lunes, 1 de agosto de 2011

AFRICA SE MUERE


Estimados amigos y amigas:
José Antonio Marina en su libro “Las culturas fracasadas” nos habla de eso, de sociedades inteligentes y sociedades fracasadas y dice:

“Si una sociedad inteligente sabe resolver los problemas sociales, creando capital comunitario y ampliando las posibilidades de acción de sus miembros, una sociedad estúpida hará lo contrario. Crea mas problemas de los que resuelve, destruye capital comunitario y entontece o encanalla a sus ciudadanos”.

Amigos y amigas cuanto mas lo pienso creo que somos una sociedad sin futuro. África con su mirada de dolor nos acusa en el presente, señalando la deshumanización que vivimos y… nos augura un horizonte sin futuro.
Aquí en la Europa culta y de los derechos o en la America pomposa y poderosa, preocupados y ocupados de quién ostenta más dominio sobre los mercados, quien marca las pautas más beneficiosas para los negocios, que si Merkel dice que sí y exige al resto más ajuste, que si las agencias de calificación esas que tanto manosean ahora para calificar o recalificar los riesgos y que cuando debieron ni alertaron, ni rebajaron y hasta aplaudieron. Mirando a Grecia si el rescate es suficiente, a Obama si logra que le dejan gastar más del actual límite de su deuda, chillando hasta el cansancio porque dentro de unos años deberemos trabajar un poco más para jubilarnos, protestando porque las vacaciones han tenido que ser quizás un poco más austeras o porque el Gobierno pide un esfuerzo. O nadando en la queja fácil y la superficialidad de la levedad del ser español, a veces, tan propenso a la frivolidad. O mirando de reojo al diferente por miedo a que nos quite, no se qué y AFRICA, ahí enfrente, MURIENDOSE.
Somos una sociedad sin futuro si no somos capaces de saltar las fronteras de nuestro entorno y nuestros intereses y mirar el resto del mundo, tan humano como el nuestro y sentirnos mucho más que avergonzados porque en pleno siglo XXI, África sea el territorio de la enfermedad, el hambre, la pobreza, la miseria, la muerte, PERSONAS viviendo más allá del limite de la resistencia, que creo resisten pues no pueden hacer otra cosa que resistir hasta morir. Y… una sociedad así de deshumanizada como la nuestra, es una sociedad sin futuro.
Un mundo tan globalizado para manipular la riqueza y a la vez, un mundo tan globalizado para disimular la inoperancia ante la pobreza. Un mundo al que las leyes nos han dado al ser humano los mismos derechos, según nosotros mismos lo pusimos en los papeles “bien intencionados” de las Naciones Unidas. Pero terminaremos siendo devorados por nuestro propio egoísmo. Nos mataremos los unos a los otros por la última novedad tecnológica. Seguiremos prendidos, tumbados en el sofá, viendo las dichas y desdichas de los tertulianos vespertinos, advenidos a analistas cualificados de todo el acontecer.
La civilización de la educación, del conocimiento, de la ciencia... pero no la de la sabiduría y la solidaridad... y sin estas dos virtudes, por más recursos económicos que poseamos, estamos condenados al fracaso por la fuerza misma del peso de la realidad, 800 mil niños pueden morir en Africa, esta es la realidad.
Amigos y amigas, por honestidad y por necesidad moral, toca levantar la mirada, por lo menos, para darnos cuenta que no somos tan buenos humanos como decimos ser.
Un saludo
Gloria Calero

6 comentarios:

Miguel Janés dijo...

Se veía venir. La solidaridad de la familia Botín con los indignados del 15-M estaba cantada. En su lógico y comprensible afán por no resultar agresivo, el movimiento del 15-M ha acabado despertando simpatías hasta en los sectores contra los que nació.

Primero fueron los políticos —los de más o menos izquierda—, quienes se apresuraron a hacer suyas las reivindicaciones del colectivo. No importaba, como en el caso de Rubalcaba, que el político en cuestión hubiera estado en el Gobierno y hubiera tenido poder para plantear un debate sobre la ley electoral o sobre el tributo de los bancos o sobre el asunto de las hipotecas, y no hubiera movido un dedo. Lo importante era que la gente pensara que el político estaba indignado, pero que no podía quitarse la corbata por responsabilidad y sentido de Estado. La derecha en cambio no ha tenido tantos reflejos. Hay que ver: con lo astuta que es Aguirre, y lo torpe que ha estado con los acampados de la Puerta del Sol. ¿Qué le hubiera costado a ella, que ya confesó en su momento tener dificultades para llegar a fin de mes, compartir una indignación que va más allá de los colores?

Los Botín, más listos, se han mostrado sensibles a la indignación —al fin y al cabo ellos han tenido que decir adiós a los 8.000 millones de beneficios previstos para este ejercicio— y han ofrecido una demora de tres años a quien tenga problemas para pagar la hipoteca. Y no me hubiera extrañado nada que Don Emilio se hubiera bajado del coche oficial para departir con los indignados. Eso hubiera sido un puntazo. Porque inquietarle, lo que se dice inquietarle, las acampadas no han debido de inquietarle mucho.

saludos.
Miguel Janés

Xavi Puiig Monstei dijo...

