lunes, 21 de marzo de 2011

LA INVESTIGACION GANA EN BENEFICIO DE TODOS




Estimados amigos y amigas hay muchos temas de actualidad de los que hablar y que sin ninguna duda hablaremos, pero no quería pasar por alto un hecho del que nos tenemos que sentir orgullosos y que parece no le estamos dando la importancia que tiene ¿será por ser bueno?

En el Hospital Sant Pau y la Fundación Puigvert de Barcelona han logrado por primera vez en España el nacimiento de un bebé libre de una mutación genética hereditaria que le abocaba en un 60% a sufrir un cáncer de mama u ovario antes de los 70 años, como numerosos miembros de su familia.
En materia científica, médica, no existen los milagros. Es el fruto de la investigación aplicada, de científicos comprometidos y una política que ha posibilitado estas investigaciones. Zapatero, liberó las limitaciones que fueron introducidas por el Ejecutivo popular de José María Aznar en el año 2003 ante cualquier investigacion con embriones y celulas madre, anteponiendo creencias morales y religiosas al beneficio general.
Hoy todos aplauden ese nacimiento, pero detrás de este hecho hay toda una historia de presiones y acciones de la derecha española en contra de la investigación a los orígenes genéticos de las enfermedades.
Aun recuerdo las descalificaciones a Bernat Soria, uno de los más relevantes investigadores científicos de nuestro país: Medalla de Oro y Premio de la Real Academia Nacional de Medicina y Premio Nacional de Investigación Básica, es presidente de la Sociedad Española de Fisiología y, asimismo, presidente de Biofísica de España. Soria tubo que abandonar en su momento el Instituto de Investigación que dirigía en Elche, Valencia por las presiones de la derecha conservadora y el catolicismo recalcitrante que vieron en sus investigaciones un peligro que –según ellos- intentaba suplantar a Dios como creador y manipulador de la vida. Su investigación con las células madres, fueron reconocidas internacionalmente. El Opus Dei fue su enemigo más despiadado. Creo que por contrapartida, casi como un símbolo, Zapatero lo nombró Ministro de Sanidad, además de habilitar y apoyar el desarrollo científico y la investigación aplicada. (en I+D+i, en lo últimos 5 años se ha invertido 50.000 millones de euros, la misma cantidad que invirtió el Gobierno de Aznar en sus 10 años de gobierno)
A Zapatero cuando aprobo el decreto donde se abria la puerta para estas investigaciones la derecha lo acuso sin ninguna piedad de destrozar la ética, de pisotearla y mancillarla. Es interesante repasar lo que respondió Bernat Soria al respecto, en plena demonización de su persona y persecución de su investigación:
“Un investigador tiene que trabajar dentro de la ética y de la legalidad. A veces, la presión social puede llevar al investigador a pensar que el fin justifica los medios, pero el fin nunca justifica los medios. Cuando se trata de una discusión técnica, con todos los datos se construye una ética no confesional y las soluciones que se aportan son las mejores para todos. En el caso de los embriones humanos para usos científicos, yo defiendo que hay problemas éticos en el no uso de esos embriones: no es ético dejar de utilizarlos. Me pregunto a qué ética se refieren ciertas personas cuando hablan de ética: ¿a la ética confesional de algunos o a una ética que podemos compartir la mayoría y que está basada en los Derechos Humanos?
La derecha esta demostrado sobradamente que no tiene los derechos de propiedad de la ética ni por supuesto la iglesia el monopolio de la opinión sobre este tema.
Felicitemonos, por el avance científico y porque en este país y con ciertos y determinados dirigentes, con o sin sotana, aunque en materia científica y médica no existan los milagros, este lo parece.

Un saludo
Gloria Calero

2 comentarios:

Guillermo Jovellanos dijo...

