NELSON MANDELA: NO ME PREOCUPAN LOS GRITOS DE LOS DESHONESTOS...

Estimados amigos y amigas:
Este fin de semana como acostumbra el PP ha hecho una cena de apoyo a Camps o mejor dicho, una cena de apoyo entre ellos, “LA FAMILIA, LA COSA NOSTRA”.
No sé si será la última cena popular de Camps, eso lo dirá la Justicia, pero sí estoy segura que fue la más patética. Un Camps sudoroso, con el rostro desencajado y con esa risa falsa –quizás por haber tenido que entrar camuflado ante las protestas que había en la calle-, en el marco de un discurso “mesiánico”, tomó el camino de autoproclamarse “el virrey, el Mesías” de estas tierras: "Los que buscan vericuetos no comprenden que están hablándole a alguien de aquí, que crece para esta tierra y no hay quien mueva a alguien que tiene las raíces totalmente asentadas en esta tierra", ¡casi nada! ¡que espanto!
Mesías es un vocablo que deriva del hebreo “mashiah”, que significa “ungido”, en el sentido de aquel que ha recibido una unción sagrada, y todo parece indicar, a la luz del discurso de Camps, que ha encontrado en el “ser de aquí” una razón absoluta para que “no hay quién me mueva”. ¿Un gesto de desafío a la mismísima Justicia u otra bravuconada de quien se sabe inmerso en un sector de la derecha podrida hasta las raíces, nunca mejor dicho? O la locura mesiánica, que no la descarto, pues con la derecha ya tenemos experiencias de este tipo.
Camps abrió el ciclo político en Teulada, el salón Canor, sitio que elegía la empresa de la trama Gürtel, Orange Market, -¿elegia o sigue eligiendo?- para organizar ese tipo de actos del presidente valenciano, por los que, además, cobraba o -¿seguira cobrando?-dinero negro, sin que mediase factura alguna, según los informes policiales. Allí estaba acompañado de Ripoll, de Barberá, de Trillo y como enviado especial para el “querido Paco”, Esteban González Pons, Solamente en un ataque de soberbia mesiánica, alguien tan mal acompañado, se puede sentir tan apoyado.
Como demócrata no sé qué me resulta más irritante, si las presencias o las ausencias, si el lugar o el discurso, si la provocación o el vacío de credibilidad. Seguramente todo, como he dicho, "esperpento de presidente". Pero, lo que más me duele en la conciencia democrática, en la reserva de los valores, en la idea de futuro que deseo para mí y los míos, es que sin ningun respeto ni pudor se “bendiga” a un imputado, rodeado de cómplices también imputados, en presencia de personajes siniestros de la manipulación y la mentira en la historia política reciente como Federico Trillo, y diciendo González Pons que “el PP tiene la responsabilidad de encarnar la "nueva política" para los españoles, centrada en valores como la honestidad, generosidad, austeridad, entrega, proximidad y humildad", ¡no tienen vergüenza!.
"El PP es una gran familia en la que están todos para uno y uno para todos. Es un partido "de hermanos" en el que "cuando uno necesita, se está ahí", dijo Pons sin disimular para nada el más puro lenguaje mafioso, este individuo de las mil caras, una más dura que la otra.
Amigos y amigas, ¿no les repugna tanto el hecho como los contenidos? A MI MUCHO, pero ahí están, y ahí seguirán si no nos tomamos en serio el riesgo político que esconde en sus entrañas esta trama-mafia política.
Las mentiras y desvergüenzas del PP no pueden ser apañadas por el silencio de lo que creo somos una inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas que buscamos la honestidad como base para la ética política y la transparencia administrativa, la generación de políticas reales alejadas de demagogias manipuladoras que generen empleo y crecimiento en una Valencia que viene perdiendo PIB hace diez años, que viene multiplicando barracones escolares y masificando las aulas, que viene deteriorando y privatizando los servicios publicos, sociales, de salud, de educación y de la innovación desde hace años, los mismos que lleva el PP en el mando y, siendo base de operaciones de la trama corrupta más extensa y profunda de la historia de España.
Supo decir Nelson Mandela, Premio Nobel de la Paz: “No me preocupan los gritos de los deshonestos, de la gente sin escrúpulos y de los delincuentes, más me preocupa el silencio de los buenos”. Impecable frase del ex presidente sudafricano, no me puedo sentir más identificada con esta preocupación, ¿y ustedes?
Un saludo
Gloria Calero