Si hay algo más enloquecido que el ataque de los especuladores contra el euro, son las interpretaciones que algunos supuestos expertos suelen hacer sobre sus causas. Ayer se produjo una ofensiva generalizada contra la divisa europea –de la que no escapó la deuda española–, y algunos analistas no tardaron ni un segundo en culpar a Zapatero, con el argumento de que el adelanto electoral que anunció para el 20 de noviembre resulta insuficiente, por tardío, para restablecer la confianza de los mercados. Aplicando un razonamiento similar podría inferirse también lo contrario: que los mercados no han acogido con satisfacción la decisión de Zapatero de marcharse antes de agotar su mandato. Ni lo uno ni lo otro. Lo que está sucediendo es de tal magnitud y entraña tales riesgos para el futuro de Europa que excede cualquier rebatiña doméstica. España es objetivo de los especuladores, pero también Italia, Bélgica y Francia. El problema de fondo es que la Unión Europea se muestra incapaz de frenar a los tiburones. No basta con más unidad política; lo que hay que definir es qué política se quiere para construir una Europa más próspera, justa y solidaria. El pensamiento conservador predominante quizá satisfaga los intereses de determinados países, primordialmente Alemania, pero para otros puede llegar a suponer una desgracia, como se está viendo en esta crisis. En contra de lo que algunos pretenden inculcar, la cruzada contra el déficit tal como está planteada no responde a razones técnicas, sino ideológicas, y frente a ella caben acciones alternativas que, entre otras cosas, estimulen el crecimiento y fortalezcan el Estado del bienestar. Es la política, estúpido
saludos
Xavi Puiig Monstei

Anabel Alba Montes dijo...

Ante la nueva ofensiva desatada estos días contra las deudas española e italiana, resulta patético que lo único que se le ocurra decir al portavoz del PP sea que el culpable es Zapatero. Patético resulta también escuchar al portavoz del Gobierno jactarse una vez más de que han hecho las reformas necesarias, y que aún van a instrumentar más medidas, como si la solución estribase en ellas. Poco les importa a los llamados mercados, y a quienes los controlan, el déficit público, la reforma del mercado laboral o la reducción de las pensiones. La prueba más evidente es que, si en mayo de 2010 la prima de riesgo de España se situaba en 130 puntos básicos, hoy, después de las reformas, ronda los 400. E igual evolución han sufrido las de Grecia, Irlanda, Portugal o Italia. El juego se realiza en otro terreno.
Nos movemos en unos mercados en los que la mayoría de las operaciones no obedecen a transacciones reales sino a simples envites. Mediante los CDS, los especuladores apuestan a la subida de la prima de riesgo de los bonos, al tiempo que su intervención en el mercado provoca esa misma subida. Saben que los países miembros de la Eurozona están incapacitados para actuar, y que la Unión Monetaria (UM) es presa de sus contradicciones. La ganancia resulta segura mientras no haya una fuerza que se les oponga.
La solución no se encuentra en los ajustes, ni en los rescates, ni en los créditos entre países; radicaría en que el Banco Central Europeo actuase como un verdadero banco central, y mostrase su predisposición a comprar toda la deuda pública que fuese necesaria para desanimar a los especuladores, haciéndoles temer que sus ganancias se pueden convertir en pérdidas. Esa es la política seguida tanto por EEUU como por Inglaterra. El euro tal vez se depreciaría, pero ello, lejos de ser negativo, tendría un efecto positivo sobre la economía europea, y actuaría como una quita silenciosa frente a los acreedores. El problema, sin duda, es Merkel; pero los políticos (tanto del Gobierno como de la oposición) de los países periféricos, en lugar de repetir vaguedades, deberían adoptar frente a ella una postura firme para hacerle comprender que no hay otra vía y que, de lo contrario, se rompe la UM, de la que Alemania es máxima beneficiaria.

saludos
Anabel Alba Montes

Dr Ignacio Rubiales dijo...

Un estudio publicado esta semana en el boletín mensual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las mujeres que sufren depresión durante el embarazo tienen hijos más pequeños. Tras la revisión de 17 estudios anteriores, en los que participaron más de 14 mil madres y sus hijos procedentes de 11 países en vías de desarrollo en Asia, Africa y Sudamérica, concluyeron que las mujeres embarazadas con síntomas de depresión tienen un 40% más de posibilidades de tener hijos con menos peso y estatura que las que no los presentan.

Aunque el informe no indaga en las razones del fenómeno, otros estudios ya había demostrado que las mujeres embarazadas y deprimidas tienden a tener bebés con un ritmo de desarrollo más lento de lo habitual y una mayor posibilidad de parto prematuro. Se cree que algunas hormonas que se sobreproducen en estados depresivos cambian las condiciones de la placenta, tejido encargado de alimentar y proteger al feto.

