:
Finjamos que soy feliz,
triste pensamiento, un rato;
quizá podréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario,

que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso
no seréis tan desdichado.

Sírvame el entendimiento
alguna vez de descanso,
y no siempre esté el ingenio
con el provecho encontrado.

Todo el mundo es opiniones
de pareceres tan varios,
que lo que el uno que es negro
el otro prueba que es blanco.

A unos sirve de atractivo
lo que otro concibe enfado;
y lo que éste por alivio,
aquél tiene por trabajo.

El que está triste, censura
al alegre de liviano;
y el que esta alegre se burla
de ver al triste penando.

Los dos filósofos griegos
bien esta verdad probaron:
pues lo que en el uno risa,
causaba en el otro llanto.

Célebre su oposición
ha sido por siglos tantos,
sin que cuál acertó, esté
hasta agora averiguado.

Antes, en sus dos banderas
el mundo todo alistado,
conforme el humor le dicta,
sigue cada cual el bando.

Uno dice que de risa
sólo es digno el mundo vario;
y otro, que sus infortunios
son sólo para llorados.

Para todo se halla prueba
y razón en qué fundarlo;
y no hay razón para nada,
de haber razón para tanto.

Todos son iguales jueces;
y siendo iguales y varios,
no hay quien pueda decidir
cuál es lo más acertado.
Sor Juana

espero que le guste

Juan Palomino Senra

Oliva Sagré Navarro dijo...

Quizá no exista un bien material que preocupe tanto al ciudadano como la vivienda. Para la inmensa mayoría, el piso constituye mucho más que una propiedad: simboliza la seguridad frente a la incertidumbre. No en vano la Constitución española consagra en su artículo 47 el derecho de los ciudadanos a una vivienda “digna y adecuada” y obliga a los poderes públicos a promover las condiciones y las normas para hacer efectivo ese derecho. Este precepto está muy lejos de cumplirse. Durante los años del boom, el precio de la vivienda alcanzó cifras astronómicas con la complicidad de los gobiernos de turno. Las facilidades crediticias que otorgaban los bancos y la ausencia en España de una cultura sólida de alquiler se conjugaron para que millones de personas adquirieran casas sobrevaloradas, a cuyo pago debían dedicar un enorme esfuerzo económico durante la mayor parte de su vida. La crisis rompió el espejismo y desde hace tres años se vienen multiplicando las órdenes de desahucio. Al impedir que algunos de esos edictos se ejecuten, el Movimiento 15-M está dejando en mal lugar a las autoridades, responsables de garantizar el derecho constitucional a la vivienda. Hay fórmulas que se pueden debatir: abaratamiento del suelo, más inversión en vivienda protegida –de compra o alquiler–, impulso de una norma de arrendamiento que otorgue más estabilidad al inquilino, facilidad para que la deuda hipotecaria se salde con la entrega del inmueble, mayor gravamen a las segundas viviendas que permanezcan cerradas, utilización con fines sociales del stock de vivienda paralizado por la crisis… Lo que falta, lamentablemente, es voluntad política.
saludos

Oliva Sagré Navarro

Juan Tenedor Lagos dijo...

Por sus indignaciones les conoceréis. Estaban deseando indignarse y por fin lo han logrado. O para ser más precisos: estaban indignados por dentro y ya no aguantaban más para estarlo por fuera. No pongas tus sucias manos sobre Mozart, clamaba el padre harto de los sucios melenudos amigos de su hijo con los que había sido generosamente paciente. No pongas tu sucios pies sobre nuestras plazas, clama la derecha harta de los sucios melenudos con los que hasta ahora había sido tan graciosamente condescendiente.
La derecha, en efecto, ha salido en tromba contra los excesos violentos cometidos ante el Parlament de Catalunya por grupos minoritarios vinculados al 15-M. Parece estar indignada por esos sucesos, pero en realidad lo estaba mucho antes. Si hay una cosa que no le gusta a la derecha española son los movimientos que reclaman más democracia. Dice que no le gusta que ensucien la Puerta del Sol o la plaza de Catalunya, que ocupen espacios públicos, que perjudiquen los negocios próximos a las acampadas, que increpen a los políticos, que bloqueen los Parlamentos…
Parece decir muchas cosas, pero en realidad dice una sola: no le gusta el 15-M porque es de izquierdas. No le gusta porque en ese movimiento late una exigencia de regeneración de la vida pública que va en contra de la manera misma en que la derecha entiende la vida pública.
Lo que ella quiere son menos controles, menos sindicatos, menos impuestos, menos redistribución, menos gasto, menos participación, menos igualdad, menos transparencia. Lo que ella quiere, en una palabra, es menos política.
saludos Gloria

