jueves, 22 de marzo de 2012

UNA NUEVA EUROPA, MAS JUSTA, MAS SOLIDARIA Y MAS DECENTE

Estimados amigos y amigas:
“El Renacimiento para Europa” fue el lema elegido por los líderes socialdemócratas que se reunieron hace unos días en Francia para ofrecer su apoyo al candidato socialista Francois Hollande. No fue sólo una reunión electoral, creo que ¡por fin! hay una decidida voluntad del Socialismo Democrático Europeo de recuperar la iniciativa política, ante el avance arrollador y abasallador de la derecha y ultraderecha que domina Europa, con políticas donde unicamente importan “los numeros” nunca “las personas”. Este es el gran desafio de la socialdemocracia europea y española, volver a construir una alternativa sólida, ya se hizo. Tony Judt, historiador de la Europa que surgió de las ruinas de 1945, examina el panorama del mundo después de casi treinta años de desprestigio de lo público y obscena rendición a los poderes del dinero y resalto:

“Todos, sin excepción, en Europa y en Estados Unidos, somos beneficiarios en algún grado de la revolución socialdemócrata, que supo favorecer la igualdad y la justicia fortaleciendo y no sólo conservando las libertades individuales: cuando vamos al médico, cuando asistimos a la escuela o mandamos a nuestros hijos a la universidad, cuando tomamos el tren o el metro, incluso cuando conducimos nuestro coche privado por una autopista que no habría podido construirse sin enormes inversiones públicas…”

Hoy en pleno siglo XXI, tras la hegemonia de políticas neoliberales iniciadas por Ronald Reagan y Margaret Thatcher y continuadas e incluso aumentadas por los alumnos aventajados europeos, nos encontramos que, quienes no se presentan a las elecciones, SON LOS QUE MANDAN y los que democraticamente son los representantes del pueblo tras pasar por las urnas, OBEDECEN sin mas respuesta ni protesta y…

"La inseguridad se ha generalizado por toda Europa en las familias con ingresos medios, los empleos son más difíciles de conseguir e incluso de encontrar…. Las compañías reducen sus cuadros organizativos, los empresarios están despidiendo a toda una capa de empleados con ingresos medios. Los capitalistas están trasladando más producción al extranjero para competir en un mercado global y lleno de rivales más baratos y flexibles. Los empleos del sector público están desapareciendo según los gobiernos tratan de recortar déficits hinchados y las empresas de propiedad estatal son preparadas para su privatización para nuevos desafíos competitivos. Compañías enteras son reestructuradas mediante fusiones, dejando a decenas de miles de trabajadores sin trabajo en su estela. Esta época de discriminación está estrechando las opciones para millones de trabajadores y para 40 millones de personas que buscan trabajo" (The Wall Street Journal)

¿Queremos o mejor dicho, debemos seguir por este camino aniquilador de ilusiones y derechos?. La idea del establishment neoliberal es sencilla: repetir, machacar hasta no cansarse la idea de la necesidad de los recortes y que no hay alternativa o remedio y yo digo que NO ES ASÍ, con esas políticas se esta demostrando que la gran mayoria, vamos a PEOR.

Y… los socialistas por historia, por solidez de marca y ubicación política, debemos refundar los derechos y resucitar la equidad, la igualdad y la solidaridad para Europa y España. NO PUEDE SER que la base de la pirámide HOY soporte el bienestar de unos pocos.
Miguel Ángel Moratinos, sintetizó para la prensa española el espíritu de la reunión socialdemocrata mantenida en Francia...

“Nos negamos a concebir una única Unión Presupuestaria, aspiramos a construir una verdadera Unión Europea Política, Económica y Social. Debemos garantizar el porvenir de este prodigioso proyecto que es la Unión Europea. Europa –afirma Moratinos-, ha sabido aportar a quinientos millones de ciudadanos la paz, el Estado de Bienestar, la prosperidad, la justicia y la libertad, gracias al trabajo y a la lucha de miles de europeos durante los últimos sesenta años. No vamos a permitir que nuevos dioses, los mercados, nos secuestren la Europa del siglo XXI, aunque vengan disfrazados, en esta ocasión, de vellocino de oro”.


