GONZALO, MI HIJO, SE CASA CON CAROLINA. UNA COSA DE FAMILIA, PERO SOBRE TODO, UNA CUESTIÓN DE AMOR.

Estimados amigos y amigas:
Me sabrán disculpar, voy a abrir un pequeño paréntesis en este, nuestro Blog, por razones personales. Saben que nunca mezclo el ámbito privado con esta especie de función pública, que es este espacio. Pero voy a hacer una excepción, por ser esas gratas razones personales que de cuando en cuando tocan nuestra vida, la vida de nuestras familias.
Este próximo sábado se casa el mayor de mis hijos. Mi madre es la madrina y yo, como concejala, con satisfacción llevaré a cabo la ceremonia. Es, como comprenderán, una conjunción de emociones. La boda de un hijo es, más allá de los nuevos estilos de vida, siempre un salto hacia adelante en el ámbito familiar. Aunque los novios sean los protagonistas principales, todos y todas, nos vemos implicados en su historia, pues nacen de las mismísimas entrañas de la historia familiar a la búsqueda de un horizonte distinto con quién ha elegido como compañera para andar, en la buenas y en las malas, tomados de la mano y haciendo frente al porvenir con la cara al viento y el entusiasmo inigualable de la juventud.
Soy una convencida de que el amor es la maquinaria más perfecta para hacer funcionar la vida.
Están listos a recorrer su propio camino, como ley de vida, buscando todo aquello que lleno sus corazones de ilusión.
Sépanme entender y disculpar esta ausencia y permítanme dedicarle un poema a mi hijo y en él, también, a todas las parejas que en estos días, unen sus manos para comenzar una historia distinta de dos.






Un saludo y SER FELICES
Gloria Calero