¿DE QUÉ HABLAN CUANDO HABLAN DE VALORES EN EL PP?

Estimados amigos y amigas:





Después de cada acontecimiento político, despues de escuchar declaraciones, cuando tengo noticia de algún acto de este partido político democrático y que debería ejercer no sólo una oposición responsable sino también gestar una vida política interna honesta, sana, con valores, pero por lo menos en un marco generoso y también exigente, que nos impone la democracia en estos tiempos, me resulta verdadera y honestamente dificultoso, por no decir imposible saber, de qué habla cuando habla de valores el Partido Popular o la derecha que le apaña y acompaña.
A los hechos me remito y ante los hechos me pregunto si podemos ver como normal, respuestas y actitudes, acciones y reacciones que rozan la enajenación democrática.
Un hecho es evidente: El PP tiene una gran sangre fría, por no decir la cara muy dura, ante las inmoralidades o acciones punibles o delictivas de los “suyos” y la sangre muy caliente y la lengua muy larga cuando percibe, sospecha o intuye algo en el “otro”. y ¿por qué digo esto? A los hechos me remito.
Hace un par de días no daba crédito al ver la fiesta-homenaje que Rajoy, junto a Cospedal y otros dirigentes de alta gama de la derecha, le daban a Nacho Uriarte. Este señor es el Presidente de “Nuevas Generaciones” del PP, conocido en la actualidad porque el pasado mes de febrero fue imputado por un delito contra la seguridad vial al provocar un accidente de trafico en Madrid, con una tasa de alcohol más de dos veces superior a la permitida. Allí, rodeados de jóvenes del PP, se supone las futuras generaciones de la derecha, Rajoy presenta a Uriarte como un héroe, un ejemplo a seguir, le dijo entre otras lindezas que “estuvo, está y estará con el”. Me pregunto: ¿Héroe de qué? ¿Ejemplo a seguir? ¿Qué valores transmiten los líderes del PP a los suyos y desde los suyos a la sociedad? De qué hablamos cuando hablamos de valores del PP, si a quien comete una ilegalidad se le homenajea y se le sube de estatus, aplaude y pone de ejemplo. Esto es lo inmoral: El PP otorga a sus miembros, la “cuasi licencia” para el cohecho, la prevaricación, la manipulación, la mentira, el saltarse las reglas y todo tipo de malversación de los valores democráticos. Esta escuela seudo democrática ya tiene su tiempo en la formación de “valores”: Recordemos lo que dijo Aznar en un acto en el 2007: "A mí no me gusta que me digan no puede ir usted a más de tanta velocidad, debe usted evitar esto y además a usted le prohíbo beber vino".

No podemos ver como normal que un Ricardo Costa, suspendido de militancia por su más que presunta implicación en el caso Gürtel, sea puesto por Camps al frente de una Comisión Institucional, con un sobresueldo de 600 euros, más de lo que están cobrando muchas personas por trabajar o como ayuda social. ¿Por qué lo hará? Que cada cual haga su interpretación.
No podemos ver normal el caso de Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, está imputado por un presunto tráfico de influencias y delito fiscal, por sintetizar. La Justicia le persigue, pero él es más rápido. Su caso, que lleva abierto en el juzgado de Nules hace ya unos cuantos años, ya ha conocido cuatro fiscales y ocho jueces distintos. Los siete jueces anteriores pidieron el traslado. Este es Fabra, del que, ya como una broma de la sabiduría popular se dice, que cuando un juicio le va mal, Carlos Fabra no cambia de abogado, cambia de juez. Cuando se busca su nombre en Google, en Wikipedia.org, dice de él, “pertenece a una familia de insignes caciques”.
No podemos ver como algo normal, que el imputado en el caso Gürtel “El Bigotes” al que quiere un huevo Camps, denuncie al juez que lo imputa.
No podemos ver como algo normal el acoso que la ultraderecha esta haciendo al juez Garzón, que ha pasado de perseguidor a perseguido, por que investiga o persigue a los del caso Gürtel y persigue a los dictadores y las atrocidades que se cometieron en la dictadura, un hecho casi increíble que la justicia persiga a un juez por sus actuaciones, juzgando sus juicios y no los hechos juzgados.
No podemos ver como normal que la Diputación de Valencia obligue a retirar fotos periodísticas de temas relacionados con la corrupción y que el director del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM), Román de la Calle, haya presentado su dimisión, ante un hecho que no es más que censura antidemocrática.
Y como si los hechos a los que me he remitido fueran pocos como ejemplo, a cada hora, un Rajoy en plena campaña de acoso y derribo, buscando y hurgando en cualquier hecho para volverlo o revolverlo en acusación a Zapatero, sin prejuicio ni juicio de los valores en juego en un estado democrático, en un país democrático, en una democracia donde lo primero que se debe saber de un partido político es de qué habla cuando habla de valores.
Amigas y amigos, esto es lo que hay. La derecha ni perdona ni acepta que a los suyos se les investigue, me remito a los hechos. ¿Nos cruzamos de brazos mirando pasar la realidad con disimulada indiferencia? Ya les digo que yo no, no lo admito. Por respeto a mí misma, primero, pero sobre todo, por respeto a los valores democráticos, a las conductas políticas sanas y honesta, por la ética y la moral base de toda sociedad civilizada, por el sistema institucional de partidos que es el sustento de esta democracia todos los días embarrada, manchada, enlodada, por una derecha, que ya no le importan ni el cómo ni el cuándo, sino el cuánto. Cuánto cuesta llegar al poder y volver a ser los que, tristemente, siembre han sido, son y serán. A eso cueste lo que cueste, yo me opongo, por una gran razón, tengo derecho a saber de qué habla el PP, cuando el PP habla de valores. Es una razón mucho más que suficiente, por eso me opongo. ¿Y usted?

Un saludo
Gloria Calero