viernes, 21 de mayo de 2010

¿QUIEN ES EL CULPABLE?


Amigos y amigas:
Encontré este famoso monólogo del humorista argentino Tato Bores, que fue un verdadero maestro de la ironía social durante largos años. Ya fallecido, sus palabras tienen plena actualidad. Es para tomar buena nota de este monologo. Espero que nos sirva para reflexionar y cuando busquemos un culpable lo pensemos dos veces por lo menos, dice así:

- La culpa de todo la tiene el Ministro de Economía, dijo uno.
- ¡No señor! Dijo el Ministro de Economía mientras buscaba un euro debajo de la mesa. La culpa la tienen los evasores.
- ¡Mentiras! Dijeron los evasores mientras cobraban el 50 % en B y el otro 50 % también en B. La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tantos impuestos.
- ¡Falso! Dijeron los de Hacienda mientras preparaban un nuevo impuesto a la mentira. La culpa de todo la tienen los contratistas, ellos se llevan todas las ganancias.
- ¡Pero por favor! Dijo un empresario mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas públicas. La culpa de todo la tiene la Bolsa, los bancos, la patria financiera.
- ¡Calumnias! Dijo un banquero mientras depositaba a su madre siete días al 3 % de interés. La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.
- ¡Se equican! Dijo un corrupto mientras vendía a cien euros un libro que se llama “Haga su propia trama de cohecho”, pero que en realidad contenía páginas en blanco. La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.
- ¡No es cierto! Dijo un empleado público mientras con una mano se rascaba por delante y con la otra por detrás. La culpa de todo la tienen los políticos que prometen cosas para nosotros y no quieren hacer trabajar y hacen otra para ellos.
- ¡Eso es pura maldad! Dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso. La culta de todo la tienen los dueños de las tierras y las multinacionales que no nos dejaron nada.
- ¡Patrañas! Dijo un terrateniente y gran empresario mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba viajes en yates de lujo y mujeres guapas. La culpa de todo la tienen los comunistas.
- ¡Perverso! Dijeron los comunistas, mientras elaboraban un discurso para elaborar el duelo. La culpa de todo la tienen los terroristas suicidas.
- ¡Tramoyas! Dijo un guerrillero mientras armaba una bomba para salvar a la humanidad. La culpa de todo la tienen los fascistas.
- ¡Malvados! Dijo un fascista mientras quemaba una parva de libros junto con el librero y la dependiente. La culpa de todo la tienen los judíos.
- ¡Racistas! Dijo un sionista mientras miraba de reojo a un moro del top manta. La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten en lo que nos les importa.
- ¡Blasfemia! Dijo un obispo mientras fabricaba ojos de aguja como para que pasaran diez camellos al trote. La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.
- ¡Error! Dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.
- ¡Infamia! Dijo un padre mientras trataba de recordar dónde había dejado a sus hijos. La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.
- ¡Me ofenden! Dijo un ladrón que arrebataba una cadenita a una jubilada y le cruzaba un pie en el bastón para que cayera. La culpa de todo la tiene la policía, que tienen el gatillo fácil y los cortados en los bares abundantes.
- ¡Negativo! Dijo un policía mientras primero se ponía la emisora en el oído y se marchaba sin pagar. La culta de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.
- ¡Desacato! Dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de quinientas fojas para que luego, por la noche, volvería a descoser mientras miraba de reojo los amigos imputados que dependían de su tribunal. La culpa de todo la tienen los militares que siempre se han creído los salvadores de la patria y llegan a general jóvenes mientras nosotros a jueces ya viejos.
- ¡Rompo filas! Dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando buen tiempo para el fin de semana. La culpa de todo la tienen los jóvenes de rastras, tatuajes, con ropa negra.
- ¡Ustedes están drogados! Dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la Universidad había que saber leer y escribir. La culpa de todo la tienen los ancianos, por dejarnos el país que nos dejaron.
- ¡Embusteros! Dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial. La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.
- ¡Censura! Dijo un periodista mientras con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato, la separación o el engaño de cada día. La culpa de todo la tiene el imperialismo.
- Thats not true! (¡Eso no es cierto!) Dijo un imperialista mientras cargaba en su barco en su barco un trozo de territorio del tercer mundo en su barco con subsuelo, espacio aéreo y su gente incluida. Th eones to blame are the sepoy, thar allowen us to take even the cat. (La culpa la tienen los vende patrias –cipayos-, que nos permitieron llevarnos hasta el gato).
- ¡Infundios! Dijo un cipayo mientras marcaba en un plano los territorios más rentables y menos habitados. La culpa de todo la tiene el Tato.
- ¡Ridículo! Dijo el Tato acostumbrado a estas situaciones. La culpa de todo la tiene su padre.
- ¡Cobardes! Gritó un padre que se dio por aludido y que de eso también sabía un montón. La culpa de todo la tiene la gente como ustedes por escribir y decir tonterias.
- ¡Basta ya! Dije yo mientras me protegía detrás de una columna. Yo sé quién tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene EL OTRO. ¡El Otro siempre tiene la culpa!

