Contrariamente
a las dictaduras, las democracias son tan generosas y plurales que hasta
permite la “antidemocracia”. Y este es el gran desafío que tenemos los
demócratas: Defender la democracia de
los antidemócratas.
Y… hoy
amigos y amigas, seamos sinceros, más que en un sistema democrático estamos
viviendo en una “antidemocracia”, como sistema.
La
Democracia es una forma de
organización social en la que sus miembros son LIBRES e IGUALES y donde se le
atribuye la titularidad del “poder” al conjunto de la sociedad. La Democracia requiere transparencia,
lealtad, responsabilidad, compromiso, participación…
Nada parecido a lo que
hace, este gobierno, este No-presidente o los gobiernos europeos liderados por
Merkel, curiosamente –o no tanto-, TODOS DE DERECHAS. Es evidente que a la derecha, la Democracia, la garantía de derechos
y libertades, la transparencia, la lealtad… les molesta y por eso con las
versiones mas variadas de antidemocracia están atacando al sistema.
Y… la antidemocracia es lo que hace el
No-presidente, esconderse, no dar
las explicaciones pertinentes ante ninguna situación por simple o complicada
que sea. Es engañarnos continuamente
según le interese a él o a su partido. Es no
asumir ninguna responsabilidad, ante los graves casos de corrupción que le
están atenazando, todo lo contrario, con un descaro inusual echar la culpa al
que tiene enfrente. Es lanzar
acusaciones veladas y sin fundamento a quien se le ocurre hacer alguna
critica, como hace continuamente el Sr. Montoro, utilizando datos que tiene o
que se da por supuesto que tiene en su poder por su cargo, con el único
objetivo de la vejación o amenaza. La
antidemocracia es que... un general, aún estando en situación de reserva, justifique “la intervención militar en Cataluña y diga que la Patria es más
importante que la democracia” y que no haya una reacción contundente
por parte del gobierno. Es con el cuento de la crisis, hacer una sociedad no solo mas pobre y desigual, también mas cobardes
y temerosos, para que tardemos tiempo en reaccionar. Y… antidemocracia es la actitud que han adoptado muchos o algunos
tertulianos en programas de máxima audiencia tanto en radio como en TV reafirmando lo de “todos los políticos
son iguales”, frivolizando la acción del gobierno, haciendo deporte
nacional, “el insulto al político” con
análisis mas o menos sesudos pero generalizando en lo malo, en lo pésimo, en lo
peor… sin profundizar hacia donde nos lleva todo esto y sin resaltar o incluso
anulando la labor de denuncia y de propuestas continua que están haciendo los
grupos de la oposición, volviéndolos en el mejor de los casos invisibles. Estamos en la
cultura de lo que no se publica “NO EXISTE”, y… así nos va.
Y… antidemocracia es dejarnos sin salida,
como en Italia, para luego desde majestuosos despachos configurar gobiernos de
“tecnócratas” que es lo que de verdad quiere y le interesa al “PODER”. Y… es injusto igualar al PSOE
con el PP. Es injusto igualar a Rubalcaba con Rajoy, es injusto que de la mochila
del PSOE saquemos lo bueno y la llenemos solo de recuerdos “malos” y la del PP vaya vacía (la
corrupción la hemos generalizado y los recortes de derechos tan brutales que
esta haciendo el PP es por la herencia) y… es injusto, sobre todo, por ser una
opción que responde a intereses partidistas de otros y nunca al interés general,
(por favor repasen un poco la historia).
Amigas
y amigos, les dejo, con
unos párrafos que resalto, del articulo que recomiendo su lectura de Concha Caballero,
profesora de literatura en Andalucía “El
día que acabó la crisis”
“Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la
baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta
cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o
sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de
confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la
solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado. Una devastación tan brutal del paisaje
social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien
pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas,
la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del
armisticio”.
Un saludo
Gloria Calero
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