miércoles, 3 de agosto de 2011

POBREZAS DE EDUARDO GALEANO



Estimados amigos y amigas:
Hace tiempo que no compartimos poesía. Buscando entre mis libros me he vuelto a reencontrar con Eduardo Galeano, hacia tiempo que no leía nada de él y no disfrutaba de sus poemas llenos de denuncia y compromiso. Este fin de semana veraniego, quiero compartirlo con ustedes.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no tienen silencio ni pueden comprarlo.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar,
como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen el derecho de respirar mierda,
como si fuera aire, sin pagar nada por ella.

Pobres,
lo que se dice pobres
son los que no tienen más libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que viven dramas pasionales con las máquinas.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que son siempre muchos y están siempre solos.

Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no saben que son pobres.

Eduardo Galeano.

Feliz fin de semana. Un saludo
Gloria Calero

6 comentarios:

Antonio Pomar Lleida dijo...

Mientras unos seguimos enzarzados en definir los principios sobre los que se basaría una hipotética y necesaria refundación de la izquierda (ese lugar maldito en el espacio político, hecho de la misma materia del horizonte, que siempre lo ves delante de ti pero nunca puedes estar en él), el movimiento 15M se declara apartidista, que no apolítico, y entre sus filas hasta hay alguien que cándidamente piensa que también caben bajo sus siglas los votantes de la derecha, de la misma manera que el PP siempre soñó con tener entre sus filas a un obrero para enseñar. Como si la derecha y la izquierda se indignaran por las mismas causas.



Cuando yo sabía que militaba en la izquierda, creía que lo mío, lo nuestro, era una forma de ser, en contraposición a la derecha, que era una manera de estar. Éramos, pero nunca estábamos en los resortes del poder. Ahora se ha puesto carísimo el certificado de pureza, pues como la fábula del sabio que se preguntaba si habría alguien más pobre y triste que él hasta que su rostro volvió, siempre encontrarás a tu izquierda alguien que te susurrará al oído que tú estás a su derecha, fascista de mierda.



Así que, mientras continuamos la discusión donde la habían dejado bolcheviques y mencheviques hace casi un siglo, los nacionalismos se han buscado un atajo que aplaza el litigio para momentos de mayor sosiego. Ayer, Bildu, el partido de la izquierda abertzale, ofrecía al PNV, el partido de la derecha abertzale (“patriota”), la posibilidad de acudir en coalición a las elecciones del 20N, como estrategia para conseguir un grupo parlamentario vasco en el Congreso.



Ni izquierda, ni derecha, ni hostias: el nacionalismo, el sentimiento de raza, de tribu, de patria chica está por encima del modelo de sociedad, del sistema de distribución de la riqueza, de la lucha contra los privilegios. El nacionalismo, la solución a nuestra pérdida del norte, es una cuarta dimensión, sin izquierda ni derecha ni delante ni atrás ni arriba ni abajo, un paraíso donde, una vez alcanzado, los problemas se diluyen, donde habita la concordia perpetua como en esas revoluciones tan perfectas que hasta les sobran las libertades.

saludos

Antonio Pomar Lleida

Juanma Reyes Montero dijo...

A medida que se aproxima la Jornada Mundial de la Juventud católica (JMJ) aumenta la tensión entre los fieles del Papa y quienes no asumen que el Estado, en plena crisis y al borde del rescate de la Unión Europea, financie una visita que no es de Estado, sino netamente religiosa. Tensiones que se recrudecen con el auge del Movimiento 15-M que insiste en dar muestras de madurez y consolidación, incluso, en pleno período vacacional.

El tema es polémico, se mire por donde se mire. Más aún con la confusión -en parte, por la falta de transparencia vaticana- entre Santa Sede y Estado Vaticano. Históricamente siempre ha existido un conflicto entre Iglesia y Estado, puesto que mientras la primera quiere ganar más parcelas de poder en el Estado, éste quiere beneficiarse de las potencialidades de la Iglesia. En el Estado Vaticano podemos ver la convergencia perfecta de todo, pues es la propia Iglesia la que gobierna un Estado, constituido apenas unos meses antes del Jueves Negro de 1929.

La transparencia nunca ha destacado en lo referente al Estado Vaticano -en su web no se tiene constancia de noticias desde 2007-, pero sus últimas cuentas reflejan que sus beneficios netos alcanzaron los 21 millones de euros en 2010, frente a los casi 10 millones de la Santa Sede. Unos datos, en plena crisis, que son muy positivos para el Vaticano, teniendo en cuenta que el final del papado de Juan Pablo II se caracterizó por los números rojos. Y ello a pesar de que la crisis no había estallado y esta monarquía absoluta cuenta con una amplia cartera de inversiones en acciones, bonos y propiedades inmobiliarias.