Juan Tenedor Lagos
Personal de Iberia
Buenos Aires, Argentina

Mariano Tevez dijo...

o es fácil recordar unas elecciones donde la resaca electoral fuera tan parecida a la borrachera previa. Como si no hubiera pasado nada. Quizá porque en el fondo no ha habido elecciones. O porque las elecciones han sido las elecciones más aburridas del mundo, con casi todos los partidos poniéndose de lado, para que, cuanto antes, pasara ese cáliz. Es muy común en los partidos, cuando no saben qué pasa, optar por la huida hacia adelante. Desinencias de la idea de progreso. Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana. Ganar tiempo para las generales. Decir lo justo para que no te comprometa en el premio gordo de unas adelantadas elecciones. Hablar bajito…

Cuando la incertidumbre desaparece, la democracia electoral, como recuerda el profesor Raimundo Viejo, pierde buena parte de su razón. Si se sabe el resultado -y, sobre todo, se sabe lo que van a hacer y no hacer los que saquen más votos-, pese a que la rutina o el compromiso lleve a la gente a las urnas, las expectativas son mínimas. No es extraño que el 15 M se comiera el cierre electoral, la toma de posesión de los alcaldes, concejales y presidentes autonómicos y, seguro, los siguientes plenos. “Me gustas democracia, porque estás como ausente”, decía un cartón pegado junto al edificio Tío Pepe de Sol. No sabemos si se va a salvaguardar el mísero estado social que tenemos, pero nos hemos entretenido con la opusiana cruz de madera de Cotino en Valencia. Ni idea de si van a desaparecer más servicios sociales o el copago sanitario va en firme, pero nos han contado que estamos en bancarrota y no nos merecemos ni tranvías ni mercromina. No sabemos si se van a despedir funcionarios de ayuntamientos y comunidades, pero ya han avisado de que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Pese a eso, la función debe continuar. Menos mal que el 15 M estaba en la calle. Nos hemos ahorrado el pase de modelos de la toma de posesión. El pueblo indignado estaba vigilando de cerca las tomas de posesión. No tiene cuerpo para desfiles. “Vaya desperdicio en modisto”, pensaron algunos cargos mientras los indignados rodeaban los consistorios. Pero traje no visto, sirve para otra guerra.

Hemos asistido, en lo electoral a, como mucho, un cambio esperado de escenario. Unos miles de alcaldes, consejeros, concejales y diputados se han quedado sin trabajo (ya había 5 millones de ciudadanos en el paro), pero no afecta al cómputo general. Los puestos han sido de inmediato cubiertos. Por sus caras, sabemos que no había gran sorpresa. En los dioses sólo confían los que no tienen más remedio. La derecha, en verdad, es atea, y en cuestiones electorales sólo cree en caras estrategias y en encuestas. Y esperar a que nada se moviera (de ahí el miedo a la acampada de Sol, fuera de guión). Los más creyentes, siempre a la izquierda, se entregaron, a lo sumo, a un milagro que nunca vino. O a esperar que, una vez más, algún regalo, alguna costumbre o alguna necesidad les permitiera formar gobiernos. Pobres militantes. Rubalcaba, de la estirpe de los escépticos, sólo cree en Fouché y en los equipos de limpieza y fontanería de su negociado. Antes de que lloviera, movió sus fichas y abrió los paraguas. Sin mira al cielo, que el azar no es tan importante como para que se te adelante. El Creador no juega a los dados. Los químicos, tampoco.

El resultado electoral es triste. Gana el PP y gana Rajoy. Gana Rubalcaba y pierde el PSOE. Pierde Izquierda Unida y gana el sistema. Entre descreídos queda el asunto. Dios sabe siempre con quién aliarse.

saludos Gloria

Mariano Tevez

Gloria Calero dijo...

Estimados amigos y amigas:
Gracias por vuestros comentarios con los que comparto en su mayoria.

Juan palomino me ha gustado mucho el poema, gracias.

Un saludo
Gloria Calero