viernes, 2 de diciembre de 2011

JOSE LUIS SAMPEDRO… Un premio bien merecido



Estimados amigos y amigas:
Jose Luis Sampedro brillante y lucido a sus 95 años. Denuncia la DECADENCIA MORAL de Occidente. Lucha con energia contra el neoliberalismo y las brutalidades del capitalismo salvaje y defiende la política a favor de los ciudadanos. ¡Que suerte tener a personas con su lucidez y compromiso! ¡Que pena no escucharlo mas!
Se le ha concedido esta semana el Premio Nacional de las Letras Españolas, premio muy pero que muy merecido.
En la España de hoy, mas que nunca, necesitamos de su pensamiento para hacer valer los derechos conseguidos, los valores de la libertad, la igualdad, la solidaridad y una economia mas humana que la deshumanización colectiva a la que nos lleva el neoliberalismo contra el cual, José Luis Sanpedro,con tanta solvencia intelectual como voluntad incansable lucha.
Les quiero dejar como reflexión para este fin de semana unas lineas de lo que Jose Luis Sampedro nos dice:

“Es verdad que el pueblo vota y eso sirve para etiquetar el sistema, falsamente, como democrático, pero la mayoría acude a las urnas o se abstiene sin la previa información objetiva y la consiguiente reflexión crítica, propia de todo verdadero ciudadano movido por el interés común. Esos votos condicionados por la presión mediática y las campañas electorales sirven al poder dominante para dar la impresión de que se somete al veredicto de la voluntad popular expresada en libertad en las urnas. En ocasiones, como se ha visto, sirven incluso para avalar la corrupción. Se confunde a la gente ofreciéndole libertad de expresión al tiempo que se le escamotea la libertad de pensamiento.

Ya en la primera infancia se inculcan al niño creencias, que la mente infantil no puede sino asumir. Así continúa la formación mental de súbditos en las sucesivas etapas de una enseñanza orientada a formar productores competitivos y consumidores, que son los que interesan a los dominantes. Fuera de las aulas los medios audiovisuales siguen inculcando las ideas del mando, sugieren preferencias políticas y desvían el interés de las personas hacia los atractivos del consumismo y los espectáculos. Es imposible enumerar la infinidad de argucias contra el pensamiento crítico, sin el cual la famosa libertad de expresión pierde su valor. Con un somero repaso a los programas y a los resultados electorales de nuestro entorno descubriremos fácilmente bajo la alfombra, etiquetada y vendida como «democracia occidental», un sistema oligárquico en manos de las minorías dominantes.

Resumiendo: queda claro que la crisis —en principio un problema económico— nace de una dominación política (gobiernos sumisos al poder financiero) en la que influye el problema social de los votantes condicionados por la propaganda. En la degradación de esos tres niveles del suelo bajo la alfombra —económico, político, social— se encuentran las respuestas a nuestras tres preguntas iniciales. En la terna, sin duda, el poder del dinero es el más fuerte”.

Un saludo. Ser felices.
Gloria Calero

8 comentarios:

Miguel Ordoñez dijo...

En Estados Unidos es práctica común que altos ejecutivos de los más poderosos bancos y fondos de inversión pasen a ocupar los puestos de máxima responsabilidad económica del Gobierno, y que quienes dirigen las cuentas públicas salten un día a Wall Street con sueldos multimillonarios. Dicho trasiego se conoce en el mundo anglosajón como “puerta giratoria” y constituye la demostración más palpable de la relación incestuosa que se ha establecido entre el poder político y el financiero, con un apabullante dominio del segundo sobre el primero. Ese descarado trasvase en las altas esferas, muy bien retratado en el documental Inside Job, se está extendiendo últimamente en Europa, con los graves riesgos que ello entraña para la defensa de los intereses de los ciudadanos frente a las grandes poderes económicos. En este momento, 14 de los 27 países de la UE han colocado a banqueros o gestores de fondos al frente de sus ministerios de finanzas o de sus bancos centrales. Y al menos cuatro excomisarios del equipo de Durão Barroso han pasado a grandes compañías financieras. Quizá los casos más paradigmáticos de este baile de fichajes sean los del nuevo gobernador del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el flamante primer ministro italiano, el “tecnócrata” Mario Monti, que estuvieron vinculados a Goldman Sachs. Expertos internacionales consultados por este diario no vacilan en describir lo que ocurre como una “dictadura financiera” o un “golpe de Estado financiero”. Y los líderes políticos, desafortunadamente, no ofrecen argumentos convincentes para rebatir esas afirmaciones sombrías.
Miguel Ordoñez
Madrid

uan Martín Mora dijo...

