miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA CRISIS Y LA EDUCACIÓN




Estimados amigos y amigas:
La defensa de la educación publica es una cuestión puramente ideológica esto diferencia claramente a los gobiernos de derechas de los de izquierda. Una educación publica de calidad, es lo que de verdad nos iguala a todos y a todas al tener los mismos derechos para formarse y progresar, los que menos posibilidades económicas tienen con los que no tienen ninguna dificultad. Nuestra Constitución recoge que es obligatoria y un derecho, por lo que aunque les haya pesado a algunos, hace tiempo que dejó de ser un privilegio para algunos.
Y… ahora con el cuento de la crisis, la derecha española quiere culminar lo que ideológicamente han querido hacer siempre, acabar con ella, no se atreven a decirlo claramente, lo hacen de la forma mas perversa que se puede hacer, DEGRADANDOLA, “los maestros no trabajan, que si tienen muchas vacaciones”… “los inmigrantes son un problema”… “con los adolescentes problemáticos no hay quien pueda y estorban a mi hijo”… siempre con eslóganes fáciles y en vez de dar soluciones lo que hacen es crear un caldo de cultivo propicio, esa lluvia fina que parece que no, pero que al final cala y un derecho adquirido con mucho esfuerzo por parte de todos y todas, sin mas pelea, podemos perderlo y así de una forma fácil y sin coste político alguno, fieles a su ideología que la llevan en los genes, vuelven al principio, quien pueda pagar un buen colegio sus hijos e hijas estarán bien formados y tendrán mas oportunidades y quien no a la cuneta.
Las estadísticas así lo dicen: "a mas formación menos desempleo, a mas titulación mayor salario y mayor rentabilidad tanto publica como privada. Las tasas de desempleo con estudios inferiores al bachillerato es del 21,9% frente a los que tienen estudios universitarios y superiores que es del 9% y si asociamos el nivel salarial al educativo, el titulado universitario es 41% mas elevado que el de enseñanza secundaria".
Es mentira que la crisis es el motivo por el cual el PP recorta en educación, ES PURA Y DURA IDEOLOGIA; ya lo llevan haciendo tiempo donde están gobernando con la Iglesia Católica como su mayor aliada, ejemplo mi Comunidad, la valenciana. No han invertido en educación pública por más dinero que hubiera, a pesar del “BOOM URBANISTICO” no lo hizo Zaplana, ni Camps ni lo hará Fabra. Todo lo contrario, este año, mas niños y menos docentes, por lo tanto mas masificación en las aulas, ya el año pasado se perdieron 1.200 profesores y este, 900 más, lo que repercute directamente en la calidad de la enseñanza de los valencianos y valencianas y en esas clases de apoyo a los que lo necesitan. Los barracones (aulas prefabricadas) están a lo largo y ancho de la Comunidad, mas de 2000 barracones, donde estudiarán casi 20.000 alumnos, habrá alumnos que en toda su etapa escolar no conocerán lo que es un edificio escolar. El abandono escolar que padece el sistema educativo valenciano, que llega al 40 %, es una de las tasas más altas de España. Por no hablar de la burla de implantar clases de “chino mandarín”, del enfrentamiento de las clases de educación para la ciudadanía o de la degradación del valenciano y… todo esto sin contar con las deudas de luz, gas y teléfono que afectan a la mayoría de los centros.
A nivel universitario el gobierno valenciano tiene grandes deudas con la universidad publica, llegando a tener enfrentamientos con el rectorado, pero sin embargo, apoyaron, fomentaron e impulsaron la universidad privada católica.
Y… respecto a la educación de 0 a 3 años, perdimos las ayudas que el gobierno de Zapatero puso en marcha (Plan Educa 3) para las Comunidades Autónomas, para impulsar desde lo publico esta enseñanza, por no poner la Generalidad su parte, dejando esa etapa formativa en manos privadas.
Amigos y amigas no nos dejemos engañar, a la derecha española, a Rajoy y los suyos ni han compartido, ni comparten la idea de IGUALDAD y la educación publica como la sanidad publica (que próximamente hablaremos de ella) es lo que mas nos iguala, invertir en educación es invertir para que TODOS, no unos POCOS, tengamos un presente y un futuro mejor, es un derecho que no debemos consentir perder, si dejamos que lo hagan la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas lo notaremos de forma dramática con el paso del tiempo, seguro que ellos no tanto, pues de ella depende la salida laboral, la investigación, la estabilidad del estado de bienestar, el desarrollo sostenible de nuestro País y el crecimiento cultural de España.
"Los recortes educativos que siembra el PP y avala Rajoy sólo cosecharán desigualdad, falta de oportunidades y atraso para las futuras generaciones de muchos jóvenes españoles"