Las sospechas de solapamientos de cuentas, ingresos y gastos entre la Santa Sede y el Vaticano siempre han flotado en el ambiente, más aún considerando que el Istituto per le Opere di Religione (Instituto para los Trabajos Religiosos), conocido como el Banco del Vaticano, nunca publica sus datos financieros, a pesar de que es el tercer pilar de las finanzas del Vaticano. Los otros dos pilares vendrían por el lado de sus Museos y las donaciones. Como consecuencia de ello, el pasado mes de abril el Consejo de Europa anunciaba que las finanzas del Vaticano serían revisadas con lupa por medio de Moneyval, el órgano para la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo. Una medida que presumiblemente no dará grandes sorpresas, pues Benedicto XVI ha sido el impulsor de la investigación… claro está, dos años después de que el Banco Vaticano fuera investigado por la fiscalía de Roma por presunto fraude de flujo de recursos entre el Vaticano e Italia.

Y mientras, ¿qué sabemos del Vaticano? Que cuenta con una farmacia que importa medicinas que ni siquiera han sido probadas en Italia; que su soberano, el Papa, tiene la plenitud de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial y es el único que puede conceder amnistías, indultos, multas y gracias; que cuenta con tiendas que venden perfumes Chanel o relojes Cartier hasta un 50% más baratos que en Roma; que sólo tiene observadores en la ONU, la FAO o UNESCO y, en cambio, sí miembro de la Agencia Internacional para la Energía Atómica; y que eleva a la Florería, que cuida el adorno de los ambientes destinados a finalidades institucionales de los Organismos de la Santa Sede y del Estado, al estatus de Servicios Generales.

La transparencia es la clave de la confianza y, cuando se trata de dinero, sobre todo en medio de la mayor crisis financiera de los útlinos años, la fe ciega no parece suficiente.
saludos

Juanma Reyes Montero

Matilde Bensignor Fusquet dijo...

Standard & Poor’s, una de las tres agencias que deciden la suerte de los Estados mediante un control oligopólico de la calificación de las deudas públicas, ha degradado a EEUU por primera vez en su historia. Dejando de lado el debate sobre las causas de fondo que subyacen en el actual caos financiero internacional, resulta cuanto menos un pésimo chiste que aún se le reconozca a S&P y a sus dos agencias hermanas autoridad moral para juzgar la economía de EEUU, si se considera que ellas, con unas actuaciones que no han sido suficientemente investigadas, tienen una enorme responsabilidad en el estallido de la crisis y en el consecuente agravamiento del desbarajuste presupuestario que ya arrastraba desde hace años el país. Si la deuda se ha disparado durante el mandato de Obama es porque el Gobierno ha intentado afrontar esa crisis con inyecciones multimillonarias al sistema financiero y, ahora, con una política de estímulos para activar la economía. Pero S&P prefiere otras recetas y, en ese sentido, su decisión encaja en la estrategia de la derecha de acosar a Obama para arrancarle más concesiones de las que ya hizo para alcanzar esta semana un acuerdo sobre el techo de deuda. El presidente aceptó, entre otras cosas, drásticos recortes sociales que afectarán a millones de ciudadanos. Pero eso no es suficiente para S&P, para la derecha y para los tiburones al acecho. En los dos años y medio de Obama, la ratio deuda/PIB ha aumentado nueve puntos. En los dos cuatrienios de Bush subió 27,8 puntos. Y en los del
liberal Reagan, 20,6 puntos. En esos casos, por aventuras bélicas y armamentistas. ¿Dónde estaban entonces las agencias?
Un cordial saludo Gloria Calero

Matilde Bensignor Fusquet
economista
Londres

Anabel Solis dijo...

Los mercados son como eran los ovnis, que todo el mundo decía que había visto uno, pero nadie lo había visto más que en imaginación. Lo malo es que los ovnis eran inofensivos o vagas amenazas extraterrestres, mientras que esos entes misteriosos que son los mercados nos están arruinando. Son fantasmas que nos asustan y golpean con sus cadenas económicas, al tiempo que se escuchan sus carcajadas bajo las sábanas. Son como el misterio de la Santísima Trinidad, insondables. Son el virus desconocido que los médicos alegan cuando no saben qué padece el enfermo. Son como las meigas, que no las hay, pero habelas, haylas. O sea que haylas. Pero, ¿qué hacer frente a ellos si realmente no sabemos quiénes son ni donde se guarecen? Su poderío es universal y no hay país que no infecten. Es como dar palos de ciego luchar contra ellos. Solo descansarán cuando su codicia se vea colmada, o sea, nunca. Todo lo más se tomarán algún descansillo, para que renazca la esperanza y les engordemos su próximo festín. Ni los más doctos lo saben aunque digan que lo saben, deben de ser algo asociado a prestamistas y extorsionadores de la dignidad y las economías ajenas. ¿Cómo establecer un cortafuego, cómo aislarlos, cómo, en fin, liquidarlos y suprimirlos? Su poder de corrupción es infinito, son la gran casta oculta, son los marionetistas de nuestras vidas, son la gran secta materialista, frente a ellos los gobiernos son monigotes de papel, no admiten socios más que a cuentagotas, son inaprehensibles, incomprensibles, son la nueva explotación del hombre por el hombre, apoyados en lo más retrógrado de cualquier conducta moral o social, son el gran retroceso de la Historia.