- ¡Eso, eso! Exclamaron todos a coro. El señor tiene razón: La culpa de todo la tiene EL OTRO.
- Dicho lo cual, después de gritar un rato, a y hacer algunas pintadas insultantes, nos marchamos a nuestras cosas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podía dejar de pensar "lo fácil que al final había sido ponernos de acuerdo"

Amigos y amigas ser felices
Gloria Calero

14 comentarios:

Martín Páez Molina dijo...

El dedo acusador. Muy atinado este monólogo que algo recurdo, de Tato Bores, un argentino que con humor hizo gran oposición a la dictadura y educación ciudadana. No se si es casualidad o lo tenía planeado, pero es una clara continuación del artículo de José Luis Álvarez. Ahora EL OTRO es Zapatero. Como dice Tato, parece que nos hemos puesto de acuerdo en ser todos inocentes y encontrar con facilidad al OTRO para depositar sobre él toda la responsabilidad de la realidad. Con razón un amigo argentino que con quién me escribo de tanto en tanto siempre me dice "gallegos no se argentinicen". Y me ha contado más de una vez la actitud de buscar el chivo espiatorio en OTRO, se convirtió en cultura, y degeneró de un país lleno de presente en una nación dividida en corporaciones que se disputaban un trozo de la tarta, hasta que la tarta fue migajas y entonces se dieron cuenta que el OTRO no era el culpable, sino que todos por no ser solidarios y no pensar en el futuro, se habían convertido en los dráculas de la sangre nacional. Cuánto de democracia nos queda por aprender. Tomar conciencia que EL OTRO, también SOY YO. Creo que esto lo decía Bores por los 70, Argentina aun no termina de salir de la crisis económica, moral e hipercorporativa y todo por culpar al OTRO. Ni las Autonomías,ni los empresarios, ni los sindicatos, ni los empleados públicos, ni Rajoy y su corte, ni los curas ni cierta prensa, ni su padre ni el Tato son el OTRO, el único OTRO ES Zapatero, y qué ironía, es el único que no culpa al OTRO.

Jorge_E dijo...

Darle una leida a lo que dice Ismael Serrano (cantautor)

http://iserrano.blogspot.com/2010/05/la-rebelion-de-los-hijos-de-guillermo.html

Juana Estevez Umos dijo...

España está técnicamente fuera de la recesión, con un tímido crecimiento del 0,1%. Pero las sombras sobre la solidez de la economía no retroceden. Y han acabado por minar la credibilidad del Gobierno y sus expectativas electorales de voto. Tanto, que la distancia de 2,6 puntos que separaba a PSOE y PP en enero se ha agrandado hasta los 6,3 puntos cinco meses después.

Juana Estevez Umos

Angela Alvés Tamayo dijo...

La política de Rajoy hace que los votos que ceden los socialistas se canalicen a IU y UPyD o se traduzcan en más abstención e indecisos
No es extraño que el PSOE haya perdido intenciones de voto en este periodo. Hay que recordar la cadena de episodios que agostaron los brotes verdes que el Gobierno vislumbraba a principios de año, hundiendo la esperanza de la gente en una salida próxima de la crisis y agravando su pesimismo. A finales de enero, el déficit se disparó al 11,2% y el paro se elevó a 4,3 millones. Las bolsas se hundieron. España es la única de las economías del G-20 que no creció en el último trimestre de 2009 y se dice que es la única que seguirá en recesión en 2010. Luego, durante unas semanas, se relaja un poco la tensión.

