viernes, 6 de mayo de 2011

PEGADA DE CARTELES, COMIENZA LA CUENTA ATRÁS.



Estimados amigas y amigos:
Con la tradicional pegada de carteles, se da inicio oficialmente a la campaña electoral, con el objetivo de dar a conocer las propuestas del programa y la valoración de los candidatos. Es un inicio simbólico, pero quiero destacar que son días importantes para que los ciudadanos valoren, con serenidad y seriedad, las propuestas y las personas que van unidas en una candidatura. En estos tiempos, más que nunca, estoy convencida, debemos fijarnos no sólo en lo que se promete sino y fundamentalmente, quién hace la promesa, pues si detrás de quien las haga, no hay valores de etica y moral política, terminan siendo una propuesta engañosa.
No tenemos que olvidar que estamos ante unas elecciones Autonómicas y Locales y lo que nos toca evaluar es, si estamos de acuerdo con los políticos actuales y si estamos mejor que antes, por las políticas llevadas a cabo en nuestro entorno mas cercano.
Tenemos que valorar si en nuestra Comunidad o Ciudad los políticos que están en la actualidad son DIGNOS para que nos sigan representando, si ante el mundo tan cambiante como el que nos esta tocando vivir, tienen respuestas, iniciativas, valentía y decisión para afrontar esos cambios o solamente se aferran al poder por causas particulares y que no benefician al interés general.
Y… en estos días, mas allá del rifirrafe mediático, tenemos que hacernos preguntas tan sencilla como:
¿Nos atienden mejor en centros de salud u Hospitales o tenemos mas demoras y masificación?.
¿Cómo son los colegios de nuestros hijos? ¿son mejores, han dejado lo “barracones” hay mas maestros, educadores de apoyo, ha bajado el absentismo escolar, el fracaso escolar…? Los niños y niñas de 0 a 3 años ¿van a un colegio publico o lo tenemos que pagar? Nuestros jóvenes ¿tienen mas becas para estudiar por parte de la Comunidad?...
Las personas dependientes de nuestra Comunidad ¿están atendidas según la Ley de Dependencia?.
¿Se han puesto en marcha políticas especificas e innovadoras para incentivar el empleo en nuestra Comunidad?.
¿Se han impulsado políticas activas para ayudar al pequeño y mediano empresario en nuestra Comunidad?.
Los jóvenes de nuestra Comunidad ¿tienen mas ayudas para emanciparse?
Los mayores ¿tienen mas sitios para relacionarse, compartir sus inquietudes, están mas atendidos según sus necesidades…?
Las mujeres ¿hemos alcanzado mas cotas de igualdad y derechos?.
En nuestras ciudades ¿hay un proyecto claro de ciudad, mas allá de especulación y planes urbanísticos, estamos mas cómodos y seguros?
Todas estas preguntas tan sencillas, tienen que saber, que son COMPETENCIA DE LAS COMUNIDADES y es RESPONSABILIDAD DIRECTA DE LOS POLITICOS AUTONOMICOS Y LOCALES SU GESTION.
Amigos y amigas estoy segura que si con tranquilidad y sosiego en estos días pensamos en estas cosas, lo que dicen hoy las encuestas sobre intención de voto, no tendrá nada que ver con lo que sucederá el 22 de Mayo en esta Comunidad, la valenciana.
Esa es la grandeza de las elecciones, con nuestro voto podemos cambiar una realidad.
Por eso amigos, espero que la pegada de carteles no sea sólo un hecho simbólico, sino la puesta en marcha, la movilización de los afiliados o simpatizantes, pero también de muchos otros ciudadanos y ciudadanas, personas independientes, hombres y mujeres con sentido común, progresistas y trabajadores, que esperan un cambio, porque OTRO CAMINO ES POSIBLE. Un cambio Para que Gane tú Ciudad, para que ganemos todos y todas.
Un fuerte abrazo y como siempre, el mayor de los respetos a quienes, por las razones que sean tengan un pensamiento político distinto y como siempre afirmo, dentro de la democracia y sus valores TODO, fuera de la democracia, la ética y la moral política NADA.

Gloria Calero

8 comentarios:

Carlos María Colomer dijo...

Sostienen los sociólogos que las campañas electorales apenas cuentan con la capacidad de torcer el voto decidido de antemano por los electores. Resumiendo, que si, para formarte una opinión, estás esperando por la oferta electoral que te pueda hacer cada candidato en los últimos 15 días, como en las rebajas de invierno, es que eres tonto de remate, y te está bien empleado el churro que salga de las urnas.



Esta madrugada comenzó oficialmente la campaña electoral (un sarcasmo, cuando llevamos dos legislaturas en campaña), esas dos semanas en que los llamados indecisos pueden morir de estrés, de sobredosis de ofertas. Mi madre, votante fija del PP, mantenía que cambiar de partido era tan absurdo como cambiar de religión, como si fuese necesario asistir a una mezquita para comprender que la religión verdadera es la católica.



