martes, 21 de febrero de 2012

LAS CONSECUENCIAS DE GOBIERNOS CORRUPTOS E IMPUNES


Estimados amigos y amigas:
La carga policial para dispersar la manifestación de estudiantes contra los recortes educativos de esta semana en Valencia nos ponen como sociedad ante una violencia insoportable de aguantar. Hay imágenes que han recorrido el mundo que si no fuera por ser en color pareciera que hemos regresado al pasado, a ese pasado innombrable de nuestra historia, por otro lado no tan lejano, y esto da miedo, personal y social.
La culpa no la tienen los chavales, amigos y amigas esto es la consecuencia de años de violencia verbal, institucional, de corrupción impune, de unos con muchos y otros con poco, de un clima agresivo y de agravio constante del PP y la derecha, de una mentira generalizada como campaña electoral y un fraude democrático a la hora de ejercer el gobierno por parte de la derecha.
Lo decía hace muchos años, Abraham Lincoln. "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo."
La chuleria y prepotencia de la derecha que no cesa de tirar de la cuerda, sin horizonte ni recompensa alguna, se está convirtiendo en un caldo de cultivo que no quiero imaginar dónde puede terminar… quizás hasta con el propio Gobierno, si no afloja la tensión diaria, permanente, la mentira de un futuro que nadie ve en medio de un presente que cada vez menos ciudadanos soportan, pues la cuerda duele más de lo debido y ahorca la esperanza y la ilusión. Y sin esperanza e ilusión, el estallido social se abre por la suma de múltiples factores. Estudiantes, parados, clase media, reforma laboral, impuestos, presión sobre los que menos tienen y caricias a los poderosos y un sin número de ejemplos más, constituye una mecha que se enciende con mucha facilidad, pero se apaga con mucha, muchísima dificultad. Tenemos la historia como muestra.


Es el Estado, en cualquiera de sus estamentos, el que debe garantizar la paz social. Y para ello debe actuar con la prudencia suficiente para que la violencia no genere y engendre violencia. En lo político y en lo policial. Algo que, sinceramente, no las veo reflejadas en el flamante jefe superior de Policía de la Comunidad Valenciana, acompañado de la nueva Delegada de Gobierno, quien, sorprendido, ante la pregunta de cuantos efectivos de policia habia, ha dicho: “No es prudente revelarle al enemigo cuáles son mis fuerzas. La acción policial fue medida y proporcionada, ha habido un plus de agresividad de los manifestantes que ha requerido una respuesta equitativa".
Ni tampoco la veo reflejadas en el Ministro del Interior que presionado por las preguntas hoy ha dicho: (siempre desconfio, no me gusta cuando alguien para hablar de sí mismo habla en tercera persona) “el Ministro siempre estara al lado de la Institución, por lo tanto de la policia”.
¡Mal empezamos! yo creo que un Ministro del Interior tiene que estar para crear las condiciones necesarias que generen seguridad a TODOS NOSOTROS, A TODOS LOS CIUDADANOS Y CIUDADANAS y cesar inmediatamente a un jefe de policia que trata a jovenes adolescentes como ENEMIGOS.


Ayer dispararon con bolas de goma… ¿Cuál será la próxima respuesta equilibrada y equitativa del Gobierno del PP ante cualquier tipo de manifestaciones? No podrán imponer las ideas por la fuerza del miedo y la represión, cuando un pueblo se contagia por la falta de oxígeno al tener la soga demasiado fuerte al cuello y no ver su salida por la capucha de la mentira, es una fuerza capaz de cualquier cosa y si eso choca con un Estado capaz de actuar con una contestación mayor, entramos en una espiral inimaginable.
Decía Martin Luther King “guardarme de la violencia, ya se exprese mediante la lengua, el puño o el corazón”. Así que… guárdenos de que el Gobierno siga tirando de la cuerda.

Un abrazo
Gloria Calero

6 comentarios:

Alejo Rico desde Alicante dijo...