Pero de nuevo a partir de mediados de abril emergió el miedo a que la crisis griega contagiase a España, luego una agencia internacional rebajó la solvencia de la deuda española, y corrió el rumor de que España necesitaría un plan de rescate... En un par de quincenas negras la de finales de enero y principios de febrero y la de finales de abril y principios de mayo las imágenes sobre la situación económica en España cayeron a sus cotas más bajas.Lo que extraña es que, con todo lo que ha sucedido, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero haya perdido sólo tres puntos y medio en su tendencia de voto, y que el Partido Popular le saque, al final de este proceso, seis puntos y no doce.
Aunque a mí señora Calero, no me
extraña que el PP no suba en proporción.
Saludos

Angela Alvés Tamayo
Brasil, Rio de Janeiro
Repsol

Rafa Cospedal Bueno dijo...

la profundidad del comentario
es muy buena, señora Gloria Calero.
Es que tanto en lo privado como
en lo público, siempre la culpa
se la echamos a los otros.
Esa falta de posibilidad de ejercer
cambios en nosotros mismos es lo
que verdaderamente retrasa a los
países, pero también a los individuos
Saludos
Rafa Cospedal Bueno

Ana Monforte Luna dijo...

Sin duda, la conmoción producida en el electorado de izquierdas por unas medidas como estas, inesperadas para la mayoría aunque los expertos las esperasen, es necesariamente grande y negativa. Su incomprensión inicial y la repulsa que, como primera reacción, sin duda suscitan estas medidas en los votantes socialistas habrán tenido un impacto inmediato sobre las intenciones de voto declaradas, que un sondeo realizado al día siguiente constataría. Pero el nivel de las aguas y el balance de daños tras el impacto no está dado por la reacción inicial, sino tras la elaboración del trauma. El efecto negativo podría ser mayor o mucho menor, incluso invertirse. Lo veremos.Esto indica que el efecto que la decisión de Zapatero tenga sobre el voto podría no ser el que la mayoría espera o teme, sino el contrario. Al fin y al cabo, todo el mundo, y en primer lugar sus votantes, lleva meses pidiéndole que gobierne y criticándole por no hacerlo con decisión, claridad y firmeza. El miércoles pasado nos gustaría o no, pero no cabe duda de que actuó así.

Creo que el PSoe ganará las elecciones generales.
Lo creo porque el PP es una ruina
de oposición.
Y porque apuesto por la progresía
como tendencia política española

Un saludo Sra Gloria Calero
Usted es un referente de amplitud
y buena comunicación con sus
lectores.
Siempre la seguimos desde Madrid
en nuestra empresa.
Ana Monforte Luna

Vicente Salvatier dijo...

El índice de aprobación de los líderes políticos de las principales economías del mundo se ha resentido notablemente en la fase más intensa de la crisis. Muy pocos aprueban, entre ellos el brasileño Lula da Silva, el presidente ruso Dmitry Medvédev, o la canciller alemana Angela Merkel, que acusa un descenso de popularidad. Otros gobernantes también lo padecen, pero además suspenden ante la ciudadanía. Es el caso José Luis Rodríguez Zapatero, el portugués José Sócrates, el francés Nicolas Sarkozy y el italiano Silvio Berlusconi, entre otros.esta crisis, "a diferencia de las anteriores, no se ha anticipado y no sabemos cuándo va a acabar. Además ha venido por fases lo que ha producido un desgaste constante de los Gobiernos y de la credibilidad de sus líderes". La ciudadanía, señala Lorenzo, "busca seguridad y certezas, por eso castiga más a las cabezas visibles".

Entre los que se han visto más afectados, destacan el primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, que gobierna en coalición tras la victoria electoral del Partido Democrático en agosto de 2009. Su popularidad ha caído 25 puntos desde diciembre y hoy sólo consigue la aprobación de 2,5 de cada diez encuestados, según el sondeo del diario Yomiuri.
En el caso de Alemania, donde se constituyó un Gobierno de coalición entre los democristianos y los liberales en octubre de 2009, el mayor desgaste de popularidad lo ha sufrido el actual vicecanciller y ministro de asuntos exteriores, Guido Westerwelle, que lidera la formación liberal. Impulsor de la política económica y firme defensor de una cuantiosa rebaja fiscal en Alemania que acaba de ser retirada, su gestión sólo es reconocida por el 24% de los ciudadanos. Esta austeridad "imprescindible", según los líderes europeos, parece haber sido aceptada por los griegos, según han recogido varios sondeos. Algo similar ha sucedido en España. La crisis ha pasado factura a José Luis Rodríguez Zapatero. Según el Publiscopio de mayo, sólo el 27,9 de los encuestados aprueban su labor al frente del Gobierno, mientras que en septiembre de 2008, lo hacía el 40,1%. Mejor aceptación han tenido algunas de las medidas adoptadas por el Ejecutivo para cortar el déficit, como la reducción del sueldo de los funcionarios y la inversión pública, a la vista de los resultados del mismo estudio.

Bueno, aprovecho para felicitarle
por su enorme poder de comunicación
con tan extensa cantidad de lectores.

Vicente Salvatier
Barcelona

Miguel Jovellanos Grillo dijo...