Un saludo
Gloria Calero

5 comentarios:

Guillermo Comte dijo...

El derecho a manifestarse está en la Constitución y no está limitado por el calendario de festejos cristiano. En ninguna ley se dice nada de días sagrados en los que solo se puedan manifestar los obispos y sus fieles. El derecho a la reunión y a la manifestación es de todos y todos los días. La Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores planteó tres itinerarios distintos y todos fueron rechazados sin dar otra alternativa

saludos

Guillermo Comte

Mike Saucedo dijo...

El 29 de marzo los sindicatos han convocado huelga general como expresión del rechazo que la reforma laboral aprobada por el Gobierno les suscita. Los aspectos más criticados de la referida reforma afectan a la negociación colectiva y al despido por causas económicas. Por más que fueren conocidos por ambas partes sus respectivos posicionamientos, me cuesta creer que no haya habido ningún tipo de negociación previa. Por descontadas las opiniones a favor y en contra, lo que es seguro es que de seguir adelante los cambios ahora introducidos, los actores en juego deberán cambiar el prisma desde el que contemplan la situación que particularmente les atañe y diseñar una nueva estrategia de actuación. Con la reforma aprobada los convenios de muchas medianas y sobre todo grandes empresas podrían sustituir al convenio colectivo del sector. ¿Redundará este divide y vencerás en una pérdida del poder sindical? No necesariamente. Buena parte de los resquemores que la reforma de la negociación colectiva ha ocasionado en ese ámbito, podrían aparcarse o mitigarse con una ley de financiación específica que garantice a los sindicatos su operatividad negociadora.
Cuando los representantes sindicales negocian unas condiciones de trabajo dignas para los trabajadores, lo hacen para todos, los que están afiliados y los que no. Desde esa perspectiva debe valorarse la función que desempeñan en nuestra sociedad. La ruptura por los convenios de empresa del acuerdo marco que el convenio colectivo supone no tiene, sin embargo, por qué ser perjudicial para el trabajador, puede beneficiarle en muchos aspectos, incluido el económico, y suponer además una adecuación a las circunstancias concretas de cada empresa. Lo importante es que en cada convenio de empresa las organizaciones sindicales más representativas puedan participar de manera plena, siendo imprescindible para ello que cuenten con los recursos económicos necesarios. Por otra parte, el hecho de que la mayoría de las PYMES no hayan de negociar convenios propios, no quiere decir que los derechos de sus trabajadores, amparados en los términos del convenio colectivo, hayan de resultar perjudicados. Igualmente, dar por sentado que en caso de desacuerdo ante el descuelgue del convenio colectivo, la Administración se colocará del lado del empresario, no tiene mayor fundamento.
Respecto del despido por pérdidas de ingresos durante tres trimestres seguidos, me parece totalmente desacertado si no se preservan debidamente los derechos de los trabajadores afectados. Lo primero que hay que contemplar es a qué trabajador puede despedirse, pues debe evitarse a toda costa que el empresario pueda tener la tentación de desprenderse de los trabajadores más antiguos, lo que sería intolerable. Y, en segundo lugar, debe mantenerse una reserva opcional para el caso de que durante al menos un año con posterioridad al despido, si se llevan a cabo nuevas contrataciones, el trabajador pueda reintegrarse a la empresa en las mismas o en similares condiciones laborales a las que tenía.
Saludos señora Calero

Mike Saucedo

Isabel López Merino dijo...