Libia no es Irak, no tiene nada que ver, es una intervención justa y con todas las de la ley. De hecho, es el contraejemplo de Irak.” -Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional del PSOE-


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Los partidarios del ataque a Libia se sienten tan seguros, sin las dudas de Irak, que casi no necesitan argumentario. Lo resumen en una pregunta, que lanzan a quienes rechazamos la agresión, y que pretende cerrar el debate: “vale, la guerra es mala, pero ¿tienes tú una alternativa mejor? ¿Qué habrías hecho, permitir las matanzas, mirar para otro lado?”. Pues bien, respondamos.

De entrada, hay que recordar que cruzarse de brazos y mirar para otro lado es repugnante, sí, pero es la norma. No lo justifico, pero invalida el argumento de que era obligatorio hacer algo, pues raramente se hace algo. Piensen en tantos países donde la población está más amenazada que en Libia, y no pasa nada. Un doble rasero más escandaloso cuando afecta a situaciones próximas: la firmeza contra Gadafi se debilita cuando a la vez miramos para otro lado en Bahrein.

En segundo lugar, para no llegar hasta aquí deberíamos haber evitado todo lo anterior. Si hoy tenemos un problema con Gadafi es porque durante años le reímos las gracias. Por tener, Gadafi tiene hasta la Llave de Oro de Madrid, que le entregó Gallardón en acto solemne, con la ausencia digna de los concejales de IU. Ya no sirve lamentarse, no hay vuelta atrás. Pero debería servir para evitar futuros gadafis, y para exigir cuentas a sus amigos de ayer, hoy enemigos.

En tercer lugar: si la guerra es el último recurso, significa que antes se han agotado todas las vías. ¿De verdad se agotaron todas las vías? ¿Se han llegado a explorar siquiera? Más bien parece que desde el principio estaba claro que la única vía era la militar, y no se intentó nada. Hubo propuestas de mediación internacional, como la de Chávez, rechazada y ridiculizada por quienes dicen que han agotado todas las vías.

Y un último argumento: una matanza no se evita con otra matanza. Tenemos muchos precedentes para dudarlo. De los muertos de Gadafi sólo sabemos de oídas, no hemos visto muchos. En cambio empezamos a ver cadáveres bajo nuestras bombas. Ah, claro, son partidarios de Gadafi, merecen ser eliminados.

Guillermo Jovellanos

Laura Montesinos dijo...

a última vez que un escuadrón de cazas italianos sobrevoló Libia fue el 1 de septiembre de 2009. Ese día no tiraron bombas. Fue un vuelo de homenaje de las Flecce Tricolori: una patrulla acrobática de la fuerza aérea italiana que participó en los fastos por los 40 años de la dictadura del coronel Gadafi. Fue “una conmemoración histórica”, según uno de los allí presentes: el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos.

Si el coronel decide huir de Trípoli y refugiarse en algún otro lugar, podría probar en Madrid. Ya tiene la llave de oro de la ciudad. Se la entregó Gallardón, en 2007, durante un emotivo acto en el que el alcalde elogió “los lazos históricos y culturales” que unen a ambos países. En ese mismo viaje, su primera visita oficial a España, también fue recibido por Zapatero y por el rey. Juan Carlos de Borbón incluso le permitió pasar revista a una compañía de la Guardia Real al tiempo que la banda de música interpretaba una marcha militar: “El viejo almirante”. La visita de Gadafi fue muy rentable para algunos. Las ventas de armas españolas para el ejército del dictador que hoy combatimos crecieron un 7.700 por ciento.

El rey devolvió el viaje oficial en 2009, acompañado, entre otros, por el verdadero jefe de la diplomacia española: el presidente de Repsol, Antonio Brufau. Zapatero repitió el homenaje hace menos de un año y se convirtió así en el segundo presidente del Gobierno español en pisar Libia. El primero fue Aznar, en 2003, y de aquella reunión quedó una bonita amistad, hoy olvidada. Aznar y Gadafi se volvieron a ver en 2007, en una cena privada en Sevilla. Probablemente, como en todas esas reuniones, hablaron del infinito respeto por los derechos humanos.
Laura Montesinos