Por eso, cuando me cuentan que dos o tres millones de votantes, y hablo de memoria, forman parte de esa legión de indecisos, deambulando de iglesia en mezquita y de mezquita en iglesia, yo me pregunto: ¿qué revelación esperan para el último momento? ¿Es que confían en que algún postulante se hubiese guardado para el último día la fórmula magistral para acabar con el desempleo o la corrupción?



saludos Carlos María Colomer

Manuel Pérez Comillas dijo...

Amadísimos hermanos: el tópico dice que esta medianoche comienza la gran fiesta de la política con el inicio de la campaña electoral. Malos tiempos para airear tópicos amables sobre la política, en cuyo descrédito están muy interesados quienes se sienten cómodos con la vieja versión de ella como un juego marcado por la ferocidad y el cinismo, y protagonizado por expertos jugadores sobre un tablero cuyo acceso le está vedado a la mayoría de los mortales.
Pero incluso esa antigua versión está desfasada. Hoy muchos hermanos intuyen que el verdadero juego se disputa en un tablero distinto del convencional, un tablero “cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra”, como dijo Borges a propósito de otra cosa. E intuyen que los políticos son unos tipos que en el mejor de los casos acaban inspirando una cierta ternura al verlos afanarse penosamente en demostrar al mundo que mandan más de lo que realmente mandan y que sus poderes llegan más allá de donde realmente llegan.
Desengáñense aquellos de nuestros hermanos más simples que aún alientan la idea de que la política es algo que existe o no existe a conveniencia de cada cual y que deja de existir cuando uno decide desentenderse de ella. A la política le ocurre como a la ley de la gravedad: que no es contingente, sino necesaria.
A estas alturas ya deberíamos saber que, por definición, siempre manda alguien y que donde no manda la política suele mandar el dinero, si bien disfrazado con hábiles ropajes concebidos para confundirnos. Así pues, amadísimos votantes, reflexionad sobre estos graves asuntos y, en consecuencia, el día 22 id y votad. Podéis ir en paz.
saludos

Manuel Pérez Comillas

Juana María Méndez dijo...

Yo la verdad que pienso que no
es posible elegir entre la ineficacia frente a la crisis (PSOE) y la corrupción extendida.
Ninguno de estos dos partidos tendrá mi voto.

Juana María Méndez

Ana Rivera dijo...

Los sondeos del CIS no son el oráculo de Delfos pero suelen acertar con las tendencias, y éstas indican que el PSOE puede perder hasta la camisa el próximo 22 de mayo, y que para conservar la ropa interior y no airear públicamente sus vergüenzas se verá obligado pactar con otras fuerzas políticas, singularmente IU, que tendría la llave varios territorios y capitales de provincia.

Si estos pronósticos se cumplen, los de Cayo Lara serían decisivos en Extremadura para que Fernández Vara se mantenga al frente de la comunidad, pero también en Aragón, donde los socialistas requerirían de un pacto a dos bandas que incluyera a la Chunta. Igual podría decirse de Asturias, siempre y cuando se enjugara la ventaja de un escaño que el sondeo otorga a la suma del PP y el Foro de Álvarez Cascos. El concurso de IU se antoja indispensable para que el PP no se haga con la alcaldía de Sevilla y también sería vital en Zaragoza, donde su único concejal puede facilitar la continuidad de Belloch al frente de un tripartito.

Se entiende que IU tenga una inclinación natural a facilitar gobiernos de izquierda en las instituciones pero resultaría incomprensible que el apoyo a los socialistas fuera gratis o se limitara a un puñado de concejalías de Deportes. Nunca como ahora estuvo tan justificado exigir un precio global, que no puede ser otro que la modificación de la ley electoral, ese democrático atraco, refrendado a finales del pasado año, por el que se consagra una desigualdad inaceptable: para conseguir un escaño PSOE y PP necesitan 60.000 votos; IU, diez veces más.

Es intolerable que en cada convocatoria electoral IU haya de jugarse su propia supervivencia como organización pese a que su fuerza electoral le haría acreedora de no menos de diez representantes. La injusticia del sistema ha sido certificada por el propio Consejo de Estado, cuyas recomendaciones para corregirla han debido de servir para aliviar la cojera de alguna mesa camilla. O trata de cambiar las cosas ahora que puede o se resigna a que el último de los suyos, en un gesto de respeto al medio ambiente, apague la luz al salir.

saludos Gloria.

Ana Rivera

Andrés de la Vega dijo...