Un saludo
Gloria Calero,

5 comentarios:

Alejo Rico desde Alicante dijo...

Estimada señora, no se si las vacaciones la han inspirado en la reflexión o si la dramática situación de amenaza a los derechos que supimos lograr hace que se exprima el cerebro, pero sólo tengo palabras de agradecimiento por la valentía con la que difiende lo que muchos callamos. Por momentos me siento derrotado, ahogado por la manipulación y la mentira del PP, pero cada vez que leo sus reflexiones, retomo la fuerza y vuelvo a la esperanza de que no seamos tan ignorantes, si esa es la palabra, como para tropezar nuevamente con la misma pieda, que ahora es un roca que amenaza aplastarnos. Si eso pasa, no quiero oir ni un sólo grito de protesta. Que Castilla La Mancha nos sirva de ejemplo, la Cospedal fue votada por una gran mayoría, mayoría que ahora está pidiendo ya su renuncia. Rubalcaba, sí. Lo digo sin ningún pudor, pues es tiempo de llamar a las cosas por su nombre, como lo hace con tanta valentía y claridad usted. No le estoy haciendo la pelota, le estoy agradeciendo que haga lo que yo muchas veces no me animo a hacer. Gracias y no abandone esta militancia en favor de nosotros.

Martín Campos Güell dijo...

Por orden de aparición en cualquier debate de barra de bar –o de tertulia de la tele– sobre el recuperado impuesto de Patrimonio.

1. “No va a solucionar la crisis”. Tampoco va a curar el cáncer, ni evitará el cambio climático. Pero en el último año que estuvo en vigor, el impuesto de Patrimonio recaudó 2.121 millones de euros: son 600 millones más de lo que ahorró el Gobierno con la congelación de las pensiones. Incluso la versión descafeinada que planea recuperar el Gobierno –sólo para patrimonios de más de un millón de euros– supondrá una recaudación anual de mil millones: más de lo que cuesta al año la ayuda de 400 euros para los parados de larga duración.

2. “Los ricos de verdad no lo van a pagar”. ¿De dónde salía entonces el dinero que antes recaudaba este impuesto? Y aunque algunos ricos se escapen, ¿eso implica que no hay que intentarlo? ¿Acaso el hecho de que exista el fraude fiscal obliga a renunciar a los impuestos? ¿Por qué algunos aceptan este delito como algo tan inevitable que ni siquiera merece la pena combatirlo?

3. “Subir los impuestos crea paro”. Pues España es récord absoluto en paro, a pesar de las sucesivas rebajas de impuestos y de tener una de las presiones fiscales más bajas de Europa.

4. “Castiga a la clase media”. Con su anterior regulación, sólo pagaron este impuesto el 5% de los contribuyentes: algo menos de un millón de personas. Si se eleva el mínimo exento, sólo lo pagarán 90.000 grandes fortunas: el 0,2% de la población.