Las malas lenguas dicen que los mercados:

a) Son la dictadura del gran capital. Es el capitalismo brutal a bajo precio. El gran capital, las grandes familias se están adueñando del mundo.

b) El poder político ya no existe, está sometido al económico. La política ya no tiene ninguna validez.

c) Los Estados ya no tienen contenido, todo está privatizado; no tienen dinero.

d) Solo sobrevivirán al acoso, Alemania, EEUU y Rusia, que es una mafia. Los neocon USA quieren hacerse dueños de Europa. Desaparecido el bloque soviético, se les ha pasado el susto y ya no necesitan piel de cordero.

e) China les preocupa.

f) Los mercados no tienen domicilio, son virtuales, y por eso no hay posibilidad de hacer la revolución contra ellos, no hay Zapatas posibles.

g) Resulta triste decir que quienes creen que el sistema neoliberal está acabado o terminando están equivocados.

h) Los mercados están confabulados entre ellos. La globalización les ha ayudado a integrarse mundialmente. Hay quien sostiene que uno de sus centros de coordinación y planificación es el Club Bilderberg.

i) Primero fue el petróleo, luego los mercados, pronto el armamento.

j) Los políticos, todos, los que están y los que vendrán, son los tontos útiles, sometidos y culpables que han puesto para parar los golpes.

k) El bienestar ha retrocedido 25 años para la gran mayoría de ciudadanos. Intentan liquidar a la clase media. Antes de que estalle irán soltando algo de correa, para un provisional desahogo hasta que aprieten nuevamente.

l) Solo cabe la resignación y entenderlo como manifestación del Destino, o plantarnos todos y que nos intervengan y rescaten, y volver a la rueca si es necesario y salga el Sol por la catástrofe. Lo que sea, todo menos esta nueva forma de humillación y esclavitud.
saludos

Anabel Solis

Mariano Simón dijo...

Eduardo Galeano ha denunciado los siete "pecados capitales" de la sociedad actual con la lectura de varias "historias con minúscula" que, como el propio autor reconoció, no pasarán a formar parte de los anales de la Historia.

El autor de Las venas abiertas de América Latina citó, en primer lugar, el racismo, "que produce amnesia". Porque todos somos, según Galeano, africanos emigrados. "De África sólo sabemos lo que nos enseñó el señor Tarzán", pero fue allí donde "empezó el viaje humano en el mundo". Aunque no es sólo una cuestión de piel, explicó: "La guerra de Irak también es racismo".

También censuró la tradición machista, para lo que se valió de una paradójica anécdota de la Revolución Francesa: los símbolos de las victorias por la defensa de los derechos ciudadanos eran femeninos. En cambio, dijo, cuando las mujeres reivindicaron sus derechos como ciudadanas fueron pasadas por la guillotina.

La legalización del matrimonio homosexual en Argentina, pionero en Latinoamérica, le valió para criticar la intolerancia al diferente, un pecado más al que sumó el desprecio al trabajo. En este mundo al revés, "donde las jornadas de trabajo se miden con los relojes derretidos de Salvador Dalí [...], es el precio lo que fija el valor y no al revés"

saludos

Mariano Simón

Laura Callejas dijo...

Los disturbios que desde hace cuatro días conmocionan Londres presentan elementos comunes con otros estallidos sociales que han ocurrido en grandes ciudades del mundo desarrollado, como las revueltas de la banlieue parisina de 2005. En todos los casos, los disturbios se desatan en barriadas marginales a raíz de algún incidente que hace sentirse a sus habitantes más humillados por el poder de lo que ya se sienten. En Londres ha sido la muerte de un joven negro cuando era perseguido por la Policía. El premier Cameron ha dejado clara cuál es su aproximación a los dramáticos acontecimientos, al sacar a la calle a 16.000 policías para aplastar a los “rufianes”. Hace seis años, Sarkozy definió como “escoria” a los insurrectos de París. Por supuesto que entre las responsabilidades de un gobernante está la de garantizar la tranquilidad y la seguridad de sus conciudadanos, pero también la de reflexionar sobre las causas del odio y el rencor que anida en parte de la sociedad. Las políticas exclusivas de “mano dura” tal vez surtan efecto en el corto plazo y satisfagan a determinados sectores de la sociedad, pero no resuelven el problema de fondo. El sociólogo Zygmunt Bauman, en un artículo publicado ayer, asociaba lo
ocurrido no con una revolución, sino con un campo minado creado por la desigualdad social, en el que resulta muy difícil localizar las minas e impedir que exploten aquí y allá. Esas minas son, según su análisis, la rabia y la impotencia de los que no tienen frente a los que tienen, en un mundo en el que no tener (y no poder consumir) se ha convertido en un estigma y una humillación. Hoy es Londres; mañana…
Laura Callejas