Estimados amigos y amigas:
Esta selva, la Selva
de Irati, es una bellísima mancha verde que se mantiene casi virgen. Está
situada en el Pirineo oriental navarro.
Esta no una clase de botánica ni una página turística, esta realidad
está allí desde hace miles de años compartiendo el espacio, la luz, la humedad,
el aire, el sonido y vibraciones… sin mezquindades ni agresiones. Todo un
ejemplo, para el hombre de hoy. Toda una lección para la España de estos días.
No es nada del otro mundo,
es un bosque que te brinda multitud de sensaciones: el encuentro a solas con la
naturaleza, el rumor salvaje del agua entre hayas y abetos, el frescor del río
Irati o del embalse de Irabia, el sonido huidizo de los animales y de las hojas
tintineantes, el olor a los frutos del bosque y la suavidad del manto de hierba
que cubre esta joya de los Pirineos.
Hoy voy a abrazar este
tesoro natural, quizás sea la mejor cura para mi mente bombardeada de demagogias y
agobiada de irracionalidades.
Un saludo
Gloria Calero
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