"La imagen de un miembro de la familia real ante un juez puede ser demoledora". El periodista José Apezarena, especialista en temas de la Corona, no esconde su preocupación por lo que califica de "una muesca más" en la mordida imagen de la Casa Real, "en muchos casos no por su culpa": el creciente sentimiento republicano, las quemas de fotos de los reyes, la presión de la izquierda minoritaria, el "¿Por qué no te callas?" gritado a Hugo Chávez, el varapalo a España por las supuestas injurias de Arnaldo Otegi contra el rey, las confesiones de la reina Sofía a Pilar Urbano y hasta el divorcio de la infanta Elena ("Los miembros de la famila real son lo que son porque son una familia, y si se debilitan los lazos, se diluye el sentido de la institución").

"Todo eso puede ser polémico, cuestionable, y hasta traducirse en una pérdida de apoyo. Pero el escándalo de Urdangarin es un salto cualitativo: hablamos de presunta corrupción", advierte Göran Rollnert, constitucionalista de la Universitat de València.

Tampoco ponen paños calientes Gaspar Llamazares (IU), Laia Ortiz (ICV), Joan Tardà (ERC) y Francisco Jorquera (BNG). "Es el daño más importante a la Corona desde la Transición. Su credibilidad está tocada. Hablamos de posibles delitos muy graves. El que más, el presunto tráfico de influencias, el utilizar el nombre de la Corona para lucrarse. Nada es comparable", sentencia el diputado de IU.

Se suma un desgaste progresivo de la institución, comprobable con los datos del CIS. La valoración ciudadana de la monarquía se ha derrumbado desde el holgado notable –un 7,48 en diciembre de 1995– hasta el suspenso (un 4,89 el pasado octubre). Un batacazo último que se explica, para el catedrático de Periodismo-Comunicación Política de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) José Luis Dader o para la constitucionalista de la UNED Yolanda Gómez por el desapego hacia las instituciones que genera la crisis.

"Aunque no es clase política, la Corona se ve contagiada –apuntala Antón Rodríguez Castromil, profesor de Opinión Pública de la UCM–. Cuando hay cinco millones de parados, recortes, sacrificios, la Casa Real también entra en los cálculos de los ciudadanos, que se preguntan si les compensa la monarquía. Y este caso entra de lleno en esta cuestión". Influye asimismo el relevo generacional –la Transición y el rol del rey el 23-F se diluye entre los jóvenes– y, como agrega Dader, el contexto internacional: los ciudadanos quieren "mayor cercanía y transparencia". No basta, dice, con la "campechanía" cañí de Juan Carlos I.

saludos

Juan Martín Mora

Carlos Estévez Amor dijo...

Entre los 4,3 millones de votantes que ha perdido el PSOE respecto a 2008, señalan los politólogos, hay mucho ciudadano molesto con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que ha confiado su voto a otro partido. En general, los expertos consultados se muestran cautos a la hora de señalar el camino que siguieron las papeletas de exvotantes del PSOE el 20-N. Las estimaciones se están haciendo con datos de sondeos preelectorales salvo excepciones como las de Euskadi, de ahí la cautela y la diferencia entre los expertos. "No podemos hablar de transferencia con precisión porque en esas encuestas el porcentaje de indecisos es bastante alto", apunta León.

saludos

Carlos Estévez Amor

Jesús Fontdevilla dijo...

Todo lo que nos pasa en Europa nos está bien empleado, por nuestra mala cabeza. Décadas cediendo poder a la Unión, adaptándonos a sus directivas, cumpliendo sus objetivos, aplicando su ortodoxia económica y condicionando nuestra política por haber cedido la soberanía monetaria, y nunca nos preguntamos: ¿quién manda ahí?

Las veces en que nos hicimos la pregunta tampoco tuvimos respuesta: la amalgama burocrática europea, con organismos que se solapan y multiplican, nunca ha sido muy clarificadora. Pero daba igual, pues mientras todo funcionase, llegasen las ayudas comunitarias, el euro fuese una moneda fuerte, el mercado común nos abriese negocios, y los ciudadanos pudiésemos viajar sin pasaporte, para qué andar con esas tonterías.

