UN POLÍTICO HONESTO Y TRABAJADOR... ¿TIENE SENTIDO, VALE LA PENA?

Estimados amigos y amigas:
Tras los comentarios de personas que comparten este Blog en el post “corrupción sin limites…” les propongo que compartamos esta reflexión este fin de semana. Los que me conocen, los que me leen… saben que la ETICA, EL COMPROMISO Y EL RESPETO, tanto en mi vida personal como y sobretodo en política, es una obsesión, pues creo que es la base para este sistema de LIBERTAD y DEMOCRACIA que nos hemos dotado y por el que soñaron y lucharon muchos de nuestros antepasados.
Ha habido momentos de nuestra historia cercana que parecía estar claro, pero con mucha tristeza y preocupación veo que en estos momentos, estas mínimas normas de comportamiento, se han desplomado y sinceramente, no sé esta espiral del “TODO VALE”, hacia dónde nos va a llevar y cómo vamos a terminar.
No puedo entender como se puede apoyar, jalear, aplaudir y seguir votando a políticos corruptos. La POLITICA es el servicio público por excelencia, es trabajar para y por los demás, es gestionar lo público, lo de todos y todas con mesura y siempre para obtener más beneficio para todos y todas. El político corrupto es el mayor enemigo para la sociedad y para el conjunto del sistema.
Hace tiempo un amigo me dijo “Gloria, la derecha paraliza voluntades, se creen los amos y así ejercen, manipulan cualquier realidad y como nos descuidemos reescribirán la historia”. Sólo desde esta teoría se entiende que estemos reaccionando como lo estamos haciendo: Premiando el pillaje, lo que tenemos interiorizado como poder, el trabajo y dinero fácil, la superficialidad, la banalidad, al político déspota y mal educado, no rechazamos a los políticos que ganan mucho dinero de lo publico (lo de todos) mezclándolo con lo privado (lo de ellos) y viven en un ámbito de placer fuera de toda preocupación posible. Inexplicablemente no rechazamos a políticos imputados en graves casos de corrupción ni a quienes los mantienen con su silencio y por lo tanto con su complicidad.
Pongamos nombres y caras a esa clase de políticos:
Camps, Fabra, Rus, Ripoll, Cotino, Barberá, Aguirre, Costa, Blasco, Jaume Matas, Merino… mas de 25 altos cargos del PP imputados. Rajoy, De Cospedal, Sáez de Santamaría y toda la estructura de Génova 13, sede del Partido Popular en Madrid, como defensores de esa trama o socios del silencio. Y mi temblor político aumenta cuando pienso que estos personajes tienen todas las posibilidades de seguir dilapidando nuestro patrimonio, sin haber hecho nada ni por esta Comunidad ni por España, más que ocultar o disimular tramas mafiosas, gastar dinero publico (el de todos) a manos llenas para beneficio propio y dejar las arcas públicas (las de todos) vacías, que ahora de nuevo TODOS NOSOTROS las tenemos que volver a llenar con nuestro esfuerzo y trabajo.
Ahora pongamos dinero:
La deuda total de la Generalidad Valenciana es de 25.000 millones de euros, esa inmensa deuda ha servido para que haya menos paro… NO, hay más colegios e institutos públicos… NO, hay más centros sanitarios públicos… NO, tenemos más ayudas… NO. Han montado un poder dentro del poder, como una empresa privada con dinero en negro para beneficio propio, por eso tantos NO.
El caso Gürtel de momento incalculable, se buscan más de 40 millones de euros, que han salido de nuestros bolsillos, en paraísos fiscales. Negocio con la visita del Papa, por un monto oculto incalculable, también. Negocio con ONG amigas burlando dineros públicos para solidaridad incalculable, negocio con las basuras incalculable… Por eso es incalculable el daño que nos han hecho y que nos seguirán haciendo si no hay un BASTA, MASIVO Y ENÉRGICO.
En otro lado, están ocultos las personas que se dedican a la política con honestidad y espíritu de sacrificio, con lealtad a unos principios y a unas ideas, defendiendo los valores del trabajo compartido, buscando las mayores cotas de bienestar… les aseguro que son muchos y muchas y sufren la peor condena, la condena social, fácil y generalizada de que todos los políticos son iguales… hasta, en esta espiral perversa y frívola, se llega a pensar que son políticos “blandos” o con “falta de liderazgo”, por eso a estas alturas me pregunto:
¿Tiene sentido ser políticamente honesto? ¿Vale el esfuerzo dedicarse a la política y tratar de transformar la realidad para mejor? ¿Asumir la vida política como vocación de servicio honesta y transparente compensa el sacrificio que implica? ¿Vale la pena?
Jorge Alarte, Carmen Alborch, Luna, Puig, Calabuig… honestidad intachable, gestión como alcaldes de sus respectivas ciudades sin ninguna sombra de dudas, defendiendo lo publico (lo de todos) hasta la extenuación, son ninguneados sistemáticamente por este aparato de “poder” del PP valenciano, insultados por buscar la verdad, insultados por ser un incordio a la “trama” montada por el PP, invisibilizados en los medios de comunicación por el aparato de la derecha para no hacerlos creíbles ¿vale la pena tanto esfuerzo, cuando la ciudadanía no lo reconoce?.
Zapatero, de la Vega, Blanco, Rubalcaba, Carmen Chacon por hablar del ámbito Nacional… ¿vale la pena tanto esfuerzo para sacarnos de la crisis y mejorar nuestra situación de futuro?, merecen o mejor dicho, merecemos los españoles el espectáculo incívico que se dio el día de las Fuerzas Armadas? No digo que estas personas no tengan defectos o cometan errores ¡claro que sí! pero sin tramas corruptas, sin insultos, defendiendo LA POLITICA. Pero da igual, cargan con la corrupción de los otros, por la generalización de “todos son iguales”, donde los votantes del PP, al parecer, les da igual que sus dirigentes sean corruptos o no, lo único que les interesa es el “poder, el mando” que piensan que lo tienen por derecho propio, pero en los votantes de izquierdas con tanto ruido, crispación y manipulación, se ha producido una gran desafección ¡hemos caído en la trampa!.
Se puede estar más de acuerdo o menos con las decisiones que toma este Gobierno, pero entre corrupción y honestidad, entre imputados o no imputados, la diferencia debería estar clara, pero es evidente que como sociedad estamos usando otras variables. La percepción de la realidad, nuestro entorno, los efectos colaterales de la crisis, la manipulación y los mensajes muy primarios, que posiblemente nos guste oír pero que no nos llevan a ningún lado, no justifican que aceptemos la corrupción con un hecho “normal” y que no se castigue y la honestidad, la transparencia, el trabajo y el esfuerzo sea un dato más que no puntúa a la hora de evaluar a un político.
Amigos y amigas: Sobre esta cuestión no debemos seguir el consejo de Maquiavelo de que “el fin justifica los medios”, sino el de Marco Aurelio, cuando afirma que “la mejor forma de luchar contra ellos es no parecerse a ellos”.

BUEN FIN DE SEMANA, SER FELICES.
Gloria Calero