El Ego te hace echar la culpa a los demás
La gente se cree qué es perfecta y raramente aceptan las críticas. Están totalmente controlados por su EGO, un EGO que les dice cosas cómo:

•No necesitas mejorar
•Eres perfecto
•Eres lo máximo
El EGO es un mecanismo de defensa al igual que puede ser el miedo, sin embargo en muchas ocasiones hace más mal que bien. Cuando alguien que tiene un blog empieza a censurar a todo el mundo y hacer lo que le pasa por las pelotas está deteriorándose. Necesitamos a las demás personas para seguir avanzando y mejorar, está muy bien hacer las cosas cómo a uno le gusta y tiene que ser así, pero no hay que creer que somos perfectos, tenemos que escuchar las demás personas y tener en cuenta sus ideas.
saludos

Miguel Jovellanos Grillo

Yoshuo Kamala dijo...

Estuve hace poco atascado en un control de seguridad del aeropuerto. Todo el mundo en la fila se sentía molesto por la lentitud con que se estaba pasando nuestro equipaje por los rayos X. La gente se estaba poniendo cada vez más nerviosa y empezaba a echar la culpa al personal de seguridad de nuestro retraso. Pero los hombres y las mujeres que se encontraban de servicio estaban solamente intentando hacer su trabajo y, en última instancia, no íbamos a solucionar nada culpándoles de las molestias propias de los viajes hoy en día. Me di cuenta de que sería igualmente fácil echarle la culpa a los terroristas, quienes a su vez se la echan al imperialismo occidental; y así sigue rodando la bola.

Parece que el mundo se está convirtiendo en un lugar demasiado pequeño como para que todos andemos blandiendo el arma de echar la culpa. ¿A dónde puede ir a parar todo esto? Cuando estamos desilusionados o frustrados, cuando estamos sufriendo o no tenemos un buen día, tendemos a buscar un objeto para echarle la culpa. “Si sólo esto cambiara, no tendría este problema” se convierte en nuestro mantra.

Echar la culpa es un asunto delicado. Cuando tratamos de encontrar un culpable fuera de nosotros mismos, estamos fracasando en el trabajo con nuestra propia mente. En vez de mirar hacia dentro, o de tener una perspectiva mayor y ver la transparencia de toda la situación, nos airamos. “Si el taxista que iba delante de mí hubiera ido más rápido, no habría llegado tarde al trabajo”. “Si otro hubiese limpiado la cocina, estaría viendo mi programa favorito de televisión en vez de tener que estar fregando este suelo”. Incluso si encontramos a alguien a quien podemos culpabilizar de nuestro dolor razonadamente, comportarnos en la vida de este modo no proporciona un verdadero alivio. Echar la culpa no hace más que sentar las bases para un mayor sufrimiento y descontento.
saludos
Yoshuo Kamala
Ginebra
Naciones Unidas

Vicky Lleida Morán dijo...

Los grandes escándalos de corrupción no sólo generan un perjuicio merecido al partido que los protagoniza, sino que también dañan de forma injusta la credibilidad de la democracia en su conjunto. El resultado es el desprestigio de la política y el triunfo de la idea de que “todos son iguales”, con el lógico corolario de que da igual votar a unos que a otros. Y la verdad es que no da igual.

A pesar de que el PP y su coro mediático se empeñen en lo contrario, lo cierto es que el caso Gürtel es el mayor escándalo de corrupción en tres décadas de democracia. Y lo es por varios motivos: porque las decisiones de diversos cargos del PP permitieron transferir 75 millones de euros de las arcas públicas a los bolsillos de una red mafiosa, porque hay pruebas sólidas de financiación ilegal del partido en tres comunidades y porque nunca antes un presidente autonómico había sido imputado por dejarse sobornar por una banda de corruptos a los que benefició.
Pero con ser graves estos hechos, lo peor para el prestigio de la democracia ha sido la reacción de la cúpula del PP. Por un lado, se lanzó a una cacería contra los jueces, los fiscales, los policías y hasta los funcionarios de Hacienda que se atrevieron a investigar el caso, en una actitud propia de un partido antisistema. Y, por otro, pretendió blanquear su imagen aprobando con gran publicidad un Código de Buenas Prácticas que ha resultado ser una burla a los ciudadanos, ya que cinco meses después de su presunta puesta en marcha sigue siendo papel mojado. Las únicas prácticas del PP fueron definidas perfectamente por el propio Rajoy, cuando garantizó su apoyo a Camps “diga lo que diga la Justicia”.
Saludos Gloria

Vicky Lleida Morán

Nieves Cáceres Llamazares dijo...