Y ahora, llegado el momento de la verdad, cuando todo se tambalea, nos preguntamos quién está en el puente de mando. A veces parece que no hay nadie, a la vista de la deriva que lleva la nave. Otras veces, por el contrario, hay demasiada gente al timón, lo que al final es como no haber nadie.

¿Quién manda en Europa? ¿La Comisión? Evidentemente no, pues estos días la voz de Durao Barroso cuenta tanto como la mía. ¿Manda acaso el presidente del Consejo, Van Rompuy; o el del Eurogrupo, Juncker? Pues tampoco se les ve muy protagonistas. ¿Los gobiernos de los Estados? Qué va, si hoy no mandan ni en sus países. ¿Acaso el Europarlamento? No me hagan reír, que hablo en serio.

Estos días se nos dice que quien de verdad manda en Europa es Angela Merkel, con su fiel escudero Sarkozy, unidos en ese centauro llamado Merkozy. Sí, son los que llevan la voz cantante, aunque dudo que sean de verdad jefes de algo, o más bien unos mandados, pues quien de verdad tiene el poder hoy en Europa es el sector financiero. Basta ver quién se ha beneficiado de las políticas anticrisis: la banca, que se ha llevado ya 1,6 billones en ayudas.

Podemos discutir quién manda, pero lo que no tenemos duda es de quién no manda, ni pincha, ni corta, ni tiene voz: nosotros, los ciudadanos, para los que se supone que se construyó Europa. ¿O no era para nosotros?

Jesús Fontdevilla
Repsol
Brasil

Inés Cortese dijo...

En Estados Unidos es práctica común que altos ejecutivos de los más poderosos bancos y fondos de inversión pasen a ocupar los puestos de máxima responsabilidad económica del Gobierno, y que quienes dirigen las cuentas públicas salten un día a Wall Street con sueldos multimillonarios. Dicho trasiego se conoce en el mundo anglosajón como “puerta giratoria” y constituye la demostración más palpable de la relación incestuosa que se ha establecido entre el poder político y el financiero, con un apabullante dominio del segundo sobre el primero. Ese descarado trasvase en las altas esferas, muy bien retratado en el documental Inside Job, se está extendiendo últimamente en Europa, con los graves riesgos que ello entraña para la defensa de los intereses de los ciudadanos frente a las grandes poderes económicos. En este momento, 14 de los 27 países de la UE han colocado a banqueros o gestores de fondos al frente de sus ministerios de finanzas o de sus bancos centrales. Y al menos cuatro excomisarios del equipo de Durão Barroso han pasado a grandes compañías financieras. Quizá los casos más paradigmáticos de este baile de fichajes sean los del nuevo gobernador del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el flamante primer ministro italiano, el “tecnócrata” Mario Monti, que estuvieron vinculados a Goldman Sachs. Expertos internacionales consultados por este diario no vacilan en describir lo que ocurre como una “dictadura financiera” o un “golpe de Estado financiero”. Y los líderes políticos, desafortunadamente, no ofrecen argumentos convincentes para rebatir esas afirmaciones sombrías.
saludos

Inés Cortese

Valentín Campoamor dijo...

En Bruselas han echado cuentas y les sale que los estados europeos dedicaron al saneamiento del sistema financiero 1,6 billones de euros entre 2008 y 2010. De esa cantidad, a España pertenecían 88.000 millones, lo que equivale al 8,4% del PIB, un porcentaje muy inferior al de Alemania (10,1%), Holanda (16,1%) o Reino Unido (17,8%). El ranking lo encabeza de lejos Irlanda, que durante dicho periodo se gastó en la banca más de dos veces y media la riqueza nacional creada en un año. Incapaz de sobrellevar en solitario tan pesada carga, el Gobierno de Dublín acabó pidiendo árnica a Europa y al FMI. Irlanda tuvo que ser rescatada en noviembre de 2010, sólo seis meses después que Grecia.

En España, a los 88.000 millones mencionados hay que añadir las ayudas correspondientes a este año, que elevan la proporción sobre el PIB por encima del 10%, según confirmó la semana pasada MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
ORDÓÑEZ. A lo largo de 2011, han sido nacionalizados, con el consiguiente coste, Novagalicia Banco, Unnim y la CAM y el Banco de España ha tenido que intervenir Catalunya Caixa y el Banco de Valencia. Aunque con la venta de activos se espera recuperar parte del dinero empleado, el saldo final tardará mucho tiempo en conocerse, entre otras cosas porque, en algunos casos, el Estado se ha comprometido a asumir los quebrantos ocultos que puedan ir surgiendo.