Para la OMS, el tema no es menor ya que una vez nacido el niño el problema se mantiene, afectando la lactancia materna.

De hecho, otro estudio chileno publicado el año pasado en la Revista Médica de Chile señaló que el 50% de las mujeres deprimidas en el posparto también tenían este cuadro clínico durante el embarazo. Buena parte no contaba con un trabajo remunerado (82,7%), sus embarazos no habían sido planificados (62,5%), no tenían un apoyo social adecuado (59,4%) y otras tenían antecedentes familiares de depresión (64,2%).

El siquiatra Lister Rossel, de la Clínica Las Condes, explica que la depresión es un mal sicofisiológico que puede alterar la nutrición de la mamá y el feto. "En una depresión ansiosa, se contraen los vasos sanguíneos y eso influye en que el bebé reciba menos nutrientes", dice. Aunque la clave está en la prevención de la patología, Rossel dice que hoy existen fármacos seguros tanto para las embarazadas como para los fetos.

saludos

Dr Ignacio Rubiales
Madrid

Jaume Hinojosa Flotats dijo...

eo en la web de la BBC que una agencia de viajes colombiana -Vidas Increíbles- ofrece unos curiosos paquetes turísticos en los que la atracción es desempeñar durante unos días algún oficio (ya, a mí también me costó entenderlo a la primera). Por ejemplo está el paquete “ser cafetero”, pues vives en una finca y recoges el grano a lo Juan Valdés; o el paquete “ser cocinero”, pues trabajas como ayudante de chef de cocina de un restaurante durante un par de jornadas. Igualmente puedes ser arriero –te dan el traje- o vendedor de flores por las esquinas –supongo que te darán las flores-. Claro que también se oferta la opción de ponerse en la piel de un detective privado, o de un escritor, o del dueño de una agencia de modelos –ignoro lo que te dan en ese caso-. El precio naturalmente depende del servicio.

El trabajo es ya un bien escaso, por lo que no es de extrañar que empiece a convertirse en atracción turística, en algo exótico. Los deportes de aventura se quedaron obsoletos, el puenting ya no es nada comparado con este empleing. Lo extremo ahora no sería tirarse por un puente sino contratar la experiencia de pasar la noche debajo de uno. Incluso el turismo de riesgo más “moderno”, como los tours organizados por las zonas bombardeadas de Afganistán, tienen los días contados ante esta nueva brecha de diversión estival.

Quizás de momento esta modalidad turística pueda crear recelo, ya que, no nos engañemos, se trata de pagar por trabajar. Pero a la larga, desde otro punto de vista, igual resulta más práctico que la actual formación profesional. Vale, seamos realistas, haber estado de arriero durante dos días puede que no sea muy útil en este mundo de economía-casino. Y si como arriero no te ganarás la vida, Bankia –en esa publicidad que ya quedará para la posteridad a la altura de los mejores gags de humor- dice que como ingeniero, tampoco. Así que es probable que del empleing pasemos al banking o al especulating, y el próximo destino sea ir a Wall Street o a la City de Londres, donde te den un disfraz de broker y a jugar. Vacaciones más prácticas y originales, imposible. Qué lejos quedaron esas titulaciones para ser enfermero o aprender a tocar la guitarra. Qué lejos aquellas vacaciones para “no hacer nada”. Absorbidos completamente por esta deriva mercantil, la imaginación se dispara hacia lo peor de lo peor.

saludos

Jaume Hinojosa Flotats

Isabel M. Santos dijo...

l espectáculo que está ofreciendo Europa frente a la crisis del euro no puede ser más lamentable. El último capítulo del drama lo protagonizó ayer el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, que debía lanzar un mensaje contundente para frenar a los especuladores y lo que consiguió fue que las primas de riesgo se dispararan aún más y las bolsas cayeran en picado. ¿Con qué salió Trichet? Básicamente, anunció la reanudación de la facilidad de liquidez a seis meses (o sea, inyecciones de dinero público a bajo interés a la banca… para que esta lo preste a los ciudadanos a un tipo mucho más alto) y dijo con la boca pequeña –y sólo a preguntas de los periodistas– que el BCE sigue comprando bonos de países de la eurozona, sin especificar cuáles. Los analistas de inspiración neoliberal no tardaron en atribuir la reacción negativa de los mercados al supuesto mensaje de fragilidad que se transmite cuando el BCE se ve obligado a intervenir como corrector económico. Pero quizá sucede lo contrario. Es decir, que si los tiburones siguen al acecho es porque la máxima autoridad monetaria no interviene con suficiente contundencia. El banco emisor debería estar al servicio real de los ciudadanos, y para ello habrá que revisar en algún momento su supuesto carácter “independiente” y su compromiso dogmático de lucha contra la inflación. Mientras llega ese momento, su presidente podría al menos proclamar sin tibiezas que la institución compra deuda de los países en apuros y/o defender abiertamente la creación de un bono europeo que permita a Europa buscar en bloque crédito en los mercados. La alternativa es lo que estamos viendo.

saludos

Isabel M. Santos