5. “Es electoralista”. Entonces estamos ante el primer caso de la historia donde subir los impuestos se usa para pedir el voto (lo verdaderamente electoralista fue suprimirlo en 2008 o no recuperarlo antes). ¿No suele ser al revés? ¿No es más populista prometer rebajas fiscales imposibles de cumplir?
saludos
Martín Campos Güell

Andy Balagán dijo...

Si fuera un especulador, si perteneciera a uno de esos clubes de ricos que se reúnen para apostar al hundimiento de ciertos países, este sería el momento perfecto para hacerlo con la idea de Europa.

Los medios de comunicación nos muestran una Eurozona que, día sí, día no, se salva de un colapso que terminaría siendo mundial. El Estado griego, en una especie de bancarrota virtual sostenida desde hace muchos meses, recibe inyecciones de dinero a cambio de un rápido empobrecimiento de su población; Irlanda y Portugal contemplan el Acropolis now! (The Economist, 29-04-2010) sabiendo que mucho de lo que está sucediendo allí les ocurrirá a ellos después. Y las apuestas, no contentas con la amenaza de quiebra en España e Italia -dos bombas de relojería-, han pasado ya por la invertebrada Bélgica para amenazar, por fin, a las finanzas francesas.

Llegados a este punto, podemos deducir que no serán rescates más generosos, ni impuestos a las transacciones financieras, ni siquiera una mayor transparencia en los mercados las medidas capaces de evitar la caída en desgracia de la zona euro. La principal razón parece clara: uno de los valores que más venían cotizando al alza a lo largo de las últimas décadas, el capital social y humano que suponían la cohesión y el bienestar social de la Unión Europea, ha demostrado ser un activo sin soporte real ninguno. Europa, aquel adelantado civil, democrático y social del mundo entero, no es más que una burbuja política. Detrás de su explosión solo queda un mercado lleno de tiburones y aves carroñeras.

Lejos de ser un camino hacia una unión política, la Eurozona ha existido como un mercado sin gobierno ni políticas sociales coherentes: los alemanes acumularon durante los años ochenta y noventa un excedente de capital -a costa de mantener los salarios bajos- que se destinó a las economías periféricas (PIGS); de esta forma, los grandes bancos españoles contaron con muchísimo dinero para prestar y hacer negocio, por lo que el complejo bancario-político y legal generó una enorme burbuja inmobiliaria y transformó aquellos euros en cemento. Pero quienes financiaron ese crecimiento enfermizo no fueron sino los bancos alemanes y también franceses, que ahora necesitan todo aquel dinero de vuelta.

Hasta que no pongamos sobre la mesa esta situación, la de una Europa en la que hay países ricos que lo son, entre otras razones, por su condición de acreedores de los periféricos y crónicamente endeudados, no encontraremos una salida a la fase explosiva que vive la zona euro. Una situación de shocks financieros constantes que se materializan en militarizaciones de las constituciones nacionales y en horizontes vitales cada vez más oscuros. Más que bramar contra un capitalismo injusto -algo tan evidente como paralizante- debería ser el momento de hacer política de verdad, y generar a unos representantes que digan en las pocas instituciones democráticas de la UE lo que está pasando y lo que tiene que dejar de ocurrir. Una sincera explicación de todo esto al electorado -de la que nos han privado los principales partidos españoles- representaría el inicio de un camino de regeneración democrática. Quizá sean pocos los que quieren recorrerlo.
saludos

Andy Balagán
Madrid

Félix O. González Pastor dijo...

Así nos va como nos va en este bendito país: fíjense lo que ha pasado con la publicación del estudio anual de la OCDE sobre la educación en los países más industrializados. Se publican los datos, y allá vamos todos (yo el primero, por supuesto) a buscar el indicador verdaderamente importante: ¿el porcentaje de fracaso escolar? ¿El gasto público en educación en comparación con otros países? ¿El puesto que ocupamos en todos los niveles de enseñanza respecto a nuestros vecinos?