De todas formas, el esfuerzo hecho hasta ahora puede quedar empequeñecido si el futuro Gobierno accede a crear un banco malo. Sobre la idoneidad de este instrumento no hay unanimidad en el sistema financiero, pero algunos de sus representantes, como RODRIGO RATO, lo han reclamado con vehemencia. El banco malo, aunque puede revestir distintas formas, absorbería los activos tóxicos de la banca por cuenta del Estado, para darles luego salida de una manera ordenada. Según los cálculos del Banco de España, esos activos de alto riesgo no bajan de la mareante cifra de 176.000 millones de euros.

Los partidarios del banco malo sostienen que no hay mejor modo de desbloquear el sistema y que vuelva el crédito. Es posible. Pero de lo que no cabe duda es de que sería, una vez más, con cargo al bolsillo de todos los españoles.

Valentín Campoamor

Ignacio Pujol Solís dijo...

La competición está abierta, y estos días todos se apuntan al Un, dos, tres, copago de qué, rivalizando por quién inventa la tasa más ingeniosa. A las voces que ya defendían el copago sanitario se unen otros: el subdirector de Tráfico pide peajes para circular; los jueces decanos proponen tasas judiciales “disuasorias”; varios ayuntamientos plantean pagar por servicios sociales… Y para llevarse el premio gordo, días atrás se rumoreaba un documento de CEOE pidiendo el “copago generalizado”, para acabar antes.

La veda está abierta, y estos días el cielo se llena de grandes globos sonda. Algunos acabarán en la estratosfera o pinchados, pero otros tomarán tierra y se harán realidad, pues para eso sirve cruzar líneas rojas (y la sanidad lo era): para que todo lo que queda por detrás de la línea sea pan comido. Ese es otro de los riesgos del copago sanitario: que si se implanta en algo tan sensible, todos los demás copagos vendrán solos.

Pasamos a la segunda pregunta: “Por 25 euros, díganme eufemismos para no decir copago, como por ejemplo tasa disuasoria. Un, dos, tres, responda otra vez”. Tasa disuasoria… Ticket moderador, propone Mas… Tasa pedagógica, sugieren los jueces decanos… Repago, grita un ciudadano cabreado… “No, esa no vale, tienen que ser eufemismos positivos”. “Ah, usted perdone.”

Llegamos a la última pregunta: “Por 25 euros, servicios en los que puede funcionar la colaboración público-privada, como por ejemplo la sanidad.” “Oiga, pero, ¿eso no es un eufemismo para la privatización de toda la vida?” “Hala, descalificado, por listo.”

Ignacio Pujol Solís

Joana Subirat dijo...

Mientras algunos biólogos sostienen que el altruismo está programado en los genes, como recuerda Richard Sennett en El respeto –una lectura de máxima actualidad a pesar de que el libro tenga ocho años–, muchos son los filósofos que han demostrado que no puede haber compasión sin solidaridad. Cierto es que la compasión nunca debería sustituir a la justicia, y que la piedad a menudo significa desigualdad como manifestaba Hannah Arendt, quien dedicó su tesis doctoral a san Agustín y los significados del amor al prójimo, la caridad y la benevolencia como formas de acercarse a Dios. O de amarse a uno mismo.



En la calle, algunos indigentes empiezan a robar comida. No tiran de los bolsos ni buscan el iPhone, tan sólo un par de bolsas del supermercado que te arrebatan de las manos. A los comedores sociales, que este año han duplicado su demanda, como el de San Vicente de Paúl en la calle Martínez Campos de Madrid, cada vez acude más gente en traje y corbata. La fragilidad con la que se mece el Estado de bienestar prepara de nuevo el camino hacia la caridad de los nuevos pobres. Las sociedades modernas se han acostumbrado a que la prosperidad sea lo natural, también los servicios públicos, sin cuestionar su utilización y las trampas habituales que se cometen contra el sistema, desde un dinerito en negro hasta eliminar el IVA. Ignorar el sufrimiento ajeno se inscribe en la dinámica de la fatiga de la compasión; el engorroso asunto de la injusticia mundial empuja al sálvese quien pueda. Pero cerrar los ojos para ser más felices representa uno de los mayores insultos, no sólo hacia los demás, sino hacia la propia inteligencia.

saludos

Joana Subirat