Estimados amigos y amigas:
Durante épocas de crisis, en momentos críticos de la vida de los países y de las situaciones de las personas, suele filtrarse –muchas veces, yo diría siempre, impulsado interesadamente-, ante la necesidad, la angustia social o la pérdida de algunos privilegios el concepto o la idea que la derecha y la izquierda son el mismo cantar. Un gravísimo error que los pueblos, los ciudadanos y ciudadanas, sobre todo los que formamos la base de la pirámide social, que somos la mayoría, podemos sufrir en carne propia si confundimos, por la razón que sea ambas ideologías opuestas en el ser y fundamentalmente, en el hacer, en la manera gobernar.
Tony Judt, historiador de la Europa que surgió de las ruinas de 1945 dice:
"En muchos aspectos, el consenso socialdemócrata significa el progreso más grande que se ha visto hasta ahora en la Historia. Nunca antes tuvo tanta gente tantas oportunidades en la vida. Todos, sin excepción, en Europa y en Estados Unidos, somos beneficiarios en algún grado de la revolución socialdemócrata, que supo favorecer la igualdad y la justicia fortaleciendo y no sólo conservando las libertades individuales: Cuando vamos al médico, cuando asistimos a la escuela o mandamos a nuestros hijos a la universidad, cuando tomamos el tren o el metro, incluso cuando conducimos nuestro coche privado por una autopista que no habría podido construirse sin enormes inversiones públicas”.Los mayores exponentes del liberalismo, de las políticas conservadoras, fueron
Margaret Thatcher y Ronald Reagan, desde donde el descrédito por lo público se extendió como una gangrena (cayendo en ese pensamiento incluso personas de izquierdas), donde prevalece la libre economía sin ningún control y se impone “el individuo” sobre “la ciudadanía”
Como pueden imaginar no intento hacer una tesis doctoral, porque ni sé, ni es mi estilo, lo único que intento es, a grandes rasgos, expresarles que la gran diferencia entre la socialdemocracia y las políticas conservadoras esta EN EL REPARTO DE LA RIQUEZA y EN LA GESTION DE LO PUBLICO.
La socialdemocracia tiene como primer objetivo “el ciudadano” como colectividad y el liberalismo o políticas conservadoras, “el individuo”.
Para la socialdemocracia todo individuo es ciudadano de derechos y obligaciones y la solidaridad entendida como una forma de distribución los más equilibrada posible para que “todos y todas” podamos llegar en las mismas condiciones a “la meta” y cuantos más lleguemos mejor y lo PUBLICO como generador de riqueza.
Para los conservadores, el individuo que por las condiciones o circunstancias que sean “llega a la meta”… estupendo, no les interesa los que se puedan quedar en el camino, al contrario, son un estorbo y lo público un “trampolín” que genera riqueza a unos pocos.
Los expertos en economía (afines a las políticas neoliberales predominantes de Thatcher y Reagan) aseguraban que una vez desmontados los controles públicos sobre el mercado, la riqueza se multiplicaría ilimitadamente en beneficio de todos. Cuanto más ricos fueran los ricos y más de ellos hubiera, más se contribuiría al bienestar de los pobres, mucho más eficazmente que las políticas sociales de los gobiernos. ¡Que equivocados estaban! En lo único que acertaron es que los ricos son más ricos pero la mayoría, que somos todos, nos estamos empobreciendo, gracias a esas políticas.
Amigo y amiga, no sé si usted es de izquierdas o de derechas. Liberal o socialdemócrata. Pero todo lo dicho hasta aquí tiene un reflejo inequívoco en la concepción del ESTADO que tienen unos y otros y las acciones que de él se derivan. Por ejemplo, unos l
iberales y conservadores, en época de
Aznar, con una
bonanza económica, donde había para repartir y prevenir un futuro mejor para todos, con proyectos e infraestructuras de profundo calado,
el Estado conservador se desvinculó de la sociedad. Lo que hizo el Estado del PP fue perder el vínculo con la sociedad y no reconoció ni derechos ni necesidades, al contrario empobreció la sociedad culturalmente al fomentar empleo de baja cualificación, solamente insufló dinero en una burbuja inmobiliaria multiplicando de forma exponencial la oferta, aun sin demanda y sin hacer que los precios bajaran por falta de políticas activas en ese sentido. Era ganancia fácil, a corto plazo.
El estado se redujo a lo mínimo: a ver pasar la riqueza, de rico en rico. Desvinculado de la inmensa mayoría de la ciudadanía. Ni siquiera intervino en las transferencias cuantiosas, quizás todo lo contrario, se mezcló en amplios sectores con los poderes del dinero, generando corrupción y cohecho. Convirtiéndose en un sistema insostenible, como ya sabemos.
Otros, como el actual
gobierno socialdemócrata, en la anterior legislatura,
fortaleció el Estado. Ahorró y comenzó la progresiva vinculación con la sociedad. Repartiendo los dineros públicos de abajo hacia arriba, en pensiones, en becas, en proyectos a largo plazo basado en el I+D+I, en Leyes sociales con aumento de derechos individuales y colectivos de gran calado y de los más variados.
Interviniendo el Estado como fuerza activa, vinculante, generadora y distribuidora de riqueza para beneficio, fundamentalmente, de los que en peores condiciones estaban. En este momento de
crisis brutal, este gobierno de
Zapatero, socialdemócrata, ¿qué hace?
fortalecer el ESTADO, invertir dinero publico para generar empleo ya que el sector privado se cierra a la defensiva añorando un pasado que no regresará. Promueve otro modelo económico y de desarrollo mas sostenible y cuando interviene para recaudar, lo hace para redistribuir, que no haya fractura social y seguir generando riqueza.
¿Qué hace la
derecha conservadora? Añorar tiempos pasados, intentar
achicar el ESTADO diciendo que bajara impuestos, por lo tanto menos servicios, recortar y privatizar derechos adquiridos como la sanidad y la educación y así volver a cerrar el circulo,
UNOS POCOS GANAN Y LA GRAN MAYORIA PERDEMOS. ¿Qué este gobierno socialdemócrata en estos momentos ha tomado medidas económicas que pueden “rechinar”? es posible, pero no para quedarse en ellas, sino para que sean un renovado trampolín hacia un estado de bienestar distinto, sostenible, real y no una falacia que dura alegremente para unos pocos y cuando explota, la sufrimos y tenemos que arreglar la gran mayoría que no la creamos, así lo pienso y por esto lucho.
Un saludo
Gloria Calero
2 comentarios:
No puedo estar mas en desacuerdo
Confundís tremendamente conservadurismo con liberalismo, a pesar de lo cual es respetable tu opinión.
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