Nada de eso: el dato verdaderamente importante, del que todos hablábamos ayer, era cuántas horas trabajan los profesores, y cuánto ganan. Las portadas de la prensa, y los debates en las tertulias, se centraban en si los docentes echan más o menos horas que en otros países.

Y ni siquiera en eso había acuerdo, pues ya sabemos que los datos siempre son interpretables. Según unos, los nuestros son los que menos trabajan del mundo, atendiendo a las horas totales. Según otros, si contamos las horas lectivas están más cargados que sus colegas de otros países. Por si fuera poco, el estudio añadía otro dato tanto o más importante: el salario. “Los mejor pagados”, repetían ayer algunos. “Los que más ganan y menos trabajan”, subrayaba un periódico, alimentando nuestro rencor de trabajadores explotados y mal pagados.

Y si alguien no encuentra suficiente agua para arrimar a su molino, será que el informe está equivocado, como sostiene la consejera de Educación madrileña, para quien el problema es que no han contado bien las horas.

El documento de la OCDE incluía otros datos menos importante, minucias, anécdotas: que seguimos siendo uno de los países con más fracaso escolar, con más jóvenes que sólo tienen estudios obligatorios (36%, el doble que el resto de países); que estamos a la cola en inversión, muy por detrás de los países que, por algo será, tienen los mejores sistemas educativos.

La conclusión del informe es que nuestro punto más débil es la Secundaria, precisamente donde más están hoy metiendo la tijera. Como si un estudio sobre el sistema sanitario nos dijese que se nos mueren más pacientes que en otros países, y sin embargo redujésemos el número de médicos. El informe también dice que no todo son malas noticias, hemos mejorado en algunos indicadores. Pero da igual: tijeretazo, y a seguir siendo los últimos de la clase.

Félix O. González Pastor

Antonio Vargas Penells dijo...

Mientras los empresarios más postineros ejecutaban en Barcelona un tierno besamanos a Rajoy y se ponían a los pies de su señora, anticipando que en Moncloa pronto empezará a oler a puro, los daneses devolvían el poder a los socialdemócratas, que gobernarán con el apoyo de Lista Unida, un conglomerado de partidos de izquierda. Es pronto para hablar de un nuevo ciclo político en Europa, aunque el avance del SPD en Alemania, el hundimiento de Berlusconi y sus aliados en Italia y la resurrección de los socialistas franceses son signos de que medio continente se mueve en dirección contraria a España, que ya se sabe que es diferente desde que lo certificara Fraga.

Precisamente en Francia, los seis dirigentes socialistas que disputarán unas primarias abiertas a toda la ciudadanía para elegir al oponente de Sarkozy en las presidenciales desgranaron este miércoles sus propuestas ante las cámaras de televisión. Lo hicieron sin temor a que el debate público dividiera o debilitara al partido, que debe de estar hecho de un material granítico mucho más resistente que el que cimienta al PSOE, donde la dirigencia decidió por el artículo 33 qué era lo más conveniente para los afiliados y para ella misma.

Reforma fiscal con un impuesto a las grandes fortunas y a los especuladores –al parecer los ricos franceses no se van del país si les suben los impuestos como aquí-, aumento de la plantilla de profesores, incentivos a las empresas que den empleo fijo a los jóvenes en vez de contratos temporales por tiempo indefinido como acaba de aprobar nuestro Congreso, eliminación de exenciones fiscales injustas o el impulso a las energías limpias en detrimento de la nuclear fueron algunas de las promesas de los candidatos.

Con recetas de este tipo y con una envidiable democracia interna, dos de los aspirantes, François Hollande y Martine Aubry, superan ya hoy en los sondeos al pequeño Napoleón del Eliseo. Aquí, en cambio, los socialistas afrontan la cita del 20-N con el temor a unos resultados que podrían hacer buenos los obtenidos por Joaquín Almunia en la debacle del 2000. Habrá quien se extrañe.

Antonio Vargas Penells