Resulta ya suficientemente claro que la causa de la crisis financiera está en una sobreabundancia de capital que en los años de mayor crecimiento buscó como destino inversiones financieras de riesgo cada vez más elevado. A falta de actividades productivas suficientemente rentables, enormes cantidades de capital se invirtieron en productos financieros con poco respaldo “real”; el ejemplo arquetípico de estos productos son las hipotecas subprime en Estados Unidos. La película Inside Job, ganadora del último Oscar al mejor documental y en pantalla en España desde hace algunas semanas, proporciona una descripción muy viva y espectacular del proceso.
Sin embargo, tanto en Inside Job como en otras descripciones frecuentes de la crisis, no se hace ninguna alusión a una causa relevante detrás de ese proceso: la redistribución a favor del capital y, por tanto, en contra de los salarios, que se produjo durante el periodo de crecimiento. Esta redistribución tiene dos efectos que interactúan: por una parte, como es lógico, pone en circulación grandes cantidades de capital; por otra parte, hace que la demanda de bienes y servicios sea débil, ya que los salarios son bajos. Debido a la debilidad de la demanda los inversores no perciben grandes oportunidades en la inversión productiva y destinan los recursos a la inversión financiera, incrementando los riesgos asumidos.
La redistribución hacia el capital es, por tanto, una de las causas básicas de la crisis. Pero, como hace ya tiempo estamos viendo, es también una consecuencia de la crisis. La crisis provoca reducciones del salario directo y, también, del salario indirecto que reciben los trabajadores en forma de prestaciones del Estado del bienestar. Los recortes en prestaciones de educación, sanidad, pensiones y servicios sociales erosionan la capacidad adquisitiva de los asalariados, bien porque reciben menos ingresos, bien porque tienen que comprar servicios en el mercado cuando antes los recibían del sector público. Los salarios bajos y las prestaciones sociales reducidas son, pues, la garantía de una demanda insuficiente y, por tanto, de un riesgo de crisis y, cuando se está ya en ella, de una recuperación incierta y, en todo caso, lenta.



saludos

Andrés de la Vega
Economista
Viena

Juan Lozano Oliva dijo...

Por una lectura honesta
de las cifras del paro
Con los datos del paro hay que hacer como con los contratos de los bancos: leerse muy bien la letra pequeña, que suele ser la más relevante.
La teórica bajada del paro en el mes de abril de 64.000 personas, anunciada a bombo y platillo por Zapatero es en realidad una subida del paro de 7.110 personas si descontamos el efecto de la Semana Santa, que este año ha caído tan tarde. Esta subida desestacionalizada del paro, convenientemente escondida entre la maraña de cifras ministeriales, indica que la tendencia de fondo del desempleo es a seguir subiendo y no a bajar. Más allá de lo que diga este eterno visualizador y anunciador de brotes verdes llamado Zapatero.
Juan Lozano Oliva
Barcelona

Juanma Collado dijo...

Cuando Osama se convirtió en un terrorista internacional, sus hermanos y hermanas eran dueños en Estados Unidos de centros comerciales, urbanizaciones, un aeropuerto e incluso una cárcel privada en Massachusetts. Algunos parientes suyos consiguieron pasaportes estadounidenses para sus hijos, e incluso financiaron películas de Hollywood.

Esa fue la América a la que Osama, primer hijo de Mohamed Bin Laden y de Allia Ganem, declaró la guerra. Una guerra que concluyó un capítulo esta semana, con un disparo en su ojo izquierdo.

Desde el 11-S, la obsesión de Omar bin Laden y de gran parte de sus parientes ha sido desmarcarse de la herencia de Osama. Muchas veces su apellido provocó que les dieran la espalda. Por ejemplo, cuando el director de un hotel en Roma les quiso presentar al actor Sylvester Stallone. Este los miró con repugnancia, sin dirigirles la palabra, y comentó más tarde: “Me niego a estar con ellos en la misma sala. Es como el hijo de Hitler”.

Hace un mes, Omar bin Laden declaró a La Vanguardia que le gustaría lanzar desde la ONU un mensaje de paz a la comunidad internacional. Ayer, con una voz triste pero de alguna manera aliviada, reiteró que, tras la muerte de su padre y de su hermano, se siente todavía más motivado a condenar el terrorismo de forma pública.

saludos

Juanma Collado

Gonzalo Paéz Trueba dijo...

El derecho a la información es de todos los ciudadanos, no de los periodistas, del mismo modo en que el derecho a la sanidad, o a la educación, no es de los médicos o de los profesores. Cuando un político se niega a contestar, no está dejando sin información al periodista, o a su medio de comunicación, o ni siquiera a sus lectores. Cuando un candidato o un cargo de lo público esquiva a la prensa, a quien está toreando es a a todos los ciudadanos porque son ellos quienes tienen derecho a esas respuestas, cada día más escasas.

En esta democracia menguante, que adelgaza desnutrida cuando aún faltaba tanto para que estuviese desarrollada, también se está deteriorando ese derecho fundamental sin el que es imposible que sobrevivan las demás libertades. La mayor diferencia entre una dictadura y una democracia no es que se vote cada tanto; hasta Franco convocó un referéndum. El mejor parámetro para medir la calidad de una democracia es la libertad de expresión y el derecho a la información, que es lo primero que intenta anular cualquier tiranía. No se puede protestar contra lo que se ignora. Sólo si conocemos los abusos, podemos combatirlos. Sólo si los ciudadanos estamos informados de las corruptelas y las arbitrariedades de quienes nos gobiernan podemos actuar contra ellas. A más información más democracia, y viceversa. Por eso les pido ayuda, como periodista pero sobre todo como ciudadano. Ayúdennos a darles las respuestas.

saludos

Gonzalo Paéz Trueba
periodista