Echar la culpa es un obstáculo en el camino hacia la apertura mental y la comprensión. Si culpamos a los demás cuando el mundo no gira a nuestro gusto, estamos creando unos estrechos parámetros en los que ha de encajar todo. No vemos otra salida para resolver nuestro problema; ninguna otra cosa servirá. Echar la culpa nos ancla al pasado y nos empequeñece. Nuestras posibilidades se limitan a una pequeña situación. ¿Dónde nos va a llevar ese camino de la culpa?

En esta época en que es tan fácil culpabilizar a otros países, a otras culturas, a otras maneras de pensar, echar la culpa solo agravará cualquier situación. Incluso cuando experimentamos un suceso sumamente doloroso y nos creemos totalmente justificados para señalar con el dedo una persona o un grupo concreto, estamos eligiendo empequeñecernos. Estamos confirmando una tendencia habitual y dificultando nuestra capacidad de crecer como seres humanos.
Un saludo

Nieves Cáceres Llamazares

Teresa Closs Gius dijo...

Al lector que recomienda a Ismael
Serrano,lo felicito
me gustan sus canciones
Aqui van unos fragmentos


Podría ser jardinero en Marte,
médico de flores, poeta ambulante
deshollinador volando en tejados,
probador de espejos o un pirata honrado.
Quisiera ser hombre al fin al cabo.

Podría ser quizá delineante
de columpios rojos, un gran nigromante,
un cantor de nanas, quizá buhonero
y vender palomas, pócimas y ungüentos.
Pensándolo bien, me conformo con menos.

Enchufo la radio, no hablan de nosotros.
La luz de la aurora se vierte en la acera.
Ella me da un beso, yo me hundo en sus ojos.
"Suerte" me susurra y cruzo la puerta.
Quizá fuera encuentre
por fin la respuesta
o mi exculpación.
Llueve mientras sueño,
quizá cuando vuelva
haya salido el sol.

Podría ser cartero de Neruda,
pescador de estrellas navegando en la luna,
piloto de cometas, explorador de abismos,
quizá recolector de gotas de rocío.
Quisiera ser un hombre, es poco lo que pido.

Julia Pompey dijo...

Hola. Soy yo.
Sólo llamaba
porque estos lunes
siempre me matan.
Ha amanecido
tarde este día;
mi almohada llena
de tus cenizas.

Pasé, ¿recuerdas?,
por nuestros bares
donde arañábamos
a la nostalgia
su sucio esmalte.

Cogí al futuro
por la cintura.
Donde hubo vuelo
sólo ha quedado
escombro de plumas.

Qué cosas pasan,
días bulliciosos,
tan cerca estamos
pero tan solos.
Sólo era eso.
Bueno, pues, nada,
si tienes frío y tiempo
me llamas.


Ismael Serrano

Me gustan mucho sus letras

CabralesJulia Pompey

Natividad Oteisa Calles dijo...

Aunque algunos piensen que el mal de muchos sólo consuela a los tontos, es de gran ayuda sentirse acompañado en la adversidad. Por eso, a los ciudadanos españoles nos tranquiliza saber que el nuevo Gobierno del Reino Unido prohibirá los viajes en primera clase para todos los funcionarios públicos y suprimirá los coches oficiales asignados personalmente a los ministros, es decir, tendrán que compartir vehículo o utilizar el transporte público cuando sea posible. Da gusto escuchar al ministro del Tesoro británico que el resultado de ese recorte presupuestario se invertirá en educación y viviendas sociales. También calma bastante los nervios enterarse de que Alemania prepara un severo programa de austeridad. Y que Sarkozy está dispuesto a apretarse el cinturón de una manera drástica. E incluso el portavoz de Berlusconi promete “no meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos” y emplearse a fondo en la lucha contra la evasión fiscal y la economía sumergida para reducir el déficit. El tiempo dirá si es verdad.
Estas medidas forman parte de lo que, con gran desdén por parte de los afectados, se ha dado en llamar el chocolate del loro. Su teoría es que de nada vale recortar los privilegios de los ricos o de quienes manejan la política y las finanzas, porque para reducir el déficit, aunque parezca injusto y discriminatorio, es imprescindible apretar las tuercas a los millones de asalariados de cuyo esfuerzo económico dependen los ingresos de las arcas públicas. Ya lo ha advertido el Fondo Monetario Internacional, es necesario limitar la negociación colectiva y flexibilizar el despido. Y seguirán reclamando más y más… hasta la victoria final.
saludos

Natividad Oteisa Calles