DE NO CREER:El presidente del Gobierno ha pedido "serenidad" y "mesura" a "todo el mundo" para que no se vuelvan a producir incidentes como los vividos los últimos días en las calles de Valencia y ha lamentado que las protestas reprimidas por la Policía están dando "una imagen fuera que no es la de nuestro país".
Es para reir por no llorar, para no poner la cara entre las manos y apoyarnos en nuestras piernas. ¿Cuando pide mesura Rajoy se habla a sí mismo y a su gobierno también? O la serenidad es para los que tienen que pagar lo que ellos mismos han generado. Reir por no llorar: ¿Que no es la imagen de nuestro país lo ocurrido en Valencia? Ahora resulta que los jovenes valencianos, los miles que se manifestaron hace unos días en Madrid, los movimientos que se están gestando de protesta... no somos España. Pues claro, la España de Rajoy y el PP es otra. La de los empresarios felices con una reforma laboral al estilo de la Africa profunda -con todo respeto por ellos-, la que va y le cuenta a sus padrinos noeliberales de Europa donde toma clases de ajuste. Podrá sacarse un sobresaliente ante Merkel, pero si sustende en la España nuestra, que parece no ser la de él, no sólo va por mal camino, sino que ha perdido ya la senda y eso sabemos por experiencia que termina con cualquier gobierno, y por desgracia, nunca es un cambio pacífico. Dios no lo quiera o mejor dicho, la realidad no lo quiera, pero, como dice usted señoñra Gloria, la soga al cuello aprieta cada vez más y hasta el más convencido de los ciucidas en el último momento el instinto le hace reaccionar. Y no creo que España esté por la labor de suicidarse por la España de Rajoy. La felicito por el objetivo y claro artículo, así son las cosecuencias de gobiernos corruptos e impunes... por eso la mecha se ha ensendido en Valencia. Un abrazo

Unknown dijo...

Si Valencia es nuestra Grecia, nuestro futuro es Valencia: la tierra del inocente Camps, de la Gürtel y del honesto Carlos Fabra; la autonomía más arruinada de España, donde no hay dinero para la calefacción de los colegios, pero sobra pasta para un aeropuerto sin aviones. Lo que sucede en Valencia es un avance de lo que está por venir en el resto de España. Es nuestra Grecia, también en los porrazos. Pasó hace ya una semana y ayer volvió a suceder: los antidisturbios cargaron contra los chavales que se manifestaban pacíficamente, peligrosos críos de 16 o 17 años, que acabaron con la cara ensangrentada por reivindicar una educación de calidad; la letra con sangre entra. Varios periodistas también se llevaron su ración de porrazos, por estar allí para poder contarlo.

¿La justificación de esta desproporcionada actuación policial? La oficial es que estaban cortando la calle durante media hora (¡intolerable!). Ante tal china en el zapato, la delegación del Gobierno en Valencia decidió cortarse un pie: zurrar a los chavales y colapsar el centro de la ciudad en una persecución a los manifestantes que duró toda la tarde.

Pero el motivo real de esta dura respuesta policial que están estrenando en Valencia en realidad es otro. El Gobierno de Rajoy no está dispuesto a consentir que la calle se llene de estas protestas, que irán a más. Su solución es apagar el incendio con gasolina: una mano tan dura como desmesurada que lo único que conseguirá será agravar el problema y radicalizar las protestas. Tal vez sea ese el objetivo: una de las grandes virtudes del 15-M es, precisamente, su rechazo a la violencia. Si la respuesta ciudadana deja de ser pacífica, los de los porrazos habrán ganado.
saludos

Juan Valente Más

Eva Molledo LLois dijo...