No sé si podré perdonar a nuestros gobernantes que estén cargando de razón a los sectores más demagogos de la oposición. Somos muchos los que hemos combatido durante meses la demagogia y hemos intentado defender que a ningún gobierno le gusta recortar, que el país está casi arruinado, que las deudas se tienen que devolver y que los presupuestos sólo se pueden equilibrar ingresando más y gastando menos. Pero mientras, algunas dosis de intransigencia y de soberbia de los gobernantes han fortalecido a los sectores más dogmáticos y desmemoriados de la sociedad. Qué difícil resulta mantener la ponderación cuando los gobiernos y las respectivas oposiciones van alimentando la demagogia de unos y otros e imposibilitan el consenso al servicio del interés general.

Las oposiciones, que gobernaron hasta hace cuatro días desentendiéndose de los trabajadores y de las clases medias, ahora quieren dar lecciones y reivindican las políticas socialdemócratas que no aplicaron. Atacaron a fondo al sistema y ahora se quejan amargamente de que el sistema se hunde. Pero los gobiernos no son menos culpables, porque piden un esfuerzo colectivo para salir de la crisis, pero acaban cargando todos los sacrificios sobre los asalariados, dejando al margen a los grupos más poderosos.

Frente a un "no a los recortes" demagogo e intransigente, no hemos dejado de recordar que mientras Catalunya y España gasten más de lo que producen y tengan que recurrir a Europa para pagar las nóminas, no habrá dinero para invertir en reactivación y no quedará más remedio que cumplir las condiciones de los inversores. Pueden ser injustas e incluso contraproducentes, pero si queremos su dinero tenemos que aceptar sus reglas. No me arrepiento de haberlo predicado con energía y convencimiento, pero hoy me siento traicionado: los sacrificios que se han pedido a los ciudadanos (que también hemos aplaudido) exigían sacrificios más ejemplares de los gobernantes, de los partidos y de los sectores sociales más privilegiados (que no se han producido). En Catalunya, donde la lucha contra la crisis lleva ya más recorrido, sólo han arrimado el hombro las clases populares y medias; los asalariados que siempre lo acaban pagando todo. El Gobierno, que tenía que actuar de árbitro y garantizar la implicación de todos en un objetivo colectivo, se ha inhibido y ha permitido que los poderosos, las grandes empresas, los lobbies, y los instalados de todo tipo se queden al margen sin hacer ningún esfuerzo. El Gobierno español ha hecho la reforma laboral, pero no la fiscal, la financiera (la auténtica) y la de la Administración.
Isabel López Merino
Repsol
Patagonia Argentina

Joaquín Menasa dijo...