El Ministerio del Interior y la delegada del Gobierno en Valencia tendrán que dar explicaciones parlamentarias por las decisiones que vienen tomando y asumir sus responsabilidades. Ayer, la Policía Nacional disolvió a porrazo limpio las concentraciones estudiantiles convocadas precisamente para protestar contra la violencia policial y las detenciones de los últimos días. Las asociaciones de padres y el profesorado del Instituto de Educación Secundaria Lluís Vives, foco principal de las protestas contra los recortes educativos, han denunciado la “furia policial”. La delegada del Gobierno y los responsables de las Fuerzas de Seguridad sostienen que en todo momento han actuado en defensa propia y del orden público. No han presentado pruebas del “plus de agresividad” de los manifestantes; por el contrario, abundan imágenes y testimonios de abusos de los antidisturbios contra adolescentes, adultos y periodistas de forma indiscriminada. Es sintomático el lenguaje belicista del propio jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, preguntado por el número de agentes desplegados ayer: “No puedo revelar al enemigo cuáles son mis fuerzas”. ¿Es razonable que la máxima autoridad policial se refiera a los estudiantes como “el enemigo”? Urge una investigación a fondo de estos sucesos, como exigen todos los grupos políticos valencianos a excepción del PP. ¿Y a qué espera la Fiscalía de Menores para cumplir la obligación que tiene de proteger sus derechos?

saludos

Eva Molledo LLois

Unknown dijo...

Hay quien ha utilizado el trending topic primaveravalencia para referirse a las protestas de Valencia de los últimos días, respondidas con brutalidad policial. Se trata, sin duda, de un término exagerado, provocativo y para hacer eso mismo: un trending topic de twitter. Pero en Valencia hay elementos, más de dos y de tres, que hacen que no esté tan lejos de las primaveras árabes. Primero, el gobierno valenciano es de una de las derechas más conservadoras que haya conocido Europa. Segundo, los políticos en el poder del Partido Popular están envueltos en infinidad de casos de corrupción, muestras de arrogancia y son protagonistas de demasiadas inversiones fastuosas, dignas de las dictaduras árabes. En tercer lugar, la gente de la calle, entre la que me cuento como valenciano, estaba paralizada, desesperanzada, pensaba que nada podía cambiar, que salir a la calle no servía de nada, porque nunca dejarían el poder quienes durante tantos años lo han atesorado. Cuarto, porque esta misma gente ha visto que son más de los que pensaban, que quienes quieren cambiar las cosas quizá sean hasta mayoría, que el PP se había dedicado a dormir a la ciudadanía con coches de carreras, veleros y aeropuertos sin aviones, pero que, aun así, el pueblo valenciano está despertando. Y quinta semejanza entre Valencia y una dictadura árabe: la policía ha seguido la estrategia de amedrentar, de dar una lección, del “despues de ésta, ya no volveréis a protestar, niñatos”, del uso de la violencia indiscriminada y desproporcionada ante las manifestaciones ciudadanas.

Solo hay que ver las imágenes. La valenciana ha mostrado ser una policia antidemocrática, muy gris, que ha herido a numerosos adolescentes y que se ha aplicado con tal violencia que nos hace pensar que necesita una limpieza, empezando por la delegada del gobierno en Valencia (porque alguna orden habrá dado para que la policia actúe de ese modo), seguida por el Jefe Superior de Policía valenciano (que ha llamado “enemigos” a los adolescentes) y acabando por aquellos policias que han usado la violencia de forma indiscriminada contra adolescentes que solo pedían una mejor educación para todos (también para los hijos de los policías que les inflaban a porrazos). La educación pública en Valencia es desastrosa, ya están cerca de que haya más clases en barracones provisionales que en centros de ladrillo. La sanidad está en el abismo, no paga ni los medicamentos y un largo etcétera…Son otra vez los jóvenes quienes nos dan una lección y nos apelan para que seamos todos quienes salgamos a las calles valencianas a pedir un cambio político que nos devuelva la esperanza y la honestidad, que tanta falta hacen en esta tierra.

Anónimo dijo...

Es que encima están denegando manifestaciones a diestro y siniestro... creeran que así nos van a reprimir!! Seguiremos luchando!!

Anónimo dijo...

Será duro,pero la culpa de lo que está ocurriendo,la tenemos los valencianos.Javier