Después del 29M habrá que regular el derecho de huelga: lo dice Rosell. Los docentes tendrán que trabajar en julio: lo dicen las autoridades educativas. Los programas electorales no tiene que ser "súper amables" con todo el mundo: Montoro. Tres afirmaciones vendidas como novedad que no son sino afirmar lo que ya ocurre, porque el derecho a la huelga ya está legislado, como el calendario docente. Lo que está sin aclarar es quién tiene la responsabilidad sobre la veracidad de los programas electorales. Aunque algo hemos avanzado, gracias a Montoro podemos ya afirmar ministerialmente hablando que los programas son buenos para según quién. Es un tic recurrente el de publicitar algo que ya existe como novedoso. Perseguiremos el fraude. Eso faltaba. Deben ser los que redactan estas frases parte de algún negociado de expectativas como el que incluía los tres millones de puestos de trabajo de Pons, un deseo no cumplido que iría de la mano de esta reforma laboral que tan bien sienta a Rosell. Porque él entiende que es un derecho reconocido el de la huelga, pero "no se puede permitir que un grupito pueda llegar a paralizar un país". ¿Cree Rosell que pueda paralizarse el país? Y si fuese así, ¿qué enseñanza se sacaría de ello? En el hipotético caso del seguimiento masivo de la huelga general se revelarían en toda su crudeza un par de cuestiones, a saber. Primera: la mayor parte de los trabajadores (en activo o no, lo son) rechaza el rumbo que ha tomado el ejecutivo respecto a las relaciones laborales; segunda: los sindicatos son representativos de los trabajadores, bastante más que la CEOE de los empresarios, y por tanto debemos rechazar por simple ética la campaña de desprestigio que se sigue contra ellos; tercera: el estatuto de los trabajadores debe ser una ley consensuada para evitar precisamente la crispación social que nos rodea. Se dice que se ha negociado mucho. Pues habrá que hacerlo más. Lo que ocurre es que la verdadera negociación se basa en la voluntad de avanzar, de ceder, de reconocer la postura del otro, lo que nos convierte dependiendo de la óptica en progresistas o traidores, pero la cesión ha de ser mutua y hasta ahora no se ha visto qué terreno ha devuelto la patronal-gobierno a los sindicatos como interlocutores válidos de los trabajadores. Si partimos de una relación desequilibrada de fuerzas, la resolución del conflicto es difícil. La voluntad de la patronal quedó clara en el jolgorio posterior a la reforma laboral. Ahora llega la consecuencia del decreto que convertía en ley el anhelo de Rosell y los suyos en forma de huelga. El programa del PP era súper amable, era el partido de los trabajadores... por cuenta propia y a ellos va destinado el apoyo gubernamental en estos días que preceden a la huelga. Dice Rosell que el día 30, "a empezar a funcionar de nuevo", lo que no sabemos es cómo ya que después de una huelga se rompen muchos idilios. No parece que volver a legislar el derecho de huelga adelgazándolo aún más sea la respuesta a una ciudadanía que se moviliza porque la gestión pésima de este modelo económico ya de por sí discutible, les está dejando de color azul, pero no pepero, cianótico.

saludos Gloria
Joaquín Menasa
Barcelona

Maruchi Torres dijo...

Era cierto que para algunos la introducción de los sustantivos en femenino en los discursos públicos se hacía pesado y ralentizaba el ritmo de los mismos. Cambiar una sociedad se hace pesado para los que detentan los privilegios derivados de la desigualdad, al igual que la democracia y los derechos de los y las trabajadoras ralentiza la producción y la actividad financiera. Si se fijan, prácticamente la presencia femenina ha desaparecido de casi todos ellos. Me temo que esta presencia no sólo refleja una ausencia en la visibilidad, sino una clara disminución en la realidad social y cultural.

La crisis, causada fundamentalmente por un sistema depredador ávido de beneficio sobre los otros, cae silenciando las desigualdades de género[3]. Pareciera que el exceso de ambición borrase las desigualdades porque actuase como elemento que arrasa derechos para unos y olvida y confirma el desequilibrio para otras.

Lo cierto es que si las mujeres nos encontrábamos en franca desventaja en la década anterior tanto en presencia, apoyo y gasto público –como han señalado claramente los informes anteriormente citados y avalados por las instituciones públicas- la fractura del estado del bienestar no ha hecho sino enterrar esta necesidad y esta desigualdad porque es el grupo dominante el que clama atención y análisis[4]. Apoyados en la falacia nominal que hace incluir sólo a los hombres en los humanos, la crisis se ocupa sólo de ellos.

Las teóricas feministas, desde Celia Amorós y Amelia Valcárcel en España hasta Sandra Harding fuera de nuestras fronteras, han evidenciado de lo peligroso de sentirse parte de un discurso ajeno. El privilegio epistémico que ser mujer aporta en una realidad patriarcal, por el cual, como perteneciente a un grupo subalterno posee una mirada periférica que aporta una visión de “gran angular” y amplificada por ser parte fronteriza y extranjera de la construcción cultural, nos ayuda a no ser ingenuas. Hannah Arendt señalaba el peligro de vivir una realidad vicaria, la vida del advenedizo que cree disfrutar de los derechos que no le pertenecen de facto.

saludos
Maruchi Torres